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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Las serpientes amenazan al lagarto gigante de Gran Canaria

Una plaga de serpientes sigue incontrolable en Gran Canaria. En realidad hay un plan de control, pero a juzgar por los resultados, se puso en marcha demasiado tarde, diez años después de descubiertas las primeras. Soltadas en el campo por inconscientes, que las habían comprado como extravagantes mascotas de terrario pero muy pronto se cansaron de ellas, la culebra real de California (Lampropeltis getulus) se ha convertido en un gravísimo problema ecológico.

En Canarias no existen serpientes ni otros ofidios, pero ahora las hay por cientos. Tantas que su erradicación parece imposible. En apenas dos años el plan puesto en marcha por el Gobierno de Canarias, en colaboración con el Cabildo de Gran Canaria, ha logrado capturar 334 ejemplares en los municipios de Valsequillo y Telde. ¿Eran todas? En absoluto. La población real puede superar el millar y, lo que es peor, al carecer de depredadores se reproducen con suma facilidad, adaptadas a un abrupto espacio de barrancos repletos de escondites donde poder prosperar. Como ha confesado temeroso el diputado regional José Ramón Funes,

«las culebras se han convertido en una auténtica plaga que puede provocar efectos negativos al buen nombre de Gran Canaria, al turismo, y a más de uno lo puede matar de un infarto”.

Espectacular en su tamaño, por suerte estos animales no son peligrosos para los humanos. No tienen veneno, no atacan a las personas y sus mordeduras no son mayores que las de un ratón.  Sin embargo, para el medio ambiente son un desastre, pues se alimentan de lagartos, salamanquesas, huevos y pollos de aves endémicas, indefensas ante una especie desconocida contra la que no están adaptadas a luchar.

El lagarto gigante de Gran Canaria (Gallotia stehlini), el único gran saurio canario no amenazado, podría tener los días contados si esta culebra sigue medrando en la isla. Desde la aparición del ofidio, los ejemplares más grandes han desaparecido en las zonas invadidas, según han comprobado los especialistas.

Imposible de erradicar, la Administración lleva gastados ya 236.474 euros en tratar de controlar su expansión. Sin embargo, la especie sigue imparable en tan indeseable invasión, habiéndose detectado nuevas poblaciones en el norte grancanario. Y es que mientras las serpientes sigan vendiéndose en las pajarerías, no habrá manera de impedir la proliferación de ésta y otras especies invasoras. La han preparado buena los amigos de las mascotas raras.

Foto superior: Heriberto Ramos, un vecino de de la localidad grancanaria de Valsequillo, muestra a la cámara la tremenda culebra real de California que ha capturado en un céntrico parque. J. Pérez Curbelo/Canarias7

Y un vídeo de esos que impresionan.

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Pequeña tragedia en Torremolinos

Debo de ser un poco fatalista, pero en esto de la protección del medio ambiente tengo la impresión de estar siempre restando y casi nunca sumando.

Salgo al campo, a los lugares habituales de mi entorno más familiar, y no hay día en que no regrese a casa con algún disgusto: pistas nuevas, árboles cortados, construcciones, basura,… Al final acabo como la gente mayor, explicando a mis hijos, a mis amigos, cómo era esto hace unos años, cuando todo estaba mucho mejor que ahora, criaba tal o cual pájaro, podías ver tal o cual animal.

¿No os pasa a vosotros lo mismo?

Me viene a cuento esta reflexión tras la lectura de un correo que me han enviado desde Torremolinos (Málaga) la Sociedad Andaluza de Herpetología y Terrariofília (SAHT). Un municipio de la Costa del Sol famoso por haber sido de los primeros donde el boom turístico cubrió de hormigón su bello litoral, llevándose por delante y de un plumazo sus gentes, su cultura, su naturaleza. Reconozco que me sorprendió saber que pudiera haber allí algo medioambientalmente interesante. Pero lo había. Y ya no lo hay.

Existía un pequeño humedal dentro del espacio urbano, el de Los Manantiales, último vestigio de un ecosistema acuático que, poco a poco, fue menguando ante el avance de las urbanizaciones. Por supuesto, carecía de protección. Para la mayoría de la gente era apenas un charco, pero para el ojo experto del naturalista representaba un oasis faunístico en medio de la urbe. Allí criaban la ranita meridional (Hyla meridionalis), el sapillo moteado ibérico (Pelodytes ibericus), el sapo común (Bufo bufo), la rana común (Rana perezzi), el sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae), el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), la culebra viperina (Natrix maura) y hasta el raro camaleón común (Chamaeleo chamaeleon). También había insectos tan interesantes como la mariposa arlequín (Zerynthia rumina), el cardenillo (Tomares ballus) y la espectacular mariposa monarca (Danaus plexippus).

Todas son especies protegidas por una exigente normativa europea, española y andaluza, pero al final dio lo mismo. Ni las protestas de la SAHT ni las propuestas de convertir el espacio en una microrreserva que poder utilizar luego como aula de educación ambiental sirvieron para nada.

El pasado mes de mayo, en plena primavera, cuando más vida bullía en la charca, las excavadoras lo arrasaron todo para levantar en la parcela un centro comercial. Por la culpa de todos, administraciones incluidas (especialmente ellas), el humedal de Los Manantiales de Torremolinos ya es historia. Triste historia.

Siempre restando, nunca sumando. ¿Cuándo aprenderemos a crecer sin destruir?

En las fotografías cedidas por la SAHT, camaleón y ranita de San Antonio buscando la charca donde vivían tras la destrucción de ésta por las excavadoras para la construcción en el solar de un centro comercial.


