La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Archivo de febrero, 2015

Los músicos de Bremen se van a Fuerteventura

Burrito cabra

Sira es una cabrita de costa, de esas que aún viven salvajes y asalvajadas en los cotarros de Fuerteventura, manejadas por los ganaderos como ya lo hacían los aborígenes canarios hace 2.000 años: en apañadas, lo más parecido a rodeos pero a pie, para recogerlas en corrales de piedra (gambuesas), marcarlas (golpes lo llaman) y volver a soltarlas.

Pero Sira tuvo mala suerte, o buena según se mire. Nació sin lengua, aunque es posible que se la arrancara un cuervo, quién sabe. El caso es que su madre la abandonó, pues el pobre animal era incapaz de mamar.

Luis y Sofía se la encontraron medio muerta. Y en lugar de dejársela como merienda a los buitres (guirres) decidieron adoptarla. Tienen sitio de sobra en su casa, un precioso centro dedicado al turismo rural entre las montañas de los Cuchillos de Vigán y las lavas del Malpaís Grande.

Luego llegó Lola, otra cabrita pero ésta de las de corral. Y hace unos meses se incorporó a tan curioso grupo Nene, un burrito de ocho meses, peludo y suave como Platero. Ningún problema. Es tal la armonía natural de ese sitio que cabritas y borrico han hecho piña. Tanto, tanto, que el asno ha terminado por creerse cabra.

No te puedes imaginar la escena cuando salen juntos, triscando felices por los caminos de Tenicosquey (Antigua). Lola enseñando a tragar a Sira, quien debe inclinar al máximo su cabeza para que el alimento caiga al estómago por gravedad, mientras Nene las imita como un caprínido más, saltando alborozado entre los olivos e incluso tratando de ponerse sobre dos patas para llegar a los brotes más jugosos.

Si juntamos a estos tres con el gallo, el perro bardino y alguno de los gatines remolones de la casa de huéspedes, ya tenemos asegurado un concierto exclusivo de los músicos de Bremen. Perdón, de los músicos de Tenicosquey.

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Los cazadores sueñan con volver a cazar osos en Asturias

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A este país le hace falta mucha pedagogía. Especialmente a los cazadores, complejo colectivo que no acaba de asimilar su nueva función social, esa que les retira de la tradicional actividad deportiva y les arroga ahora complejas funciones como supuestos gestores de la biodiversidad. Ya no cazan por placer. Lo hacen para controlar científicamente las poblaciones de animales, evitando así indeseables aumentos poblacionales, plagas, pestes, epidemias, consanguinidades y otras terribles situaciones frente a las que, según parece, la naturaleza no es capaz de hacer frente. O eso dicen sus dirigentes:

«Si el oso pardo se recupera, consideramos que tendría que estar permitida su caza».

Así de claro y contundente se expresó el presidente de la Federación Asturiana de Caza, Valentín Morán, según recogió el periódico La Nueva España. Lo hizo durante la celebración el pasado 18 de febrero de las I Jornadas «Realidad de la actividad cinegética en Asturias. Caza y sostenibilidad», y aunque es verdad que luego matizó sus palabras, la aclaración fue casi peor:

«No quiere esto decir que mañana mismo nos queramos poner a cazar osos en Asturias, lo que considero es que debería de tenerse en cuenta. Ninguna especie tiene que ser descartada, ya que una población elevada de plantígrados también puede ser perjudicial para los vecinos del ámbito rural».

Más tarde, y ante la monumental repercusión creada, Morán volvió a matizar su afirmación, dejándola como un «mero marco especulativo e hipotético». Pero la idea quedó clara.

Ahí están de nuevo nuestros salvadores. Los valientes defensores de las economías rurales. El fiel amigo de pastores y agricultores. Ahí están los cazadores entrenando en batidas de osos en Eslovenia o Rumanía. Limpiando sus rifles a la espera de que, algún día, la protección del plantígrado en España dé sus frutos (a pesar de los siempre inevitables e incontrolables furtivos) y se les pueda manejar como mejor saben, a tiro limpio, al igual que tan buenos resultados da con los lobos. ¿Qué vendrá luego? Linces, águilas imperiales, quebrantahuesos,… las añoradas piezas tradicionales de la montería.

