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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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La falta de hembras podría explicar los tríos de alimoche en Canarias

Tres guirres posados en los llanos de Fuerteventura. Foto: Manuel de la Riva /EBD-CSIC

El guirre, el alimoche endémico de Canarias, tiene muchos y graves problemas. Ha estado a punto de extinguirse de las islas por culpa del veneno, choques y electrocuciones contra tendidos eléctricos. Ya solo resiste en las islas de Fuerteventura y Lanzarote, donde en los últimos años sus poblaciones comienzan a recuperarse tímidamente. De los 150 que había en 1998, cuando me encargué de realizar su primer censo, se ha pasado a cerca de 400 individuos repartidos en 90 territorios donde cada año consiguen volar entre 35 y 50 nuevos pollos.

Un dato muy curioso es que en el mundo de los guirres, los tríos son bastante habituales. Los científicos conocen este fenómeno como poliandria, varios machos criando con una misma hembra. Hasta ahora se desconocía la razón de tal comportamiento, mucho más raro entre los alimoches europeos. Un reciente trabajo podría haber dado con la respuesta. ¿Por qué hay tantos tríos de guirre en Canarias?

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Sarita, la joven homínida de Atapuerca, murió de hambre hace 430.000 años

Juan Luis Arsuaga muestra en Atapuerca los restos de Sarita.

Ha sido la gran atracción del fin de la campaña de excavaciones de 2018, la guinda informativa con la que celebrar los 40 años del seguramente más importante yacimiento arqueológico del mundo. Se llamaba Sarita, era una adolescente de unos 13 años y murió hace unos 430.000 años en la Sierra de Atapuerca. «Muy probablemente de hambre«, sospecha Juan Luis Arsuaga, codirector de las excavaciones. El cráneo de esta joven homínida (Homo heidelbergensis) hace el número 16 de esa formidable tumba comunal con 28 individuos de ambos sexos y diferentes edades de muerte denominada Sima de los Huesos, de los que tan solo dos parece que sufrieron una muerte violenta. El resto, aunque solo es una hipótesis, tiene muchos boletos para haber muerto por inanición. La vida en el Pleistoceno medio era muy dura. Lee el resto de la entrada »

Buitres con plomo en las venas

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Se vuela mal con plomo en las alas, pero aún peor si el plomo está en las venas. Es lo que les pasa a nuestros buitres leonados, petados de este peligroso metal pesado por culpa nuestra, o más en concreto, por culpa (indirecta) de nuestros cazadores y de sus municiones.

Un equipo de investigadores de varios centros portugueses y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha analizado la presencia de mercurio, cadmio y plomo en la sangre de las 121 buitres leonados (Gyps fulvus) en Portugal y Cataluña. Los resultados revelan que en el 98,3% de las aves no se detectó cadmio y en el 95% tampoco se observó mercurio. Sin embargo, el metal pesado que se encontró en mayor concentración en las aves fue el plomo. Según el trabajo, la mayoría de las aves evaluadas tenían concentraciones de plomo entre 20 y 100 µg/dl, una cantidad considerada como una exposición subclínica, muy por encima del umbral en el que puede afectar a la salud de esta especie (15 µg/dl).

Según declaraciones a la agencia SINC realizadas por Manuela Carneiro, investigadora que ha participado en el estudio publicado en Ecotoxicology and Environmental Safety, debido a la obligación de eliminar los cadáveres de rumiantes procedentes de la ganadería, “los buitres se han enfrentado a una escasez de alimentos que los ha llevado a realizar cambios en su dieta consumiendo una mayor cantidad de especies cinegéticas”.

Precisamente, Carneiro apunta a la caza como la fuente principal de plomo en estas rapaces, a través de la ingesta de carne con trozos de bala en los restos de animales muertos.

Otras actividades humanas también contribuyen a este fenómeno, “el vertido de residuos, las actividades industriales, de minería y la fundición son igualmente responsables de la contaminación ambiental por plomo”, subraya la científica.

