La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

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Los hackers rusos no logran derribar a la abuela de las encinas españolas

Es tan vieja que incluso ha olvidado su nombre.

Carrasca le dicen sus vecinos, pues así es como llaman en Huesca a las encinas.

De Lecina, señalan los forasteros, para dejar bien claro dónde tiene clavadas bien profundas sus raíces, un pequeño pueblo del Alto Aragón de tan solo 13 habitantes tan recóndito como hermoso.

Milenaria, remarcan con admiración todos cuando la ven, aunque en realidad es imposible saber su edad exacta, tal es la coquetería que se gasta este árbol grandioso.

Coqueta y valiente, pues a su edad y con la que está cayendo, se ha lanzado a participar en un peculiar concurso internacional. Ni más ni menos que el Tree of the Year Europe, algo así como el Festival de Eurovisión de los árboles singulares europeos. Tiene incluso página web personal donde acoge a todos sus fans >>> Vota aquí por la Carrasca de Lecina Lee el resto de la entrada »

¿Qué nombre le ponemos a este olivo?

Olivo #9220 en busca de nombre.

Me acaban de hacer un regalo excepcional, exclusivo, fascinante y solidario a la vez: ¡he apadrinado un olivo! Pero necesito urgentemente ideas para bautizarlo. ¿Me ayudas?

Este árbol es un detallazo del equipo de Apadrinaunolivo.org, un grupo de entusiastas empeñados en sacar del olvido a su pueblo Oliete (Teruel) de la mano de sus más olvidados vecinos, los olivos abandonados. Allí viven unas 300 personas (casi la mitad mayores de 65 años) y hay más de 100.000 olivos que llevan más de 40 años sin recibir el más mínimo cuidado. Lee el resto de la entrada »

Vacas felices aragonesas: pura raza pirenaica en ecológico

Vacas pirenaicas en extensivo y en ecológico en el valle de Ainsa.

Sí, también hay vacas felices. Retozan en praderas de alta montaña, manteniendo un paisaje y una cultura con más de 5.000 años de historia.

Ya sabes que yo no como carne desde hace más de 10 años, pero si tuviera que hacerlo seguramente sería de explotaciones ganaderas ejemplares, en extensivo, en ecológico y procedentes de razas autóctonas en peligro de extinción. Lee el resto de la entrada »

Ojos electrónicos vigilan a la codiciada alfalfa aragonesa

El cultivo de alfalfa en Aragón sigue en alza imparable y ya concentra casi el 60% de la producción total de España.

Esa región cuenta con una superficie de 57.588 hectáreas de alfalfa, muy por delante de Cataluña y Castilla y León, que ocupan el segundo y tercer puesto en el ranking de productores españoles.

Su secreto está en la alta calidad del producto resultante. Y un cada vez mayor respaldo tecnológico: drones, sensores y satélites se están convirtiendo en los ojos expertos del agricultor. Lee el resto de la entrada »

El Hayedo del Moncayo, nueva arboleda singular aragonesa

Hayedo del Moncayo. © Eduardo Viñuales

El Gobierno de Aragón ha anunciado su intención de declarar próximamente arboleda singular al Hayedo del Moncayo, uno de los bosques de hayas más meridionales de Europa.

Esta masa forestal se localiza en el término municipal de Tarazona (Zaragoza). En el Parque Natural del Moncayo, en las inmediaciones de las fuentes del Sacristán y de los Frailes, en altitudes comprendidas entre los 1.225 y los 1.453 metros. Dividido en dos rodales forestales, este viejo bosque a proteger ocupa una superficie de 6’21 hectáreas de gran interés ecológico debido a la edad y madurez de la arboleda, así como a la rareza y estructura de la misma.

El hayedo del Moncayo es una masa pura, de extensión considerable, situada en el Sistema Ibérico. Representa una de las localizaciones más meridionales de esta especie, gracias a las características climáticas del macizo montañoso, lo cual le confiere unas características ecológicas y un interés muy especial. Lee el resto de la entrada »

Apadrina un olivo centenario

hombre

© Apadrina un olivo

Estos días, viajando por Teruel, me he encontrado con una provincia maravillosa e injustamente olvidada. Arte, naturaleza, historia, paisaje, paisanaje, gastronomía,… ¡Qué lujazo para todos los sentidos! Y qué pena tantos pueblos abandonados, tantos campos arruinados, tantos jóvenes obligados a irse a esas grandes ciudades donde tanto se pierde y tan poco se gana.