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Ahora sabemos por qué Noé se olvidó de suegras y plantas

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Hay un gravísimo error en la Biblia. Según afirma el libro sagrado de judíos y cristianos, para evitar la supuesta gran extinción provocada por el diluvio universal Noé llenó un arca con parejas de todos los animales domésticos y salvajes del planeta, pero se olvidó de lo más importante. Además de esa suegra a la que condenó a morir ahogada, no salvó a la plantas. Seguramente porque se supone que plantas y suegras son seres vivos que ni sienten ni padecen. Pero al menos respecto al primer grupo Noé estaba equivocado. Las plantas sienten y hasta pueden considerarse inteligentes.

No lo digo yo. Lo asegura Stefano Mancuso, una de las máximas autoridades mundiales en el campo de la neurobiología vegetal que estos días presenta en España su último libro, Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal. En él niega que las plantas sean organismos pasivos, carentes de sensibilidad y de cualquier otro tipo de comportamiento individual y social.

Según éste y otros científicos, además de nuestros cinco sentidos poseen por lo menos otros quince. Por ejemplo, sienten y calculan la gravedad o los campos electromagnéticos, hablan entre ellas y hasta reconocen a sus familiares. Al igual que en el reino animal, en el vegetal existen plantas oportunistas y plantas generosas, honestas y falaces, que recompensan a quienes les ayudan y castigan a quienes tratan de lastimarlas. Si consideramos inteligencia la capacidad para resolver problemas, las plantas no sólo son inteligentes sino hasta brillantes. E incluso más, pues desarrollan una “inteligencia de enjambre” que les permite manifestar comportamientos grupales similares a los de una colonia de hormigas o una bandada de pájaros.

Visto así, existiría ese bosque animado de Wenceslao Fernández Flórez donde los árboles hablan con el viento, aunque mejor es no saber qué dicen de nosotros. ¿Será por eso que Noé los dejó fuera del Arca?

Puedes leer el primer capítulo del libro en este enlace.

Y escuchar una charla TED del autor haciendo click en este vídeo.

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Buscan en Teruel el árbol europeo del año

Chopo cabecero Teruel

Ni el más espectacular, ni el más grande, ni el más viejo. El concurso del Árbol Europeo del Año busca el ejemplar arbóreo más querido por la gente. Un curioso galardón al que por primera vez aspira un árbol español: un chopo cabecero que vive desde hace 250 años en Aguilar del Alfambra (Teruel), un pueblecito de 25 habitantes.

En el sur de Aragón, chopo cabecero es el nombre popular que recibe el álamo negro tras ser sometido a una potente poda periódica para obtener madera, combustible y forraje. En otros sitios se conocen como chopas o árboles trasmochos.

En el concurso participan miles de personas de catorce países y la votación concluye el próximo 28 de febrero. Hasta el momento nuestro representante aragonés ha logrado casi 10.000 firmas y se mantiene en el puesto tercero (aunque seguido de cerca por Chequia), pero todo está muy abierto pues en los próximos días puede pasar de todo. Tiene por delante al representante de Estonia (34.724 apoyos) y al de Hungría (36.593). ¿Logrará ganar? Claro que sí. Tan sólo hay que pinchar en este enlace de la página y votar por él. ¿A qué esperas?

En el Árbol Europeo del Año, a diferencia de otros concursos, no es importante la belleza, el tamaño o la edad, sino la historia y la conexión con las personas; se buscan árboles que se han convertido en una parte integrante de la comunidad en su sentido más amplio.

El territorio turolense posee las mayores concentraciones de Europa de este tipo de choperas, de las que sólo en Aguilar hay alrededor de 4.700. Aunque el chopo negro (Populus nigra) tiene una amplia distribución en Europa, en su forma de trasmocho no es nada de habitual. Solo se conoce la presencia de formaciones importantes de este tipo en Inglaterra, Hungría, Turquía y España.