Los efectos del plomo

Los metales pesados pueden presentar diversos efectos en los animales. En este sentido, Carneiro afirma que dependiendo de la dosis, “el plomo puede causar directamente la muerte del animal o alteraciones vasculares, hematológicas, nerviosas y renales”.

Además del daño que pueda causar a un animal de forma individual, “la presencia de plomo afecta indirectamente a la población de buitres leonados debido a variaciones en el comportamiento aviar, a la disminución del éxito reproductivo y a una menor respuesta inmunológica”, concluye la investigadora.

Artículo citado: Manuela Carneiro et al. “Assessment of the exposure to heavy metals in Griffon vultures (Gyps fulvus) from the Iberian Peninsula”. Ecotoxicology and Environmental Safety 113: 295-301 DOI: 10.1016/j.ecoenv.2014.12.016 Marzo de 2015.

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Preparados para cazar avutardas y buitres

Avutarda

Estos días los machos de avutarda (como el de la foto) andan como locos buscando hembras. Aves polígamas, nuestras grandes pavas de la estepa son una joya ibérica, pues las 25.000 censadas en España suponen la mitad de toda la población mundial y el 80% de la europea.

Desde que en 1980 se prohibiera cazarlas su número apenas ha aumentado. La mecanización de la agricultura, el uso masivo de fertilizantes y pesticidas, junto con esos tendidos eléctricos contra los que chocan como moscas en un parabrisas no les dan respiro. Sin embargo, muchos cazadores reclaman ahora su caza como supuesto mejor sistema de protección. Para pasmo de los científicos, aseguran que eliminando a los machos viejos las hembras criarían más pollos.

Me río por no llorar. O por no gritarles bien alto: ¡Tarugos! Por desgracia, este tipo de tancretadas no son un caso aislado.

Otros amigos del rifle, esta vez en Asturias, proponen abrir la veda del oso en cuanto sus poblaciones sean mínimamente viables. Una comunidad donde han decidido matar todos los años cientos de cormoranes, criminalizados injustamente como los responsables del descenso de la pesca en unos ríos donde cada vez hay más pescadores y menos salmones.

Los lobos, ya se sabe, de protegidos nada. Tantos ingenieros y biólogos para que al final su gestión científica vuelva a apostar por el método del palurdo, a tiro limpio.

Sambenito del que ya no se libran ni los pobres buitres leonados, carroñeros, limpiadores de basura, pero últimamente señalados como feroces atacantes de indefensos corderitos. Una próxima normativa en Extremadura (la estrategia regional contra el veneno) autorizará a acabar con ellos si así lo decide la autoridad competente, a sabiendas de la imposibilidad de separar los ejemplares sanguinarios de los bonachones, de la falsedad de la mitad de las denuncias y de la inutilidad de tal eliminación.

¿Estamos locos, tontos o es año electoral?

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Buitres y águilas, amenazados de extinción por un medicamento

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Buitre leonado. © Juan Bécares, SEO/BirdLife

Si te digo diclofenaco te sonará a chino, pero si te digo Voltarén, el popular medicamento antiinflamatorio utilizado contra los dolores del reúma y la artitritis, seguro que caes en la cuenta. Pero quizá no sepas que por su culpa están cayendo muertos millones de buitres por todo el mundo. Porque lo que para nosotros es beneficioso, a estas aves directamente les revienta los riñones.

¿Rapaces tomando antiinflamatorios como unos viejitos reumáticos? Pues sí, pero sin sospecharlo siquiera. Lo ingieren involuntariamente al consumir animales muertos de granjas tratados con este remedio. Y no porque vacas o cerdos lo necesiten. A esos animales muchas veces se les administra de forma generalizada para lograr mayores rendimientos cárnicos.

El diclofenaco fue responsable de la desaparición del 99% de los buitres en el Sur de Asia, hasta que cuatro países de la región prohibieron el producto tras evidenciarse su papel en la muerte de estas aves. Posteriormente se ha comprobado que también es letal para las águilas, y entre ellas podría estar el águila imperial ibérica. Contra toda lógica, en 2013 el diclofenaco se autorizó en varios países europeos (España, Estonia, Italia) para el tratamiento de ganado porcino y vacuno.