Pero muchos no se rinden y siguen apostando por su tierra. Como los responsables del proyecto que hoy os traigo a este blog: Apadrina un olivo en Oliete (Teruel).

Como explican en su página web, se trata de un proyecto único para recuperar miles de olivos centenarios gracias al apoyo de todos nosotros, consumidores responsables y comprometidos. Ayudaremos así a reactivar la economía de la zona, apoyando a los agricultores de una manera solidaria, ecológica y responsable con nuestro presente y futuro. 

Esta solidaridad tiene premio. A cambio, los padrinos podrán dar nombre a su olivo, recibir fotografías y un certificado acreditativo. Y también el aceite que el olivo haya generado anualmente, cuidadosamente embotellado.

Además han desarrollado una novedosa aplicación para el móvil, “Mi Olivo”, disponible para iOS y Android, con la que poder conectar directamente con tu olivo apadrinado. Podrás conocer así un montón de cosas, desde quién es el agricultor encargado de cuidar tu árbol hasta si se ha podado, ha florecido o está cargado de olivas. Incluso es posible organizar un viaje para conocerlo in situ. ¡Oleoturismo solidario!

Los olivos del pueblo de Oliete forman parte de la denominación de origen aceite de oliva del Bajo Aragón y en su mayoría pertenecen a la variedad autóctona Empeltre, Pero el 70% de este olivar único se encuentra en estado de abandono. Fíjate si este árbol tiene importancia histórica en la zona que el nombre del pueblo, Oliete, deriva del latín Olivetum, campo de olivos.

Estos jóvenes han conseguido el apoyo de muchas instituciones, empresas y personas, pero sin lugar a dudas su mejor embajador es el Tío Miguel, el hombre más anciano del pueblo. Quien en este vídeo promocional no se anda por las ramas cuando dice que recuperar esos olivos es algo «muy bueno» que estamos obligados a hacer.

Qué entrañable. ¿Les echamos una mano?

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Descubren un buitre blanco en Aragón

Todos conocemos la dificultad de encontrar «un mirlo blanco«, algo prácticamente imposible pues el macho de este túrdido, salvo por el naranja pico, es de color negro azabache. Se han visto algunos en el campo, es verdad, pero son siempre ejemplares albinos, caprichos genéticos de la naturaleza como lo fue Copito de Nieve, el famoso gorila blanco del zoo de Barcelona. Cada descubrimiento de un inmaculado ejemplar de estos, pertenezca a la especie que pertenezca, resulta toda una sorpresa.

Esta vez el «milagro blanco» se ha producido en un ser aparentemente tan poco poético como el buitre leonado (Gyps fulvus). Sus descubridores son miembros del Fondo Amigos del Buitre (FAB), quienes han logrado fotografiar a tan extraordinario ejemplar albino en Los Fayos (Zaragoza), en el somontano del Moncayo.

Foto y noticia acapararon el pasado viernes la última página del Diario del Alto Aragón, oportunidad que los ornitólogos han sabido aprovechar para denunciar la terrible situación en que se encuentran estas necrófagas en España. Porque como explica el periodista:

Tal vez progresar significa, además de quemar reses muertas, entender la conservación como pura y dura gestión de «recursos» (vidas).

Un pájaro así no pasa desapercibido para nadie. Sin embargo, desde que hace unos meses se le hizo esta fotografía no ha vuelto a verse. Los más pesimistas piensan que puede haber muerto de hambre, o envenenado, o electrocutado, o quizá estrellado contra un aerogenerador. Y es que aunque seas un buitre blanco no lo tienes nada fácil.

Ver mapa más grande

Localización de Los Fayos en el mapa, lugar donde se ha visto al buitre blanco.

1.300 buitres muertos en cinco años, sólo en Aragón

En cinco años, 1.363 buitres leonados (Gyps fulvus) ingresaron muertos o debieron ser eutanasiados en el centro de recuperación de fauna silvestre La Alfranca (Zaragoza), perteneciente al Gobierno de Aragón. Sólo el año pasado fueron más de 350 buitres, 44 milanos negros, 31 milanos reales, 6 alimoches y 3 quebrantahuesos.