El chopo cabecero es abundante en la zona centro y noroeste de la provincia de Teruel, especialmente en las cuenca alta del Martín, Guadalope, Alfambra, Aguasvivas, Huerva y Jiloca. Se extiende hacia el oeste de la provincia de Zaragoza por la extensa cuenca del río Jalón, en la de Gallocanta y el Mijares, aunque ya son masas discontinuas y localizadas.

Los impulsores de su candidatura son conscientes de que la competencia es enorme. No es el drago de Icod de los Vinos, en Tenerife, pero han querido apostar por lo pequeño y lo desconocido, aunque sean viejos ejemplares tradicionalmente terciados pero nunca cortados, pues su principal valor fueron siempre sus ramas.

Entre los ejemplares que se presentan de otros países figura el Árbol del Clavo (Voeren, Bélgica), un castaño al que se consideraba mágico en la Edad Media; el Árbol Solitario de Llanfyllin (Gales), un majestuoso pino albar, y el roble plantado en el centro del campo de fútbol de la localidad de Orissaare (Estonia). El «Viejo Olmo» de Sliven (Bulgaria) ganó en 2014, con 77.526 votos computados.

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Cambio a san Valentín por unas camelias

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Mañana, día de san Valentín, los enamorados regalarán rosas. Quizá también orquídeas, antes tan imposibles como hoy asequibles. Pero yo no. Mi flor de amante es la camelia. Y no la corto. La disfruto descubriéndola en los jardines. Especialmente en esos románticos pazos gallegos y casonas asturianas donde, con un esplendor único, se muestran algunas de las colecciones más importantes del mundo.

Hay hasta 8.000 variedades diferentes originarias de China y Japón, en todos los tamaños, formas y colores; arrogantes primas de la humilde planta del té, espectacularmente aclimatadas al benigno clima atlántico del norte español hasta convertirse en singular motivo de peregrinación para los amantes de la jardinería.

Viéndolas en su hermosura invernal, con la altiva frialdad de unas divas, es imposible no acordarse de la Dama de las Camelias. A mediados del siglo XIX, Marie Duplessis volvió locos a nobles e intelectuales de Francia, Inglaterra y hasta Rusia. Alérgica al olor de las flores, las camelias, por carecer de perfume, eran sus favoritas. Tan sofisticadas y delicadas como ella, siempre las tuvo a su lado.

Dickens la frecuentó, Dumas la veneró y Liszt la entronizó, pero fue Verdi quien la elevó a los altares del amor romántico con La Traviata, compuesta en su recuerdo.

“Gocemos”, nos aconseja la atribulada protagonista de esta maravillosa ópera, “que fugaces y rápidos son los placeres del amor”. ¿Por qué no hacerle caso?

Flores, jardines y palacios, música, estrellas. Este fin de semana os propongo pasar de san Valentín, a fin de cuentas un obispo italiano con pinta de aburrido, y entregarnos a los placeres mundanos de las camelias. A ser posible acompañados de un buen vino, por eso que nos decía su enamorado de que “el amor entre las copas hallará besos más cálidos”.

Anna Netrebko y Rolando Villazón interpretan maravillosamente La Traviata en Salzburgo (2005). La protagonista, Violeta Valery, sería el alter ego verdiniano de La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas hijo.


Y una idea para celebrar mañana a san Valentín por todo lo alto. Los Días de amor y camelias que organiza el Pazo de La Saleta (Pontevedra) con música, flores, buenos alimentos y mejores bebidas. Una deliciosa experiencia para los cinco sentidos.  ¡No te lo pierdas!

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Exterminio de gatos en Lanzarote

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El manejo del lenguaje es importante, pero lo es mucho más el profundizar en su significado o, más en concreto, saber leer más allá de los titulares.

