La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Pequeña tragedia en Torremolinos

Debo de ser un poco fatalista, pero en esto de la protección del medio ambiente tengo la impresión de estar siempre restando y casi nunca sumando.

Salgo al campo, a los lugares habituales de mi entorno más familiar, y no hay día en que no regrese a casa con algún disgusto: pistas nuevas, árboles cortados, construcciones, basura,… Al final acabo como la gente mayor, explicando a mis hijos, a mis amigos, cómo era esto hace unos años, cuando todo estaba mucho mejor que ahora, criaba tal o cual pájaro, podías ver tal o cual animal.

¿No os pasa a vosotros lo mismo?

Me viene a cuento esta reflexión tras la lectura de un correo que me han enviado desde Torremolinos (Málaga) la Sociedad Andaluza de Herpetología y Terrariofília (SAHT). Un municipio de la Costa del Sol famoso por haber sido de los primeros donde el boom turístico cubrió de hormigón su bello litoral, llevándose por delante y de un plumazo sus gentes, su cultura, su naturaleza. Reconozco que me sorprendió saber que pudiera haber allí algo medioambientalmente interesante. Pero lo había. Y ya no lo hay.

Existía un pequeño humedal dentro del espacio urbano, el de Los Manantiales, último vestigio de un ecosistema acuático que, poco a poco, fue menguando ante el avance de las urbanizaciones. Por supuesto, carecía de protección. Para la mayoría de la gente era apenas un charco, pero para el ojo experto del naturalista representaba un oasis faunístico en medio de la urbe. Allí criaban la ranita meridional (Hyla meridionalis), el sapillo moteado ibérico (Pelodytes ibericus), el sapo común (Bufo bufo), la rana común (Rana perezzi), el sapillo pintojo meridional (Discoglossus jeanneae), el sapo de espuelas (Pelobates cultripes), la culebra viperina (Natrix maura) y hasta el raro camaleón común (Chamaeleo chamaeleon). También había insectos tan interesantes como la mariposa arlequín (Zerynthia rumina), el cardenillo (Tomares ballus) y la espectacular mariposa monarca (Danaus plexippus).

Todas son especies protegidas por una exigente normativa europea, española y andaluza, pero al final dio lo mismo. Ni las protestas de la SAHT ni las propuestas de convertir el espacio en una microrreserva que poder utilizar luego como aula de educación ambiental sirvieron para nada.

El pasado mes de mayo, en plena primavera, cuando más vida bullía en la charca, las excavadoras lo arrasaron todo para levantar en la parcela un centro comercial. Por la culpa de todos, administraciones incluidas (especialmente ellas), el humedal de Los Manantiales de Torremolinos ya es historia. Triste historia.

Siempre restando, nunca sumando. ¿Cuándo aprenderemos a crecer sin destruir?

En las fotografías cedidas por la SAHT, camaleón y ranita de San Antonio buscando la charca donde vivían tras la destrucción de ésta por las excavadoras para la construcción en el solar de un centro comercial.


4 comentarios

  1. Dice ser Fino

    Eso va así¡¡¡ la destrucción del entorno va paralela a la del calentamiento Global, es decir a toda velocidad y nosotros mientras quejándonos.

    16 junio 2008 | 08:05

  2. Dice ser matapelo

    Juntas todas éstas «pequeñas» tragedias y ves como forman parte de la gran tragedia que está viviendo el Planeta.Vamos muy mal y en España, «gracias» a nuestros políticos, fatal.

    16 junio 2008 | 15:11

  3. Dice ser terran

    lo dijo matapeloEn un echo como este tambien esta representada esa cuota de dolor y sangre de la que hablabas el otro dia,en parte todos somos responsables,no vasta con echar la culpa a los politicos,cuado abran el cetro comercial todos compraremos y pronto olvidaremos el daño que hemos echo al medio…..

    16 junio 2008 | 17:23

  4. Dice ser Carlos

    Hola. Soy un estudiante de Ciencias Ambientales y asiduo lector del 20minutos. Nunca me había metido en este blog (no suelo ver blogs), pero hoy he entrado por curiosidad y me parece de lo más interesante. Creo que te seguiré asiduamente a partir de ahora.Respecto a la charda de Torremolinos, no es para menos porque las administraciones cada vez tienen menos en cuenta el medio ambiente y sí la especulación y construcción de edificios con que llenarse los bolsillos. Es una pena, pero es la cruda realidad.P.D. Me alegro de haberte descubierto. Un saludo

    16 junio 2008 | 20:37

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