¿Les parecen muchos muertos? Pues en realidad son tan sólo la punta del iceberg. Se calcula que a los centros de recuperación tan sólo llega menos del 10 por ciento de los animales que en realidad mueren por nuestra culpa en el campo. De acuerdo con ello, en realidad en los últimos años habrían muerto en Aragón más de 10.000 buitres, dos millares de estas majestuosas aves al año.

¿Y de qué mueren nuestros buitres?

Principalmente de choques contra aerogeneradores eléctricos y cables de alta tensión, además de por electrocuciones y envenenamientos.

Últimamente también se ha disparado el número de muertes por, pasmaros, atropellos en las carreteras. Los buitres se mueren de hambre, ya os lo he contado, y en su desesperación no dudan en bajar al asfalto o las vías de ferrocarril para comerse pequeñas carroñas de animales atropellados por nuestros veloces vehículos, ya sean perros y gatos, conejos o corzos. Y mueren igual que sus presas, arrollados. Con el consiguiente peligro para la circulación, pues son muchos también los accidentes de tráfico provocados tras embestir un coche o un tren a un animal de tal envergadura.

Desde Fondo Amigos del Buitre responsabilizan a la supresión de muladares de parte de esta mortandad entre aves en Aragón. Señalan así cómo Teruel ha reducido a 15 los 40 muladares que tenía en el año 2000. Como consecuencia de ello, las carroñeras turolenses se han tenido que ir a rebuscar comida entre la basura del lejano vertedero de Vilafranca, en Castellón. Pero en el camino se topan con una casi infranqueable barrera de parques eólicos en la comarca de Els Ports, entre cuyas palas, a modo de terribles guillotinas, han encontrado la muerte en apenas dos años 220 buitres leonados. En toda España se calcula que han muerto contra estos artilugios, aparentemente limpios y ecológicos, más de 800 buitres en seis años.

Con el buitre leonado estábamos todos muy contentos. Sus poblaciones se estaban recuperando de manera espectacular. En 1999, cuando se hizo el tercer censo nacional de la especie, se estimó una población para toda la Península Ibérica de 22.727 parejas y no menos de 70.000 individuos, más del doble que una década antes. Este año SEO/Bird Life lo está repitiendo, pero me temo que los resultados no serán tan halagüeños.

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¿Quieres conocer más noticias sobre los buitres? La Minuteca de 20 Minutos las ha recopilado todas. Puedes consultarla pinchando aquí.

Los topillos llegan a Aragón

Lo acaba de denunciar preocupada la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores de Aragón (ASAJA). Los topillos no son sólo un problema en Castilla y León. También han comenzado a preocupar en Huesca, en concreto en las comarcas de La Litera y Bajo Cinca.

Según una nota de prensa difundida por el sindicato agrario, la voz de alarma comenzó hace unas semanas cuando los agricultores de estas zonas detectaron la presencia de topillos en terrenos con cultivos industriales como alfalfas y árboles frutales, donde es «muy difícil» controlar su expansión con medios mecánicos, como la labranza, según explicó el agricultor y concejal del Ayuntamiento de Tamarite de La Litera (Huesca), Ismael Gil.

A pesar de reconocer el propio Gil que «por el momento la situación no es alarmante», también recalca que deberán ser los propios agricultores «quienes con urgencia tomen las medidas para paliar la proliferación del topillo con métodos tradicionales [sic] como el veneno o la labranza.

Ya lo ven. En mi opinión, esta reacción es un peligroso ejemplo de histeria colectiva. A pesar de que el consejero de Agricultura aragonés, Gonzalo Arguilé, ha rechazado cualquier tipo de alarma por esta cuestión, pues considera que la especie siempre ha existido en la comunidad y no supone «ningún problema» para la agricultura, los jóvenes campesinos, en teoría mejor formados que sus padres y abuelos, se quieren dejar llevar ahora por la moda castellanoleonesa y están dispuestos a envenenar el campo, su campo, «por si acaso». Y como son tiempos electorales, no faltarán políticos ávidos de votos, dispuestos a encender la mecha o, por lo menos, arrimar la yesca del incendio mediático a su sardina.