Aparece la primera serpiente de verano

Adelantándose al calor estival ya ha llegado la primera serpiente del verano, informativamente hablando.

Ha aparecido en el tejado de un edificio de viviendas de Motril (Granada) y mide dos metros, o dos metros y medio. Algunos medios de comunicación dicen que incluso ha criado. Otros que en realidad son «cientos de ejemplares de todos los tamaños». Que se alimenta de las palomas, a las que caza con agilidad. Que se instaló entre las tejas hace tres semanas, bueno, hace dos meses, y que desde entonces «tiene aterrorizado a todo el barrio». Que al menos en cuatro ocasiones los bomberos han intentado capturarla, pero sin éxito. Que finalmente se ha decidido gasear al animal o animales, en cuanto Medio Ambiente dé la autorización, pero que no se preocupen, que 12 horas antes del comienzo de este peligroso trabajo de eliminación las viviendas serán desalojadas por seguridad.

El alcalde de la localidad se trasladó ayer al barrio para pedir «calma» a los vecinos de la calle Lope de Vega, donde habita la serpiente, sobre la que, recordó, no es venenosa. Por supuesto, les garantizó la eliminación del reptil en las próximas horas, devolviendo así la tranquilidad a un barrio que, según parece, se ha quedado paralizado ante la aparición del ofidio. Una bicha ya casi mítica a la que los vecinos, recordando una famosa telenovela, han bautizado como La Señora.

Os dejo aquí algunas perlas sensacionalistas de nuestra prensa más querida sobre el tema.

Antena 3: «El miedo se ha apoderado de los vecinos del bloque, que temen por sus vidas, pero sobre todo por las de los más pequeños».

Tele5: Desde que el reptil se ha instalado en el tejado del inmueble, hace unas tres semanas, los vecinos no viven, ni duermen «y sufrimos de los nervios».

20Minutos: Mientras, los inquilinos del edificio «estamos desesperados» y prefieren asfixiarse «en la casa a abrir la ventana» por temor a que la culebra decida visitarlos.

Por si fueran pocos los medios de comunicación ávidos de noticias estrafalarias, también se metieron por medio los políticos, quienes emulando a Cocodrilo Dundee, diseñaron un sistema infalible de captura: Poner en el tejado una jaula con un conejo, para que el monstruo se metiera dentro y se tragara de un bocado a su víctima, engordando de tal manera que le resultara imposible salir del engaño.

¡Qué inteligencia, Dios mío!

Pero la diabólica serpiente no debe ser de las que se echan la siesta viendo los documentales de Naturaleza de TVE-2 y, contra toda lógica, despreció tan genial ardid. [La ironía es mía]

—–

Hasta aquí la serpiente de verano, pero ¿qué hay de cierto en todo ello?

Para empezar, la terrible serpiente de proporciones colosales ha sido identificada como un ejemplar de culebra lisa meridional (Coronella girondica). Una inofensiva culebra pequeña que no supera los 95 centímetros de longitud, carente de veneno, común en prácticamente toda la Península Ibérica y, por descontado, especie protegida cuya captura o sacrificio están prohibidos.

De hábitos discretos, se alimenta principalmente de lagartijas y salamanquesas y, más esporádicamente, de ratones. Así que lo de tragarse un conejo de un bocado es como querer sacarlo de una chistera, puro espectáculo circense.

Hace unos meses ya os hablé de la ofidofobia y de todas esas leyendas increíbles sobre culebras mamadoras de mujeres, metidas en el estómago o contra las que lucharon numerosos santos e incluso el Cid Campeador. ¿Creíais que eran historias de viejas ya olvidadas? Ni mucho menos. Mientras tengamos algunos periodistas y políticos como tenemos, las culebras de verano seguirán alimentando nuestra rica tradición oral.

En esta imagen de Alfredo Aguilar (Diario Ideal) puede verse una de las pequeñas culebras observadas en Motril y que han provocado la injustificada alarma de todo el vecindario.

13.500 euros por matar a un lobo

Este sábado fueron subastadas las vidas de tres lobos en la Reserva Regional de Caza de la Sierra de la Culebra (Zamora).

200 cazadores se reunieron en Villardeciervos para pujar por el placer de matarlos, pero sólo unos pocos potentados lo lograron. El que más pagó ni siquiera estaba allí. Fue un anónimo cazador quien por teléfono, al estilo de las elitistas subastas en Sotheby’s, logró que le adjudicaran el aguardo de uno de estos cánidos salvajes entre el 28 de noviembre y el 4 de diciembre de este año. Para su probable alto poder adquisitivo no le salió muy caro el privilegio. El precio de salida estaba en 500 euros y se hizo con el permiso por 11.500 euros. Que con la cuota complementaria en el caso de que logre abatir al animal se le quedará en 13.500 euros, gastos de viaje, dietas y disecado de la pieza aparte. [Por cierto, ¿qué hará con el cadáver, una alfombra o una cabeza-perchero?] Los otros dos se vendieron un poco más baratos, 13.000 euros y 10.800 euros.

Hace dos años las cosas fueron mejores para los pueblos con derechos cinegéticos en la Reserva. Entonces un cazador pagó 17.200 euros por el “control cinegético” de otro lobo. 3.700 euros más por el mismo tipo de pieza, y eso que el IPC desde entonces ha disparado la cesta de la compra, y supongo yo que también habrá disparado el morral de estos esforzados deportistas.

Era de esperar. Tantos lobos sueltos merodeando a su antojo por media España, imposibles de controlar a pesar de los centenares de cacerías ilegales organizadas contra ellos, acabarían tirando los precios. ¡Malditas alimañas!