La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Este verano disfruta más del campo con el nuevo turismo olfativo

Cata aromas

En mi último viaje a Mallorca he tenido el privilegio de disfrutar de una experiencia fascinante: catas dinámicas de paisaje. Suena raro pero os la recomiendo como original actividad para este verano recién estrenado.

Consiste en ir a un lugar muy especial y poner las pituitarias al viento. Muy relajados, pues como sabiamente aconseja el escritor Patrick Süskind,

“el perfume debe olerse en estado distendido y aireado, nunca concentrado”.

En mi caso, por iniciativa de Rafel, un experto biólogo mallorquín a quien se le ha ocurrido tan brillante idea, nos fuimos al atardecer a la playa de Son Serra de Marina, espectacular mirador al Cap de Farrutx (Artà).

Con las dunas cubiertas de flores, los primeros aromas intensos fueron los del ramell de sant Ponç o perpetua (Helichrysum stoechas), una manzanilla bastarda de potente olor a curry. Pero esta flor es diurna y, poco a poco, a medida que languidecía la tarde, fue cerrándose y dejando sitio a los aromas de las flores nocturnas, primero tímidos, recién despertados, luego cada vez más potentes, entremezclados con el olor nocturno de los cercanos pinos, el salitre de la arena y la fresca brisa del Mediterráneo.

Despuntaba potente la crucianel·la o rubia de mar (Crucianella maritima), que olía a dulce miel de romero o de algarrobo, entremezclada con la de la zamarrilla (Teucrium dunense), de hojas muy aromáticas, como las típicas de hierbas para cocinar los caracoles.

Y mientras el sol se ocultaba, cientos de pequeños escarabajos machos revoloteaban en busca de sexo efímero, y alguna que otra pareja de nuestra especie buscaba el abrigo discreto de una duna para parecido fin, acompañados por el arrullo de las olas, el canto de los grillo topos (Gryllotalpa gryllotalpa) y el ronroneo machacón de los enigmáticos chotacabras europeos (Caprimulgus europaeus).

Si el perfume es el alma de las flores, la fragancia de la naturaleza es la mezcla perfecta de todos sus aromas, cambiante y a la vez exclusiva de cada lugar, época del año e incluso hora; también tornadiza dependiendo del estado de ánimo de nosotros y nuestras narices.

Dice Süskind:

“En el recuerdo, todos los perfumes son imperecederos”.

Pero los de estas catas de naturaleza lo son aún más. ¿Te apuntas a la nueva moda del ecoturismo olfativo?

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3 comentarios

  1. Dice ser Viaje a India

    He leido tu blog sobre tu viaje a mallorca. Es muy interesante. Cuando viajo voy a tener en cuenta. Actualmente ofrezco viajes en la India, Nepal y Butan. Muchas gracias por escribir y informar a los viajeros.

    27 junio 2015 | 03:30

  2. Dice ser Carmen Mari González

    SIN VACACIONES LO MÍO SERÁ URBETURISMO OLFATIVO RESIGNATUS
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    …Afortunado usted, querido César-Javier, que ya puede disfrutar de las vacaciones –y de su pituitaria– por tierras mallorquinas. Una servidora no tendrá este año la misma suerte y tendrá que conformarse con los paseos nocturnos por su ciudad contaminada. Un fastidio. Por cierto, cada vez que le veo en una nueva foto, le encuentro mejor físicamente. ¿Qué hace usted para estar tan apolíneo? Rostro simétrico, mandíbula y mentón pronunciados, ojos grandes, torso en forma de “V”, músculos definidos, glúteos firmes y elevados, vello en pecho… ¿Ha pensado por fin en actualizar la foto del blog?
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    …Pero le digo. Este verano no tendré más remedio que hacer mi turismo olfativo por Aranjuez. Aunque no por el centro de Aranjuez. Ya que la anterior alcaldesa del PP, María José Martínez (sic) “La Pepota”, tuvo la ocurrencia de atiborrar los jardines públicos de plátanos de sombra, para desgracia de quienes sufrimos algún tipo de alergia o afección pulmonar. Nada que ver, por supuesto, con las rosas, tulipanes, gladiolos y nomeolvides que esta señora hizo plantar con nuestro dinero en los jardines del Ayuntamiento.
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    …Fuera de estas rosaledas, y como usted comprenderá, aquí, en Aranjuez capital, no es tan agradable poner la pituitaria al viento. 1º porque no hay viento y 2º porque, con esta ola de calor, persisten los olores más intensos y repulsivos: el olor a petróleo de las carreteras, a las basuras amontonadas de las calles, al alpechín de la sierra, a la humareda de los coches, al tufo agrio de las alcantarillas, a las cacas de los dueños de los perros, a la fritanga rebozada de los bares…
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    …Y los fines de semana: al perfume reconcentrado de cientos de pequeños escarabajos macho haciendo botellón y revoloteando a la rebusca del sexo efímero; al ruido de los grillos topo (gillipondi grillandis) rompiendo los cascos de las cervezas a las 3 de la madrugada; al ronroneo machacón de las motos gripadas al término de los afterhours; a los chorros de orina brotando con fuerza al abrigo discreto de un coche o de un portal abierto, etc.
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    …Desgraciadamente “en la ciudad, todos estos perfumes y ruidos son imperecederos”. Será el urbeturismo olfativo de quienes no tendremos vacaciones este verano.

    29 junio 2015 | 12:55

  3. Dice ser yo

    Viajas más que willy fog, la lástima es que un ecologista que se las da de ello debería dar ejemplo y no utilizar medios de comunicación que contaminan el planeta.O una de dos:o dejas de viajar para ser coherente o no te las vuelvas a dar de «ecolo» y viaja a remo.
    Menudo ejemplo nos das.

    30 junio 2015 | 08:30

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