Delfines mulares haciendo cabriolas en un delfinario. Foto: Pixabay
¿Qué tiene de educativo un zoológico? ¿Qué puede aprender un niño o niña en un delfinario donde pobres cetáceos encarcelados hacen cabriolas en una piscina a cambio de un pescado? ¿Qué pedagogía tiene hacer creer al alumnado que los delfines ríen, los leones marinos aplauden y todos esos pobres animales dan besitos enamorados a sus cuidadores?
Menos mal que algunos educadores están empezando a negarse. Como el maestro valenciano Jaime Mora. Movido por sus deseos de luchar contra esta costumbre tan injustificable, ha lanzado un vídeo con el que pretende poner fin a las excursiones escolares a delfinarios. En su campaña cuenta el apoyo de las ONGs World Animal Protection, Océanos de Vida Libre y FAADA y de la activista Jenny Rodríguez.
Ballena jorobada junto a un barco turístico islandés. Foto: North Sailing
El turismo especializado en la observación de ballenas no para de crecer en Islandia, uno de los mejores países del mundo para disfrutar de esta maravillosa experiencia. Lo he podido comprobar hace unas pocas semanas y puedo asegurarte que ha sido una de las experiencias más inolvidables en ese bello país ártico.
Las ves, las disfrutas, y lo que es más importante, ¡no te las comes!
Una navegación muy bien organizada, con una excelente guía. Y que incluye un inesperado final feliz… muy dulce.
Los delfines son animales sociales e inteligentes dotados de un lenguaje muy complejo del que dependen para cazar y reproducirse. Como el sonido viaja entre 4,5 y 5 veces más rápido por el agua que por el aire, dependen del silencio para comunicarse. Si hay mucho ruido se escuchan peor y les llegan peor los mensajes de sus congéneres.
Frente a más ruido de lo habitual deben «gritarse» con el fin de hacerse entender. Igual que hacemos nosotros cuando entramos en un bar con la música a tope. Pero a ellos algo así les perjudica. Y no solo porque vayan a quedarse afónicos de tanto gritar.
Un reciente estudio científico publicado en la revista Current Biology demuestra cómo los delfines «gritan» cuando intentan trabajar juntos en respuesta al aumento de los niveles de ruido bajo el agua. También que esta contaminación sonora generada por la actividad humana, como el ruido de barcos y yates, puede afectar negativamente a la salud de las poblaciones de delfines salvajes. Lee el resto de la entrada »
Aparentemente es un reducto de silencio, pero solo aparentemente. Porque como resalta Silvia Torres, coordinadora de la Unidad de Tecnologías Marinas de CETMAR y directora del Proyecto SILENCIOS, «todos asumimos que las ciudades son ruidosas y en el mar no hay ruidos. Pero es justo al contrario, bajo el agua el sonido viaja más rápido y menos amortiguado».
Esa contaminación sonora submarina no solo afecta a los cetáceos, famosos por comunicarse a través de sonidos a los que el ruido confunde. También se sospecha que el paso de una ruidosa embarcación perjudica a moluscos como los mejillones y las almejas. Con el traqueteo se asustan, se encierran en sus conchas, dejan de comer, crecen peor.
Gracias a una invitación de la Fundación Biodiversidad hemos viajado a Vilagarcía de Arousa para conocer en detalle el proyecto SILENCIOS. Una interesante investigación científica que estudia el uso de alternativas verdes en embarcaciones pesqueras de pequeña eslora para reducir su impacto sonoro en el medio ambiente.
Os dejo a continuación un vídeo que resume la visita.
Para los que quieran saber más, a renglón seguido lo cuento con detalle en este post.
Fritos, en salsa o en bocata, tanto calamar en las cocinas de todo el mundo se nos está indigestando. Porque tal y como señala Greenpeace en su informe El calamar en el punto de mira: Receta para el desastre, la pesca de estos populares cefalópodos se ha multiplicado por 10 desde 1950 a casi 5 millones de toneladas anuales en la última década. Según los ecologistas, este aumento «pone en peligro los ecosistemas marinos de todo el mundo».
Según revela este estudio, un porcentaje muy alto de la pesca del calamar opera sin control en aguas internacionales, con algunas áreas experimentando un aumento de más del 800 % en el número de barcos en los últimos cinco años. De acuerdo con este trabajo, «flotas de más de 500 embarcaciones han accedido a las aguas internacionales para saquear el océano, con sus lámparas encendidas para faenar visibles desde el espacio.