Estos días hay una petición que está tomando fuerza en la plataforma Change.org. Recoge firmas para exigir al Gobierno Canario y al Cabildo de Lanzarote que, «por motivos éticos y de eficiencia», no opten por el exterminio de los gatos de la isla de La Graciosa, sino que tomen medidas para controlar la población felina mediante el método captura-esterilización-suelta.

La alarma ha saltado después de que SEO/BirdLife haya publicado el informe Lugares a restaurar para frenar la pérdida de biodiversidad, donde marca una serie de medidas que deberían tomarse en varias Áreas Importantes para la Conservación de las Aves (IBA) para detener la pérdida de biodiversidad. Y más en concreto, en el control/erradicación de gatos en La Graciosa.

Pero los recogedores de firmas han metido la pata. No se dan cuenta sus promotores de que erradicar no es lo mismo que exterminar.

Me explico. Los gatos en islas oceánicas son más peligrosos para los animales autóctonos que una bomba atómica. Soltados o escapados se convierten en terribles depredadores de una fauna que durante miles de años ha evolucionado sin recursos para poder luchar contra ellos. Es como encerrar a un león en un corral de ovejas. Arrasan con todo animal que no pueda escapar de sus fauces.

Ley natural, dirá más de uno. Que se adapten, responderá otro. Imposible. Ya os he contado lo que ocurrió en Nueva Zelanda con el famoso chochín de las Stephens. El gato del farero acabó en apenas un invierno con toda la población mundial de esta singular especie. El extraño pájaro fue poco más que un postre para el lindo gatito del aburrido farero. Y a nosotros nos burló algo único, irrepetible.

En una isla como La Graciosa, o en los vecinos islotes de Alegranza o Montaña Clara, todos ellos pertenecientes al extraordinario Archipiélago Chinijo, un único gato suelto puede provocar una masacre entre las especies de aves más amenazadas del planeta como la pardela macaronésica  (Puffinus baroli) o el petrel de Bulwer (Bulweria bulweri).

Por eso la inocente idea de esterilizarlos y soltarlos de nuevo en tan paradisíaco espacio natural protegido es, claramente, una descabellada atrocidad. Por eso es necesario, obligatorio y prioritario erradicar de tales territorios a los gatos.

Erradicar: Arrancar de raíz. Eliminar algo que se considera perjudicial o peligroso.

No confundir con exterminar: Acabar del todo con algo o alguien.

Porque los gatos pueden y deben desaparecer de La Graciosa, pero en absoluto deben de ser exterminados.

¿Qué se puede hacer? Pues lo que ya se está haciendo en muchos sitios donde se han resuelto situaciones semejantes. Capturarlos sin daño para ser posteriormente ofrecidos en adopción. Adopta un gato sin hogar. Para que tenga una vida relajada pero, sobre todo, para que no extermine, éste sí, a nuestras especies amenazadas.

Para eso, cuenta con mi firma.

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Nueva temporada de ahorcamiento de perros en España

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Era un día perfecto. Una mañana de sábado con un sol tan intenso como frío. Ideal para dar un paseo; para disfrutar del invierno a sorbos, con pasos tranquilos a través del campo adormecido por la helada. Admirando extasiado el vuelo acrobático de los milanos reales, escuchando el lejano trompeteo de las grullas, siguiendo la carrera saltarina del corzo, el vuelo poderoso del halcón peregrino. Un día perfecto hasta que me di de bruces con él. Colgado de una rama. Esquelético cual momia profanada. Ahorcado. Una brutal herida señalaba el sitio donde llevaba el chip identificador, arrancado para eliminar pruebas.

Era un pobre perro de caza. Galgo o podenco, daba lo mismo. Su dueño había decidido eliminarlo una vez concluida la temporada de caza.

Lo he quitado”, explicaría en el bar a sus amigos de escopeta mientras se bebía de un trago una generosa copa de sol y sombra. “No servía. Muy despistado. Y flojo. Se cansaba enseguida”.