No es alarmismo, es triste realidad. De hecho, acaba de comprobarse científicamente el primer caso de envenenamiento de buitres en España por culpa de este medicamento veterinario: un pobre buitre leonado (Gyps fulvus) hallado muerto en Andalucía en 2012. La punta de un iceberg de muerte.

En el caso de España, el territorio con mayor biodiversidad de Europa, su uso puede provocar una extinción silenciosa de rapaces. Si además se autoriza en África, la catástrofe será global, pues sin buitres los ecosistemas, la salud de las personas y hasta las economías se verían fuertemente resentidas.

Y no será por no advertirlo. El último llamamiento internacional lo ha lanzado la semana pasada SEO/BirdLife en la Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica celebrado en Corea del Sur. Allí su director de Conservación, Juan Carlos Atienza, aseguró que el gobierno español «está llevando a los buitres de forma temeraria por el borde del precipicio y con los ojos vendados”.

El representante de SEO/BirdLife pidió apoyo internacional “para conseguir una prohibición mundial del diclofenaco para uso veterinario y la puesta en marcha de guías que permitan evaluar adecuadamente el impacto de los productos veterinarios en los buitres antes de su autorización”.

El doctor Asad R. Rahmani, director de la Bombay Natural History Society of India, lo tiene muy claro:

“El declive de las poblaciones asiáticas durante los últimos 20 años se debe principalmente al envenenamiento por consumo de cadáveres de animales tratados con el analgésico diclofenaco sódico. India y muchos países han prohibido su uso veterinario del diclofenaco. A pesar de la abrumadora evidencia de que las especies de buitres y de águilas son tan sensibles este antiinflamatorio, es alarmante que algunos países en Europa hayan iniciado su uso veterinario. Espero que aprendan de India y que prohíban este peligroso medicamento en el ganado”.

¿Aprender nosotros, aquí en España? Mucho me temo que ese verbo se conjuga muy mal en español.

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Un medicamento amenaza de muerte a miles de buitres ibéricos

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Se llama muerte y viene en forma de medicamento. Muerte segura para miles de buitres y otras aves carroñeras si al final se autoriza en España el uso de un aparentemente inofensivo antiinflamatorio veterinario, el diclofenaco, más conocido entre nuestra botica humana como Voltarén. A nosotros nos reduce los dolores artíticos, pero a las aves les provoca graves y hasta mortales insuficiencias de riñón.

Está comprobado. Su uso en el subcontinente indio (India, Pakistán, Bangladesh, Nepal) como tratamiento para las dolencias de las vacas ocasionó la muerte de millones de buitres. Según SEO/BirdLife, que ha disparado todas las alarmas, en menos de una década varias especies de buitres pasaron de contar con millones de efectivos a rozar la extinción. Su desaparición masiva no sólo significó una gigantesca catástrofe medioambiental, sino que también ha tenido un desastroso impacto social: proliferación de ratas y perros, repunte de los casos de rabia en humanos, gastos millonarios en la gestión de los residuos, etc.

En España, también recuerda SEO/BirdLife, se encuentran las mayores poblaciones europeas de todas las especies de buitres: el 94% de la población de buitre leonado, el 98% de la de buitre negro, el 82% de la de alimoches y el 66% de la de quebrantahuesos.

Hay medicamentos alternativos al diclofenaco, como por ejemplo el meloxicam, pero son más caros. Y en estos tiempos que corren, para algunos es más importante vender hamburguesas baratas que preservar nuestra biodiversidad.

Foto: Buitres leonados alimentándose de una carroña. Mario Modesto Mata / Wikimedia Commons.

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Más restaurantes para los buitres

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Os lo he contado varias veces en este blog. Los buitres se mueren de hambre. La rígida aplicación de normativas generales europeas surgidas a raíz de la enfermedad de las vacas locas trajo consigo, además de una carga económica considerable para muchos ganaderos, graves problemas para las poblaciones españolas de buitres. La ley obliga enterrar todo animal muerto, ajena a que en países como el nuestro gran parte de esas carroñas son sabiamente aprovechadas por las aves necrófagas, especialmente buitres, alimoches y quebrantahuesos.

