Me lo advirtió mi amigo Joachim Hellmich antes de viajar al Sáhara. “En Tarfaya están las mejores poblaciones de hubara de África, así que abre bien los ojos. Y ten cuidado, no te vayas a encontrar con los halconeros del príncipe Bin Abdulaziz, que suelen ir a cazar allí a finales de diciembre”.
Hellmich es probablemente el mayor experto del mundo en hubaras, una pequeña avutarda del desierto seriamente amenazada de extinción. Le conocí en Fuerteventura, donde ha dedicado muchos años de su vida al estudio de esta esquiva ave, prácticamente invisible a pesar de su gran tamaño. Luego se fue unos años a Errachidia, en el sur de Marruecos, para trabajar con las poblaciones saharauis. Le contrató Su Alteza Real el Príncipe Sultán Bin Abdulaziz Al Saoud, príncipe heredero y ministro de Defensa y Aviación Civil del Reino de Arabia Saudita. 
El sultán es un cetrero compulsivo, amante de la caza de la hubara con halcón peregrino, y está preocupado pues cada vez le resulta más difícil capturar a estas extrañas avutardas. De hecho, en su país ya están extinguidas. Como dinero no le falta, ha montado en Agadir la Fundación Internacional para la Protección y el Desarrollo de la vida silvestre, un centro de estudio y cría en cautividad de hubaras. Para Hellmich fue una decepción. Pasaba meses siguiendo hubaras marcadas que luego le traían muertas los cazadores. Así que se fue.
Aunque de refilón, la semana pasada me encontré con el campamento base del sultán cerca de Akfnir, no muy lejos de Tan Tan. Parecía un campo de refugiados, con cientos de tiendas de campaña blancas, el mismo color de los modernos todoterrenos aparcados junto a ellas. Pero los vehículos no eran los de la MINURSO para el Sáhara. Eran los de los cetreros. La expedición de caza del príncipe saudí estaba integrada por más de 500 personas, un centenar de halcones, un número indeterminado de caballos y varios helicópteros. En sus expediciones cinegéticas han llegado a capturar hasta 121 hubaras, además de infinidad de liebres del desierto, perdices y prácticamente todo bicho viviente que se les ponga por delante. Se consideran respetuosos con el medio ambiente, amantes de la naturaleza, depositarios de las antiguas tradiciones de la altanería, pero son como el caballo de Atila. Por muchos proyectos de cría en cautividad que desarrollen, a ese ritmo acabarán con las hubaras. Y nadie les dirá nunca nada porque ¿quién se atreve a denunciar a tan egregio personaje? El desierto es suyo y los petrodólares también.
Vista parcial del campamento de caza con halcones de hubara en Akfnir (sur de Marruecos), montado la semana pasada en medio del desierto para disfrute del príncipe Bin Abdulaziz.
Retrato oficial del príncipe saudí.
El retrato ya lo dice TODO.
20 diciembre 2007 | 03:59
Cuando se acabe el petroleo y no hayan quedado ningún bicho viviente sobre la faz del desierto, siempre habrá una inmobiliaria dispuesta a montar unos casinos, parques temáticos o campos de golf. Y es que es mucho más fácil explotar nuevas fuentes no renovables de engorde que romperse la cabeza por tontas extinciones. Eso sí, el que venga detrás, que se joda.
20 diciembre 2007 | 08:07
Hijo de su madre, no lo cazarán a él algún día…
20 diciembre 2007 | 10:23
Ya les vale, a estos individuos. Más vale que en vez de gastarse el dinero como nuevos ricos, lo invirtieran en mejorar su Continente, que buena falta le hace.
20 diciembre 2007 | 10:25
Pues los tontos son los políticos occidentales, q teniendo dinero para invertir en energías alternativas (Y SOL Q AQUÍ NOS SOBRA), siguen (por comodidad o cualquiera sabe q oscuras razones tendrán) utilizando el petróleo de esta gente y para ello rindiendo pleitesía a unos pocos y cargandose con guerras al resto…
20 diciembre 2007 | 10:44
Él es un enfermo, comprendido. Pero ¿ningún organismo internacional hace nada?
