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Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

¿Por qué escribo un blog sobre medio ambiente?

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Entre Dani Díaz, ilustre bloguero de Ni libre ni ocupado, y Melisa Tuya, no menos ilustre coordinadora de la nutrida blogosfera de 20 Minutos, además de responsable de los blogs En busca de una segunda oportunidad y Madre reciente, la han liado parda. Nos han lanzado un reto: explicar en un post por qué escribimos. Y uno, como burgalés, es incapaz de ignorar los retos.

Coincide la propuesta con mi intervención, este jueves 21 de noviembre a las 11 de la mañana, en el X Congreso Nacional de Periodismo Ambiental organizado por APIA en Madrid. Participaré en un debate dedicado a los blogueros (al que estáis todos invitados) y este post servirá perfectamente de peculiar tarjeta digital de presentación. #TenemosFuturo.

¿Por qué escribo un blog de medio ambiente? La respuesta es sencilla: Quiero ayudar a lograr un mundo mejor, más sano, solidario, bello, sostenible, armónico, feliz.

¿Se puede conseguir algo así tan sólo escribiendo? Seguramente no, pero me gustan las causas imposibles teñidas de color verde esperanza, especialmente si en ellas nos va el futuro. Y al menos intentarlo. Me sumo a las sabias palabras de Hermann Hesse:

Para que pueda surgir lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible.

Este post de hoy hace el número 990 de La Crónica Verde. Casi un millar de artículos desde ése ya lejano 6 de septiembre de 2007 cuando mi querido y admirado Arsenio Escolar lograba convencerme para ser bloguero de 20 Minutos. No le fue fácil. Desde noviembre de 2004 tenía abierta una columna de opinión en la edición impresa del periódico, la única existente entonces en la prensa nacional dedicada a temas medioambientales y que, desgraciadamente, diez años después sigue siendo la única. Pero yo era periodista de prensa escrita, y como a tantos otros compañeros, eso de pasarme a la prensa digital no me hacía ninguna gracia. Sin embargo es imposible negarle algo a Arsenio, y él mismo anunció orgulloso en su blog (el orgullo del maestro) mi incorporación a la incipiente blogosfera veintiminutera. Tenía razón. En estos momentos es el blog sobre medio ambiente con mayor impacto de la blogosfera en castellano: más de 100.000 usuarios únicos al mes.

En estos 10 años de trabajo epistolar mi millar de artículos han recibido 33.500 comentarios. ¡Vaya pasada! Todos ellos han sido lo mejor de esta apasionante experiencia periodística, lectores a quienes debo agradecer el haberme ayudado a educarme, a mejorar, a entender muchas cosas y a considerar inaceptables otras muchas.

Dice mi amigo y bloguero Juanjo Ramos que La Crónica Verde se llama así porque en ella todos me ponen verde. Tiene algo de razón. Pero de las críticas también se aprende, y mucho. Una razón más para escribir un blog.

El dibujo que abre este post es la personal interpretación que el genial Calpur, el de «El Bueno de Cuttlas«, nos ha cedido a los blogueros de 20Minutos como respuesta a ¿Por qué escribo un blog? Lógicamente, él nos lo explica dibujando.

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2 comentarios

  1. «Atravesamos, desde hace mucho tiempo, momentos cruciales en nuestro devenir histórico. Nuestro planeta pasa por dificultades de alcance. No todo el mundo valora de igual modo los síntomas detectados. Mientras algunos diagnostican catástrofes graves, otros se mantienen en una especie de incredulidad semejante al escepticismo. Incluso los hay que opinan, desde la mayor de las ignorancias voluntarias, por aquello de la calificación que otorgan, con desprecio, de todos aquellos que advierten de las penalidades potenciales. Estos últimos suelen ser los que tienen pocas razones para valorar ajustadamente lo que poseen o disfrutan, por haber tenido que aportar pocos méritos para alcanzar el status logrado o heredado.

    Lo cierto y verdad es que, desde el mundo de la Ciencia, se viene concediendo importancia a detalles reveladores de graves dolencias que afectan a nuestro planeta. Han sido las únicas voces capaces de levantarse contra la amplia y desconsiderada agresión intelectual, además de la física, que los gigantes energéticos practican, al unísono con las grandes petroleras y en una alianza sólidamente acordada, que están en campaña permanente, ocultando datos, hechos y circunstancias y violentando la verdad de lo que acontece, intentando mantener sus intereses aún a costa de los colectivos y generales de las personas que habitan este planeta llamado Tierra.