Gracias a la presión de naturalistas y ornitólogos, Europa aceptó finalmente incluir una serie de enmiendas que abrían la posibilidad de volver a dejar en el campo restos animales disponibles para la alimentación de los buitres. Y ha sido ahora Castilla y León la región que ha dado un importante salto al aprobar un decreto que recupera la práctica de los muladares, esos lugares alejados de los pueblos donde se pueden dejar restos de ganado. Como se hizo toda la vida. Restaurantes para los buitres. Ellos nos limpian el campo de animales muertos y nosotros les damos comida abundante para que nos sigan regalando con la impagable imagen de sus ingrávidos vuelos.

Uno de los objetivos de la nueva normativa es reducir los ataques de buitres a ganado vivo, provocado por el hambre que pasaban los pobres bichos mientras los animales muertos debían de ser destruidos por empresas autorizadas, con el consiguiente coste para el ganadero.

Según datos de la Junta, Castilla y León cuenta con el mayor censo en España de aves necrófagas de Europa, con unas 6.000 parejas de buitre leonado, el 24 por ciento del total nacional; 380 de alimoche, el 26 por ciento; y el 15 por ciento de buitre negro y de águila real, pues esta última tampoco hace ascos a un animal muerto. No parecía lógico seguir matando de hambre tan extraordinaria riqueza natural.

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Así queda un Airbus después de chocar en el aire contra un buitre

La fotografía que acompaña a esta noticia asusta. Así de maltrecho quedó un Airbus A340 de la compañía Iberia tras chocar en el aire contra un buitre leonado. Ocurrió el pasado 13 de mayo (domingo, ni martes ni viernes), pocos minutos después de que el «Agustina de Aragón» despegara de Barajas rumbo a Puerto Rico con 151 pasajeros a bordo. El brutal impacto se produjo a 2.000 metros de altura, sobre la localidad de Colmenar Viejo, y fue necesario hacer un aterrizaje de emergencia. Por suerte, y sin duda gracias a la pericia del piloto, no hubo que lamentar desgracias personales. El pobre buitre murió en el impacto.

La información y la imagen han sido publicadas hace unos días por El Confidencial, y desde entonces han corrido como la pólvora por los foros ornitológicos.

¿Qué hacía un buitre volando a 2.000 metros de altura? Pues eso, volar que es lo suyo. Los buitres son aves planeadoras que utilizan las corrientes térmicas para moverse como quien sube y baja por unas cómodas e invisibles rampas en espiral. A veces estas carroñeras llegan a ascender hasta los 3.000 metros de altitud para poder así examinar mayores superficies de terreno donde encontrar su alimento. Aunque el récord del mundo lo tiene una bandada de cisnes cantores que fue observada mediante radar mientras llegaba a Irlanda del Norte en su vuelo migratorio, y que un piloto pudo identificar visualmente a 8.850 metros de altura.

¿No hay halcones en los aeropuertos para espantarlos? Efectivamente, los hay en todos los aeropuertos. Su presencia fue idea del genial Félix Rodríguez de la Fuente, quien por primera vez en el mundo ofreció el servicio de cetrería precisamente al aeropuerto de Barajas. En la actualidad, 40 halcones peregrinos patrullan las pistas madrileñas espantando aves. Pero a donde no llegan es a Colmenar Viejo ni a otros pueblos tan alejados.

¿Son peligrosas las aves para los aviones? Sin duda que lo son. Sin embargo, gracias a la alta tecnología de estos aparatos y a la profesionalidad de sus tripulaciones, los impactos con aves (bird strikes en la jerga aeronáutica), más frecuentes de lo que se piensa, raramente van más allá del susto. Para los pasajeros, porque del pájaro no quedan ni las plumas.

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Los niños conocen más especies exóticas que locales

Ya se ve el final. O el principio, según se mire. Los niños están a punto de concluir el curso escolar, de terminar los últimos exámenes, de entregarse a las siempre ilusionantes vacaciones estivales. Con los viajes, aunque sea al pueblo del abuelo, tendrán la oportunidad de poner en práctica lo mucho que han aprendido a lo largo del año en, pongamos por caso, geografía y ciencias naturales.

