Una semana sin ver la tele. Sin encender la caja tonta. Sin la teleserie ni el partido de la semana, sin los concursos vespertinos y las películas noctámbulas. También sin los relajantes documentales de la hora de la siesta.
¡Qué aburrido! ¿Podríamos resistirlo? ¿Hay vida más allá del televisor?
Desde ayer lunes y hasta el domingo algunos valientes lo van a intentar, a la sombra de la “Semana internacional sin televisión”. En España esta peculiar campaña está promovida por Ecologistas en Acción, aunque como como tantas otras cosas, la iniciativa surgió en Estados Unidos en 1995. En muchos países, donde la televisión se ha convertido en un arma de distracción masiva y, lo que es peor, en un Gran Hermano manipulador de conciencias, los ecologistas proponen precisamente desconectar el aparato para meditar sobre la influencia de este poderoso medio en la destrucción del planeta.
¿Es la televisión una amenaza medioambiental?
Aparentemente, y analizando tan sólo su consumo energético, la televisión no debería de ser más peligrosa que cualquier otro electrodoméstico casero.
Pero debido a su permanente bombardeo publicitario se ha convertido en el principal incitador del consumo insostenible más irracional, responsable de la mayoría los desequilibrios sociales, económicos y ambientales de nuestra época. Ni entretenimiento ni información: consumo.
Creada para comunicarnos, la televisión nos está aislando. 3,45 horas por persona y día de consumo televisivo. ¿No es demasiado? ¿Cuántas horas dedicamos al día a hablar con nuestros hijos, con nuestros padres, con nuestros amigos?
Un aparato en cada habitación, uno para cada niño, otro en el comedor, el más pequeño en la cocina. Conozco uno que incluso tiene uno portátil en el cuarto de baño, justo en una balda frente a la taza del váter. Si alguno de la familia quiere comentar algo rápidamente se le calla. «No me dejas oír». Desconectados de la realidad, preferimos ver la naturaleza en la tele que descubrirla paseando.
Pero paradojas de la vida, la televisión nos puede a todos. Incluso a los ecologistas, quienes para publicitar su campaña han acudido, como no podía ser de otra manera, a un vídeo televisivo.
De todas formas, y como hace tiempo nos hizo reflexionar con un anuncio la propia Televisión Española, si nuestro mundo exterior cada vez se empequeñece más, ¿no será que vemos demasiada televisión?
Para terminar, no me resisto a incluir aquí una serie de magistrales viñetas de El Roto sobre la televisión. Una vez más, sus dibujos dicen más que mil campañas.
estando de vacaciones en un camping eche más de menos mi pc e internet que la tv, solo la veo mientras como por ver algo pero puedo prescindir de ello.
30 noviembre -0001 | 00:00
Teniendo internet yo creo que si
22 abril 2008 | 02:06
Yo llevo casi 4 años sin ver la tele y tan contento, pero como dice Farmacia en el comentario anterior, teniendo internet.Series de television, peliculas, radio, noticias y un largo etcetera, yo elijo lo que quiero ver/leer cuando quiero y en la forma (y tambien formato) que quiero, entonces para que necesito la television?De hecho ni siquiera tengo un aparato de television en mi casa.Y como yo habra muchos.
22 abril 2008 | 04:07
llevo tanto tiempo sin ver la tele!ademas para que?tampoco ha variado mucho,la ultima vez la puse y apareció el coche fantastico,parecia que el tiempo no habia pasao coño,ese hombre con ese pelucon y esa chaqueta que estaba pegá a su piel…mejor sin tele
22 abril 2008 | 08:51
Yo tampoco veo la tele y, como dice S., para ver las series de hace 30 años, mejor sigo con Internet.
22 abril 2008 | 10:03
Ni tele , ni internet.Internet en casa de mis padres y voy de vez en cuando.Lo llevo bien,leo mucho ,dibujo y pinto.Más creatividad y nada de caja tonta.Eso si oigo la radio.Saludos:S.R. 🙂
22 abril 2008 | 14:06
Pues yo no tengo tv desde hace varios años. Me parece que es una caja tonta que hace que disminuya la comunicación en los hogares.Se puede vivir perfectamente si tv.
24 abril 2008 | 16:47
Pasé unos 15 días de vacaciones sin tele. Y os puedo asegurar que no la eché de menos. Es más, cuando volví a casa, ni la ponía. Y todos los años, cuando me voy de vacaciones y estoy en sitios sin tele (de camping, con tienda, no con caravana) estoy tan agusto. Te dá tiempo a hacer muchas más cosas y te entretienes de otras manera más constructivas.
21 mayo 2009 | 16:00
Yo no veo la tele. Ni siquiera los documentales de la 2. Me gustaría decir que ha sido por decisión propia, pero lo cierto es que no puedo verla ni aún queriendo. Durante el pasado vendaval del mes de enero la antena se dobló. «Doblá, que no partía» se quedó la pobre (tuvo, pues, menos suerte que la integridad moral de Dña. Maleni Álvarez…)El caso es que desde ese malhadado (¿?) día, cuando pulso el «on» del aparatejo, lo único que alcanzo a distinguir son imágenes (rollo peli «Poltergeist») de la cadena T5.Y será que también el Sr. Murphy anda por ahí metido con sus gafe-leyes de rigor, pero el caso es que casi siempre el momento mágico del encendido coincide con la emisión de algún comentario o faena de índole tauromáfica.¡Aaaaaay! Qué pena tan grande siento ante la imposibilidad de apreciar, como merece, todo ese esplendor payasil del maeHtro de turno!…Total, que si «aguanto sin TV»..?Pues, yo diría que lo bien que aguanto cualquier posible tentación de llamar al antenista de turno resulta muy, pero que muy revelador.
21 mayo 2009 | 17:39
La tele no es el demonio, lo es el uso que hacemos de ella. Hay millones de personas con muchisimo tiempo libre y muy solas, la tele les ayuda a entretenerles. Por poner un ejemplo.No os acordais del 11s , que hubiera sido si la televisión’?, algo completamente distinto.No es tan mala como la pintan.Ahora todas las televisiones deberian ser plataformas de internet, y sino al tiempo.Saludos
24 mayo 2009 | 13:11