Greenpeace pide un Tratado Global de los Océanos ambicioso, que podría haber evitado esta situación y que será crucial para detener la futura expansión de las pesquerías sin restricciones.
El que tengamos los mares petados de plásticos no es un problema exclusivamente ambiental que afecta a los ecosistemas marinos. Tampoco es un problema estético que afea nuestras playas y costas. Es un problema de salud humana, de contaminación química global. Porque al final nos estamos comiendo todos esos microplásticos, los orinamos o paseamos por nuestra sangre. Y no es nada bueno.
Los plásticos contienen cientos de sustancias tóxicas que se descomponen en micropartículas, y por afinidad atraen a otros químicos presentes en el agua. Se forman así auténticas “bombas tóxicas» microscópicas que luego pasan a la cadena alimentaria.
Una docena de expertos reunidos en la jornada «Comiendo plástico«, organizada por la iniciativa Hogar sin tóxicos, han disparado todas las alarmas. Todos ellos han coincidido en alertar sobre la gravedad de la situación.
Frente a ello, aseguran, el problema no puede resolverse solo con medidas como el reciclaje, “una estrategia que calma conciencias pero que no resuelve el problema”, critica el responsable de Hogar sin tóxicos, Carlos de Prada, quien considera «urgente que la sociedad se implique de forma activa» y se reduzca el uso del plástico.
Según alertan los expertos en este encuentro, nos enfrentamos a un pseudoplancton plástico que invade los mares y nuestros menús.Lo que inicialmente es una botella se puede convertir en millones de diminutas partículas que tienen un potencial contaminante en superficie mucho mayor. Lee el resto de la entrada »
Pavos reales por las calles de Madrid. Foto: TikTok
Es el comentario más generalizado de estos días. ¡Se oyen pájaros en las ciudades! Muchos aseguran que más que antes, que los animales salvajes no han dejado pasar ni un par de días para reconquistar los espacios urbanos de donde los habíamos expulsado hace varios siglos. ¿Será verdad?
Aunque parezca increíble no es una falsa noticia. Es una sorprendente realidad.
Resulta lógico. Apenas hay vehículos por las carreteras y hemos vaciado las calles. Los bichos son oportunistas por naturaleza. Si ven que no andamos cerca ni les molestamos se adentran a explorar nuestros espacios en busca de comida y nuevos territorios donde poder prosperar.
Paralelamente, ahora prestamos mucha más atención a nuestro entorno, ese ignorado y hasta despreciado por tantos durante tanto tiempo. Lee el resto de la entrada »
Llorar mucho. Y rechinar aún más los dientes de rabia. El documental Mar de Sombras (Sea of Shadows), coproducido por Leonardo DiCaprio y National Geographic y dirigido por Richard Ladkani, no deja indiferente a nadie. Te lo digo por experiencia.
También pude hablar mucho tanto con su director como con Andrea Crosta, cofundador de Earth League International, una organización que en sus propias palabras funciona como «una CIA para el planeta» y que cuenta entre sus filas con exagentes de la CIA y el FBI. Y que se juegan la vida por proteger la vida. Literalmente. Lee el resto de la entrada »
Este vídeo no está basado en hechos reales, son hechos reales. El nuevo vídeo de SOSdelfines para su campaña #StopDelfinarios pretende hacer reflexionar a los más pequeños sobre la realidad de los cetáceos que viven en cautividad en los delfinarios españoles. Que no ríen ni son felices. Su sonrisa es producto de la especial forma de su mandíbula, diseñada para atrapar peces pero no para alegrar la vida a bobos con bermudas.
Esa falsa sonrisa oculta el sufrimiento que les produce haber sido separados de su familia y tener que vivir en una piscina minúscula con desconocidos, completamente alejados de los estímulos que hallan en el océano, forzados a procrear y a separarse de sus crías. Forzados a hacer el payaso a cambio de un puñado de sardinas descongeladas. Lee el resto de la entrada »
En Lanzarote, Reserva de la Biosfera y supuesto modelo de turismo sostenible que apuesta por sus valores y recursos naturales, están ampliando un zoológico para alojar un mayor número de delfines cautivos que hagan el payaso frente a turistas insensibles de risa fácil. Otro más de los 11 delfinarios existentes en España. Un sinsentido para una isla maravillosa donde con sólo salir al mar es posible ver delfines y ballenas salvajes sin necesidad de ofrecerles sardinas descongeladas. Lee el resto de la entrada »