Desgraciadamente serán los menos. Ya casi nadie se sabe los afluentes del Ebro ni las capitales de Europa. Y de plantas y animales mejor no hablemos. Apenas reconocen las especies más famosas que, paradojas de la globalización, no son las ibéricas sino una extraña mezcla entre las propias de la sabana africana y el Amazonas. Ya saben, tigre, león, elefante, tucán, guacamayo. Como toque ibérico no pasan de los famosos oso, lince y buitre. De árboles nada. Y de cultivares, el truco para distinguir cebolletas de puerros está en mirar de reojo el cartel del supermercado.

Pero no se piensen que critico nuestro sistema educativo, Rajoy y su ministro Wert nos libre. El mal, como la crisis, es global. El problema lo tienen hasta en Argentina, donde un reciente estudio ha demostrado que los alumnos de entre 7 y 18 años conocen más especies de plantas y animales exóticos que nativos.

La culpa la tenemos todos. Demasiados documentales extranjeros y ninguno local. ¿Se acuerdan de Félix Rodríguez de la Fuente? Con él logramos convertir en mascota infantil al lirón careto. Hicimos bueno al lobo, divertido al zorro, inteligente al alimoche, imprescindible al encinar. Los héroes de nuestros hijos son ahora el móvil y la tablet. Pero tiene remedio. A falta de Félix, aprovechemos el verano para salir al campo y descubrirles esa fauna y esa flora única, la nuestra. Y dejemos los leones para la BBC.

Muchas gracias a la profesora Victoria Eugenia Martín Osorio, en cuyo blog sobre invasiones biológicas publicó la referencia al estudio argentino.

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Todos contra el veneno en el campo

Al final se ha conseguido dar un importante paso en la erradicación del uso de venenos contra animales en el medio natural. Para acabar con esos criminales que, como ayer mismo, mataban con sus ponzoñas un águila imperial en Ávila, la tercera de estas hermosas y amenazadas aves muertas de tan vil manera en apenas un mes en esa provincia.

Al mismo tiempo que se recogía el cadáver de la rapaz, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) presentaba en Madrid el proyecto LIFE + Acciones. Una batería de iniciativas destinadas a reducir de manera significativa el uso ilegal de tan letales sustancias en el campo.

En el proyecto se unen, por primera vez, organizaciones conservacionistas y administraciones públicas con un presupuesto total de 1,67 millones de euros para el periodo 2010-2014. Será coordinado por SEO/BirdLife y tiene como socios a la Fundación para la Conservación de los Buitres (VCF) y a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Cuenta con la colaboración del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, la Fundación Biodiversidad, el Cabildo de Fuerteventura, la Junta de Andalucía, el Gobierno de Cantabria y la Editorial América Ibérica.

Desgraciadamente, Aragón, Cataluña, Murcia, Castilla y León y Gran Canaria sólo participarán en acciones puntuales, mientras que Comunidad Valenciana, Gobierno de Canarias y Madrid tan sólo apoyan la iniciativa. El resto, Extremadura, Asturias, País Vasco, Navarra, La Rioja, Murcia o Tenerife siguen pasando olímpicamente del problema. En el caso de Extremadura, la región más rica y más castigada por los envenenadores, esta falta de interés clama al cielo.

En el marco del proyecto se elaborarán planes y protocolos de actuación para la lucha contra el veneno en siete comunidades autónomas y un cabildo canario, y se formará en la investigación especializada contra el veneno a agentes forestales de cinco comunidades autónomas y dos cabildos. Se crearán patrullas especializadas de agentes medioambientales en Castilla-La Mancha, como ya las hay en Andalucía, y reforzarán las campañas de divulgación y sensibilización de la población gracias a la colaboración de varias publicaciones.

En este vídeo de TVE se explica con detalle la tragedia medioambiental que supone el uso ilegal de venenos en nuestro país y el protocolo desarrollado por el Seprona para denunciar a los delincuentes responsables de tan inconscientes masacres.

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