El resto de la cuadrilla asentiría comprensiva. No más preguntas. No tiene sentido cuidar durante todo el año a un perro que no se gana en conejos y liebres el pienso que se come. “Ven aquí bonito”. “Mete la cabeza en este collar de alambre”. Tirón y a tomar por el culo. No pasa nada. Encontraré otro mejor.

Sólo en España y durante los meses de enero y febrero, unos 50.000 perros aparecen ahogados en pozos, ahorcados, disparados, envenenados, atropellados o abandonados. Las protectoras están desboradas. E indignadas.

El problema se solucionaba prohibiendo usar estos animales para cazar, pero sería tanto como prohibir la caza, pues el cazador no es nada sin sus perros. Por lo menos habría que endurecer las penas por maltrato animal y poner fin a la impunidad de la que gozan estos salvajes sin sentimientos. Porque yo no quiero más paseos de muerte.

El pasado año 2014 PACMA presentó un dossier en el que se documentaban cincuenta casos de maltrato a galgos. Fueron seleccionados entre cientos de ellos que se pudieron documentar en solo unos meses en diversas provincias españolas.

Foto: Wikipedia Commons

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Las cigüeñas no celebrarán hoy a san Blas

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Por san Blas, la cigüeña verás.

Y si no la vieres, año de nieves.

Hoy 3 de febrero, fiesta de san Blas, miramos al cielo en busca de cigüeñas y nieve. Según las previsiones meteorológicas, todo parece indicar que, si no el año, al menos esta semana se presenta con frío y nieves en España por culpa de la entrada de una potente ola de frío que a partir de mañana nos va a dejar a todos tiritando. Pero respecto a cigüeñas, lo que se dice cigüeñas, el refrán ya no funciona. Porque aunque es verdad que muchas están llegando estos días de sus cuarteles de invierno más allá del Sáhara, otras vendrán más tarde y otras en realidad no se movieron de la Península Ibérica. Los datos científicos confirman que las cigüeñas hace ya tiempo que pasan de san Blas.

Gracias al seguimiento realizado por el programa Migra, que lleva a cabo SEO/BirdLife con la colaboración de la Fundación Iberdrola, se han observado movimientos migratorios muy diferentes en la cigüeña blanca (Ciconia ciconia), especie que está cambiando su migración en las últimas décadas.

Como explica la veterana asociación conservacionista a través de una nota de prensa, hace muchos años la cigüeña blanca invernaba principalmente en África y su llegada desde las remotas tierras africanas nos marcaba el inicio de la primavera. Ya en los años 50 del siglo pasado, se comenzó a barruntar la invernada de algunas cigüeñas en el sur de España. Sin embargo, en las últimas décadas cada vez más cigüeñas blancas están invernando en España, y se ha detectado un importante cambio en su conducta migratoria. De las 7.500 cigüeñas contadas en España en el invierno de 1995 se pasó a las más de 31.000 aves en el año 2004. Y es que en arrozales y basureros las cigüeñas han encontrado una nueva fuente de alimentación que les permite soportar el invierno en tierras peninsulares, sin necesidad de marcharse hasta la lejana África subsahariana.

De vuelta al nido

La mayoría de las cigüeñas blancas que se han quedado en España ha regresado ya a sus nidos, aunque hay algunas que están aún en sus zonas de invernada. Muchos de los jóvenes nacidos en 2014 se quedarán en el norte de Marruecos sin regresar a España hasta años posteriores. En los próximos días terminarán o comenzarán su viaje las aves que aún no han llegado a sus territorios, uno de los fenómenos más espectaculares de la naturaleza.

“Parece que la mayoría de las cigüeñas blancas adultas se quedan a invernar en España, mientras que los jóvenes se van a África”, afirma Javier de la Puente, técnico del Área de Seguimiento de Avifauna de SEO/Life.

Pero aún no se sabe cómo cambia este comportamiento y las razones concretas de porqué los adultos migran a larga o corta distancia.

“En el futuro, con la información que se está recogiendo en el programa Migra, intentaremos dar respuesta a estos interrogantes y también descubrir que ocurre cuando las aves dejen de tener comida en los vertederos de España”, explica De La Puente.

