La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Entradas etiquetadas como ‘castilla la mancha’

Mueren cuatro linces a manos de cazadores en Castilla-La Mancha

Foto: Ecologistas en Acción

En los últimos meses se ha certificado la muerte de cuatro linces pertenecientes al programa de reintroducción puesto en marcha en la comarca de los Montes de Toledo, según ha denunciado a través de un comunicado de prensa Ecologistas en Acción.

Según esta misma fuente, los casos verificados corresponden con una muerte en un lazo, otra en un cepo y dos por disparos con escopetas de caza. Dos de las muertes han tenido lugar en el pasado mes de septiembre. Lee el resto de la entrada »

El Defensor del Pueblo pide máxima protección para el lobo en Castilla-La Mancha

El Defensor del Pueblo, órgano de relevancia constitucional encargado de velar por el respeto de los derechos de los ciudadanos españoles, está preocupado por los lobos castellano manchegos. En un expediente firmado el 3 de noviembre y al que ha tenido acceso La Crónica Verde, su titular Francisco Fernández Marugán propone a las autoridades regionales lo siguiente [las negritas son mías]:

“Iniciar a la mayor brevedad los trámites para la elaboración y aprobación del plan de recuperación del lobo en Castilla-La Mancha, incluidas las poblaciones de Sierra Morena, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 59 de la Ley de Patrimonio Natural y Biodiversidad y la Estrategia para la conservación y gestión del lobo aprobada por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente».

Lee el resto de la entrada »

Descubren nuevas poblaciones de lince en Castilla-La Mancha

Un estudio dirigido por el Departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) ha descubierto nuevas poblaciones de lince ibérico (Lynx pardinus), el felino más amenazado de extinción del mundo, en los montes de Toledo, Albacete y Ciudad Real (Castilla-La Mancha).

Escaso en número, apenas 200 ejemplares arrinconados en Sierra Morena y Doñana, invisibles en unos bosques remotos por donde se mueven como auténticos fantasmas, resulta casi imposible detectarlos. Tan sólo el desarrollo de una moderna metodología basada en el estudio del ADN está permitiendo su localización a partir de los únicos restos que dejan a nuestra vista: sus excrementos.

Les parecerá increíble, pero los expertos dedican ahora muchos esfuerzos en el campo a algo tan desagradable como recoger cacas de animales. En ellas un pelo, unas pocas células, pueden aportar una inmensa información genética sobre su propietario. Y en primer lugar nos dan un dato nada desdeñable. Donde hay heces de lince hay linces.

No es un trabajo fácil. Lo reconocen los propios investigadores en su fenomenal artículo publicado en el último número de la revista Animal Conservation, y dado a conocer por el periódico Público. Por algo lo titulan Looking for the Iberian lynx in central Spain: a needle in a haystack?, que en español vendría a traducirse por Buscando al lince ibérico en la España central: ¿una aguja en un pajar?

Analizando cacas procedentes de lugares donde supuestamente el lince estaba extinguido, lograron extraer 581 muestras genéticas de las que 18 pertenecen a nuestro amenazado gato con orejas de pincel. 18 agujas en medio de un espeso pajar de bosque mediterráneo.

Una evidencia indiscutible de que el emblemático felino sigue presente en los Montes de Toledo, la Sierra del Relumbrar (Albacete), el río Guadalmez (Ciudad Real) y la parte occidental de Sierra Morena. Fue precisamente en la última de estas cuatro zonas, colindante con las poblaciones andaluzas, donde el año pasado se pudo grabar con vídeo a varios ejemplares.

De las muchas noticias generadas por el lince en los últimos años, ésta es sin duda una de las mejores.

El único pero se lo podemos poner a que no se haya localizado ni un solo lince en la cacereña Sierra de Gata, a pesar de los exhaustivos rastreos en busca de excrementos realizados allí entre 2005 y 2007.

Como ha explicado el principal autor del estudio, el biólogo Fernando Alda, en 1990 existían en España más de mil ejemplares, distribuidos en 48 áreas de cría. Sin embargo la desaparición de los conejos, asolados por las enfermedades (mixomatosis y hemorrágica), la fragmentación de su hábitat por presas y carreteras, la leucemia felina y los atropellos han diezmado a la especie, arrinconando a los últimos dos centenares de supervivientes en Doñana y Andújar.

No sabemos de cuántos linces estamos hablando. Seguramente muy pocos, en algunos casos ejemplares solitarios, viejos supervivientes de antiguos núcleos donde todos los demás han ido muriendo poco a poco.

Lo que sí sabemos es que el descubrimiento de estos linces, de estos nuevos lugares, supone una bocanada de aire fresco genético a una asfixiada especie en situación límite. Obligará a aumentar la protección de esos lugares y a replantearse los actuales planes de gestión. Y ayudará sin duda a lograr esa recuperación con la que todos soñamos.