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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Los viejos castaños de El Tiemblo, amenazados de éxito

Son unos árboles bellísimos en un bosque de ensueño. Pero pueden morir de éxito. Durante más de 500 años los castaños centenarios de El Tiemblo (Ávila) alimentaron a los vecinos con buenas castañas. El más viejo y grande todos ellos, El Abuelo, podía dar refugio entre su tronco ahuecado a un pastor con todo su rebaño de cabras. Pero eso era antes. Ahora acoge a tantos turistas día sí y día también que su salud se está deteriorando. Porque con los árboles centenarios hay amores que matan.

No todos, pero siempre hay turistas tan descerebrados que gustan trepar por estos árboles catedral para hacerse fotos dejando bien claro en las redes sociales sus escasas luces. Tantos que están poniendo en peligro la supervivencia del abuelo vegetal, pues se creen más listos que el resto y sistemáticamente se saltan el vallado de protección. Una docena de adultos posando ante la cámara bajo sus ramas son cerca de una tonelada de peso. Día tras día, estas apisonadoras humanas acaban compactando el terreno hasta casi cementarlo, ahogando las raíces. Decenas de hombres y mujeres chimpancés enredando en sus copas rompen ramas y causan heridas por donde luego pueden entrar muchas enfermedades. Miles de idiotas ignoran un cartel municipal donde se les dice bien clarito:

No subáis a mí.
Soy muy viejo, centenario.
Quisiera vivir muchos años.
Gracias.
El Abuelo.

Se ve que no saben leer.

El Ayuntamiento es consciente del problema. Un sábado o domingo de otoño, cuando más bello está el castañar, pueden acudir a visitarlo más de 600 vehículos, un millar de personas. Demasiada gente y poco concienciada. Por eso, como medida disuasoria, desde 2012 hay que pagar por visitar el castañar. Dos euros por persona, 3 por bicicleta, 6 por coche, 10 por quad y 60 por autobús.

La idea era buena pero no funciona. Apenas sólo tiene afán recaudatorio. Una vez superado el acceso, no existe ningún control ni vigilancia sobre estas visitas, por lo que la gente no sólo abandona los senderos y pisotea el suelo, si no que es habitual verlos cogiendo flores, setas y arramplando con toda castaña que se les ponga a tiro, ajenos a que las castañas tienen dueño.

Una campaña de recogida de firmas en Internet trata de proteger tan valioso patrimonio natural. Sus promotores denuncian un progresivo deterioro del espacio que amenaza la conservación de un espacio tan frágil y reducido como es el Castañar de El Tiemblo. Algo que, denuncian, resulta incomprensible teniendo en cuenta que forma parte de la Reserva Natural del Valle de Iruelas, y que por tanto debería gozar de una especial protección.

Con muy buen criterio, los firmantes de esta petición pedimos (por supuesto yo ya la he firmado) varias actuaciones urgentes:

  • Regulación del acceso al castañar por medio de la limitación real del número diario de visitantes, teniendo en cuenta su pequeña superficie, y posibilitando así que la afluencia de visitas se reparta a lo largo de todo el año.
  • Que el acceso al mismo, sea por grupos, siempre acompañados por un guía, que además de informar sobre la zona, vigile que no se abandonen los itinerarios establecidos para las visitas y no se produzcan daños al entorno.
  • Que la adopción de las citadas medidas sea un primer paso hacia un modelo distinto en la gestión de los espacios naturales. Racionalizando su uso y permitiendo que sirvan como motor de un desarrollo sostenible sin poner en peligro el propio recurso.

Así que ya sabes. Si quieres que tus futuros nietos puedan seguir disfrutando del Abuelo y del resto del castañar de El Tiemblo, firma esta petición. Merece la pena.

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5 comentarios

  1. Dice ser teresa

    Totalmente de acuerdo con lo peticionado. También sorprendida: en países con menos recursos y lugares remotos he visto vigilancia constante y multas a quien se salga de los senderos, toque una piedra o monumento.
    Andá a desviarte del sendero en Isla de Pascua, tocar algo que no corresponda en las Galápagos o siquiera bajarte a poner los pies en el agua en alguna playa solitaria de Península de Valdéz. Esto último lo hice, muy acalorada despues de un dia de recorrer ese desértico lugar, y desde kilómetros de distancia un guarda parques me vió: además de darme un reto porque es «zona intangible» tuve que pagar una multa,

    26 febrero 2017 | 11:14

  2. Dice ser LLL

    Siempre medidas basadas en la restricción y ninguna en la educación…. dirigidas a un modelo en el que la naturaleza parece la propiedad privada de los que por su condición pueden acceder a ella sin restricciones.

    Se entiende que son ideas de emergencia, pero desafortunadamente la única que funcionaría para compatibilizar la existencia de la naturaleza con el derecho a disfrutarla (el ser humano también es «natural» no lo olvidemos) sería una drástrica reducción de la población mundial de humanos, lo que choca frontalmente con el «inalienable» derecho a procrear, seas asesin@, pederasta o incluso hipster.

    26 febrero 2017 | 15:10

  3. Dice ser dsgdsg

    Acabará como han acabado la mayoría de olivos milenarios de España, convertidos en leña para vender a granel.

    Son las leyes que tenemos de los politicos a los que votamos.

    Evidentemente la educación importa, pero es que Hollywood es muy constructivo para las mentes de los humanos.

    26 febrero 2017 | 19:11

  4. Dice ser jose luis

    Que se puede esperar de un gobierno municipal, en el que familiares de la concejal de medio ambiente venden leña y tienen gran cantidad en un negocio que vende desde material de obras a madera cortada del monte, y que no para la escandalosa aglomeración que se produce en el Castañar y otras partes del monte. (Y que observa con al menos complacencia¨ por que está en el lugar de cobro, lo que sube al Castañar).

    27 febrero 2017 | 18:33

  5. Dice ser Carlos

    Hay amores que matan, ese era eslogan de la campaña emprendida por el desaparecido Departamento de Arboles Monumentales de Valencia y la también desaparecida Fundación Félix Rguez de la Fuente.

    Cada vez hay más ejemplos de los daños que causan las visitas masivas por el pisoteo sobre el sistema radicular de los árboles ancianos. Nos lo decía Bernabé Moya, es como si al abuelo se le subieran encima todos los nietos y biznietos, …

    Desde nuestra asociación A Morteira hace tiempo que apostamos por el «patrimonio secreto», se trata de no divulgar la presencia de aquellos árboles monumentales que, generalmente enclavados en el medio silvestre, no se benefician de la visita de tanto visitante dominguero.

    Un saludo

    07 marzo 2017 | 09:02

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