    El mundo de los beneficios ha logrado concitar en derredor suyo a mucha gente que, en espera o bajo promesas, de compartir algo de lo obtenido o por obtener, es capaz de aportar cuanto tienen a mano, para hacer posible su rentabilidad personal. No escapa de esta trama el colectivo de los profesionales de la información y comunicación que tienen entre sus filas a algunos miembros que actúan de voceros de intereses bastardos. Todo el mundo conoce los manejos en el Reino Unido de un siniestro personaje llamado Murdoch, por cierto, “patrón”, también, del anterior presidente del Gobierno del PP, José María Aznar. En los Estados Unidos, se acusa a su imperio de apoyar mediática e incondicionalmente a las grandes petroleras. Le acusan de que en torno al 80% de la información que se da e USA sobre el calentamiento global en los periódicos de Murdoch, induce a error.

    Se acaba de formular una llamada advirtiendo del hecho de que el “amigo” de Aznar, ha decidido entrar a saco en una posición que minimice las referencias a las dificultades de nuestro planeta y al cambio climático en marcha o en ciernes, o irremediablemente logrado. La pretensión, no es otra, que disuadir al magnate de la comunicación interesada, ya que lo único decente es decir y dar a conocer la verdad. Todo el mundo puede adherirse apoyando la iniciativa. Tiene por objeto sumar las voces para efectuar un llamamiento a Murdoch y que acepte lo que se valora científicamente y los pronósticos que plantea y que esas verdades sean las que vean la luz en los medios de comunicación, para que no se violente la información que las personas reciben. En torno a 2000 científicos están en ello.

    No se pueden obviar las necesarias actuaciones gubernamentales que permitan dar un giro en el maltrato al planeta que constituye nuestro hábitat. Hoy hay signos evidentes de cambios en la dirección perniciosa: sequías persistentes, tormentas descomunales, amenaza de un nivel del mar que puede engullir parte de las osadas construcciones consentidas o no, en las riberas marítimas, incluso obra pública, clara disminución del espesor del hielo en el Ártico o desaparición de glaciares o de islas habitadas y un largo etcétera.

    Confiar en que la Tierra es un sistema autosuficiente, entre otras cosas atribuyendo carta de naturaleza a lo que presumiblemente ha debido ocurrir con anterioridad, desde el origen de nuestro planeta, es una licencia injustificada. Argumentar que la evidencia es que ha debido superar las adversidades, dado que aquí estamos, es, cuando menos, ignorar una parte fundamental de los hechos, cual es la aportación del hombre como especie, al deterioro infringido. No hay elementos suficientes para determinar, inequívocamente, cual es el punto de no retorno. Solamente, sensatamente, podemos plantearnos que, por si acaso estamos a tiempo, debemos activarnos en la dirección de evitar mayores contribuciones al quebranto del delicado sistema ambiental, que se fue configurando para albergarnos generosamente desde hace unos 4.500 millones de años. Negar el cambio climático es amparar, con excusas, a los que tienen intereses en juego, por encima de lo que aportan a la Humanidad y, por descontado, no contabilizados en los imputs-outputs del negocio propio. Que haya mercenarios capaces de apoyar, desde la Ciencia o desde los escritos o desde cualquier foro y nos infecten y arrastren a otros a que lo hagan, no debe afectarnos, con el convencimiento de que su falta a la verdad no encontrará descanso de conciencia.

    Lo único cierto es que, de nuestra inhibición, solamente derivan las opciones de mayores perjuicios. Sabemos lo que lo que hacemos mal y sabemos igualmente que lo que hacemos mal es a costa de un precio que pagan los demás. Así se puede competir porque el precio es más barato. Pero alguien tiene que pagar la diferencia. Así venimos haciéndolo desde que nos reconocemos. ¿Y si empezáramos a preocuparnos por ello? Si colectivamente lo logramos, y desenmascaramos a los que actúan a la contra, porque quieren seguir aprovechándose de los demás, podremos limpiar la conciencia de las múltiples tachas pasadas, que las tenemos. Unidos podemos. Vivimos un presente que da paso a un futuro y no somos propietarios, sino solo usuarios. Si dejamos que los espabilados referidos actúen a sus anchas, la Tierra como fiambre, está servida. Tú verás».

    Alberto Requena
    nuevatribuna.es
    04 Octubre 2013

    18 noviembre 2013 | 21:35

  2. Dice ser Lucho de DFO

    Desde mi perspectiva, es para destacar y para felicitar a todas aquellas personas que, desde su lugar y dentro de su alcance, desarrollan esta clase de acciones destinadas a seguir generando conciencia sobre una cuestión tan importante hoy como es la conciencia y el cuidado del medio ambiente y de los recursos propios de nuestra naturaleza. Ya sea escribiendo un blog, o manifestándose como activistas, cada una de estas acciones hace un aporte fundamental a la causa, logrando que desde las distintas organizaciones se comprenda la situación. Para quienes deseen llevar este interés por el ambiente un poco más allá, y dedicarse profesionalmente a la cuestión, les recomiendo especializarse en la materia apelando para ello a los modernos cursos a distancia y online.

    19 noviembre 2013 | 19:14

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