Cigüeñas blancas con GPS en directo

Entre 2012 y 2014 se han marcado más de 60 cigüeñas blancas dentro del programa Migra por toda España. La información sobre sus viajes y movimientos está disponible para muchas de ellas en la página web www.migraciondeaves.org: 5 en Álava, 9 en Cáceres, 8 en Ciudad Real, 1 en Huelva, 2 en Huesca, 1 en La Rioja, 3 en León, 1 en Lugo y 6 en Madrid. De las aves disponibles en la web 25 son cigüeñas adultas y 11 son ejemplares marcados como pollos.

Las cigüeñas marcadas nos han mostrado muy distintos comportamientos migratorios, desde no moverse de su nido, hasta desplazarse más de 3.400 kilómetros para invernar en el Sahel africano.

Para los más curiosos, adjunto os dejo el curriculum vitae de los pájaros más interesantes y viajeros (o no) de este proyecto:

Yerga: Se marcó el 1 de mayo de 2012 en Alfaro (La Rioja) y es una migradora de larga distancia. Inverna en Senegal y Gambia a unos 3.500 kilómetros de su nido. Durante tres inviernos seguidos ha realizado la misma migración y ha invernado en la misma zona de África. El 26 de enero aún estaba en Marruecos, cerca de Marrakech, a 1.300 kilómetros de su nido. Dentro de poco llegará a España cruzando por el estrecho de Gibraltar.

Blas: Se marcó el 17 de mayo de 2012 en Pinilla del Valle (Madrid). Inverna habitualmente en el sur de Madrid a unos 70 kilómetros de su nido: durante el invierno se alimenta en vertedero de Valdemingómez y duerme en las graveras de El Porcal (Rivas-Vaciamadrid). El 26 de enero aún estaba en el vertedero de Colmenar Viejo a unos 30 kilómetros de su nido.

Juan: Se marcó el 14 de marzo de 2013 en Malpartida de Cáceres (pueblo europeo de la cigüeña). Inverna en Doñana, a unos 265 kilómetros de su nido. Regresó a su nido el 17 de diciembre de 2014.

Mari Cruz: Se marcó el 6 de mayo de 2013 en Ciudad Real y es migradora de corta distancia. Inverna en los arrozales de Doñana a unos 250 kilómetros de su nido. El 25 de enero estaba a 50 kilómetros del nido, en el vertedero de Almagro (Ciudad Real).

Alba: Se marcó el 30 de mayo de 2013 cerca de León y es migradora de media distancia. Este año ha invernado en el vertedero de Rabat (Marruecos), a unos 1.000 kilómetros de su nido. El invierno pasado, sin embargo se quedó a invernar en el sur de la península Ibérica: en los vertederos de Medina Sidonia y Benalup-Casas Viejas en Cádiz. El 26 de enero estaba en Cádiz a unos 700 kilómetros de su nido.

Felicia: Se marcó el 4 de junio de 2013 en la isla de Orenin, cerca de Vitoria (Álava), y es migradora de corta distancia. Inverna habitualmente en el sur de Madrid, a unos 300 kilómetros de su nido: se alimenta en el vertedero de Valdemingómez y duerme en las graveras de El Porcal (Rivas-Vaciamadrid). El pasado 10 de enero regresó a su nido.

Violeta: Se marcó el 19 de junio de 2013 en Binaced (Huesca) y es migradora de muy corta distancia. Inverna habitualmente en Lérida, en el vertedero de Montoliu a tan solo 50 kilómetros de su nido. Durante el invierno vuelve a su nido en Huesca cada cierto tiempo.

Javier: Se marcó el 11 de mayo de 2014 en el Parque Nacional de Doñana (Huelva) y es migradora de larga distancia. Inverna en Malí y Senegal a 2.700 kilómetros de su nido. El 25 de enero estaba al norte de Marruecos a 200 kilómetros de su nido.

Foto: Wikimedia Commons

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