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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Únete al desafío del café reposado y socialmente justo

 

Café

Bajo el lema “Soy Comercio Justo”, miles de personas de un centenar localidades españolas se unirán a los más de 50 países que celebran el próximo 14 de mayo el Día Mundial del Comercio Justo. La jornada apelará a la ciudadanía a participar en este movimiento internacional de lucha contra la desigualdad y por la justicia global, que nació en los años 50 y hoy es una red consolidada en todo el mundo. Y a beber mucho café.

El producto más vendido de todos los que promueve esta iniciativa de empoderamiento del consumidor es el café, cuyos pequeños y medianos productores están pasándolo muy mal por culpa de los terribles efectos que el cambio climático. En el caso de América Latina, el aumento de las precipitaciones, la humedad y las altas temperaturas han causado que la enfermedad de la roya se extienda rápidamente, dejando a los productores sin más remedio que reducir la extensión de sus plantaciones y con ello perder ingresos.Comercio

Por esta razón Fairtrade, la certificadora de Comercio Justo, propone este año un curioso reto: beber durante los días 13, 14 y 15 de mayo más café justo que nunca. Este café especial lo reconocerás por su peculiar etiqueta inspirada en el Yin Yan.

Para participar en el desafío pueden inscribirse tanto grupos como individuos en la página web del Desafío Mundial Fairtrade y unirse o crear un evento de una pausa de café de Comercio Justo Fairtrade. En los eventos se pueden registrar tanto el número de asistentes como las tazas estimadas que se beberán entre el 13 y 15 de mayo y que se añadirán a un contador mundial. De momento las comprometidas por los españoles son muy pocas en comparación con suizos, belgas o finlandeses.

En este aspecto yo no estoy nada de acuerdo con la campaña. Tanto café no puede ser bueno para la salud. Y menos si se anima a competencias para ver quién consigue beber más tazas. Consumir hasta morir no va con mis ideas, por muy justa que sea la causa que lo promueve. Prefiero el café calmado, sin prisa, en pequeñas dosis.

En lo que sí estoy de acuerdo es en elegir siempre que se pueda este tipo de productos certificados que cada vez ayudan más a los pequeños productores y tanto se alejan de tratados comerciales injustos e insostenibles como el que ahora nos quieren meter los norteamericanos en Europa de la mano del TTIP.

Apostar por productos de Comercio Justo es ayudar a que los pequeños productores de los países en vías de desarrollo puedan disfrutar de un salario digno y unas buenas condiciones de trabajo. Además promueve el empoderamiento de las mujeres agrícolas, prohíbe el trabajo infantil y utiliza únicamente técnicas no agresivas para el medio ambiente.

El movimiento «Comercio justo» cuenta en el mundo con más de 2.000 organizaciones productoras repartidas en 75 países de África, Asia, América Latina y el Caribe, en las que trabajan más de 2 millones de personas. Hay además 500 distribuidoras y 4.000 tiendas especializadas.

En España, en 2016 se cumplen 30 años desde la apertura de las dos primeras tiendas. Hoy, 150 personas trabajan de manera directa y más de 2.500 colaboran como voluntarias. Un 80% son mujeres. Según datos aportados ayer en rueda de prensa por los responsables nacionales de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo (CECJ), las ventas en 2014 ascendieron en España a 33,2 millones de euros, un 8% más que el año anterior.

El mayor número de trabajadores y productores está en el sector del café, con más de 737.000 personas, seguidos de los del té, con casi 300.000, y por los productores de cacao con 176.600. Café, té y chocolate. Las tres bebidas mágicas para hacer buenos amigos. Y para sumarlas al movimiento justo de las tres eses: solidario, social y sostenible.

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