20 diciembre 2007 | 10:49
Poderoso es don dinero, quien se atreva con el dios todopoderoso petrodolar?. Tanto organismo y tanta habladuria pero se hace tan poco en comparacion con lo que se habla. Siento asco y rabia al ver la indiferencia que hay en el mundo con personajes como estos que se lo permiten TODO.
20 diciembre 2007 | 13:00
Como lean la noticias nuestros políticos pronto le invitan a pasar unos días en España porque yo me quedo alucinada con la bajada de pantalones que hacen con tal de quedar bien con todo el mundo.Hay personajes que no merece la pena tererlos como aliados porque tarde ó temprano nos pasarán factura.Lástima que no monten una revelión en su país y se lo carguen a él.
20 diciembre 2007 | 13:04
Ellos nunca se vana preocupar por estas cosas, seguiran cazandocomo lo han hecho siempre con halcón o sin él.La foto de la hubara es desoladora, esta vivita y coelando aún, presa de el halcón peregrino.Que pena de verdad.
20 diciembre 2007 | 13:10
Ellos nunca se van a preocupar de si la hubara esta en peligro de extinción o no. Simplemente seguiran cazándola hasta que no quede ni una.La foto me ha dejado catatónica, aún sigue viva nuestra ave en extinción, mientras el halcón la quita la piel a tirones o con las garras.Es desgarradora.
20 diciembre 2007 | 13:13
Huy perdón, pense que no se había guardado el coment
20 diciembre 2007 | 13:13
hace algún tiempo que vi en la tv el reportaje al que haces referncia y entendí que el centro de recuperación de la hubara iba viento en popa…parece que no es así. y todo tiene solución….cuando hay voluntad. en el mismo reportaje se veía cómo capturaban las hubaras que iban a ser las criadoras en el proyecto y, paradójicamente, para capturarlas vivas, utilizaban los mismos halcones (en este caso sacres) que luego les dan muerte. para que el halcón no las matara utilizaban un truco muy simple. ponía unas bolitas con adhesivo en las uñas del halcón y en su pico una cinta algo elástica que le impedía picar a la presa. !!esa misma sería la solución para esas cacerías masificadas!!por cierto no creo que haya que escandalizarse por una foto como ésta (las ha puesto mucho más duras: la gaviota despellejada y el peregrino, por ejemplo)es la ley de la naturaleza; comer y no ser comido.pdta.el halcón de la foto es un gerifalte, el m´s grande los halcones, y no un peregrino. los jeques tienen debilidad por éstos pájaros nórdicos y su plumaje blanco. llegan a pagar pequeñas fortunas a sus criadores.
20 diciembre 2007 | 13:38
La caza, otra costumbre «milenaria» que contribuye a construir un mundo mejor. Tendremos justo lo que nos merecemos, no hay nada que hacer y moriremos de ignorancia. Grabemos bien en nuestras retinas aquello que nos guste, empecemos a tomar antidepresivos…
20 diciembre 2007 | 13:40
Esta claro que la educacion que reciben estos individuos tiene que ser bastante selectiva.Seguro que no saben el significado del concepto ética…y si lo han escuchado alguna vez pensaran que simplemente la ética sea una simple palabra y no algo de los que todos deberiamos comprender un poquito.
20 diciembre 2007 | 14:32
Pienso que el príncipe Bin Abdulaziz, es el Bicho más indeseable de todos los bichos.
20 diciembre 2007 | 14:39
Pues menos mal que los TOROS no están en peligro de extinción porque sino que de seguro veríamos a decenas de «nobles señores de esta España muy mía» pagando fortunas por alguna lidia exclusiva.Con que ligereza criticamos en los demás lo que con gran «orgullo» loamos.
21 diciembre 2007 | 01:07
hola yo soy cetrero y cazo con halcones pero solo cazo para alimentar a mis avea y ademas yo crio mis propias codornices para no matar a otras no caso como este principe que seguro lo hace por divercion. he concocido 2 jeque arabes q cazan con sacres pero no capturar 200 aves como este principeDebo aclarar q algunas personas dicen q somos sanginarios por matar aves pero q se va a hacer tenemos q darle de comer ademas dicen q pribamos de la laibertad a los halcones los cetreros los liberar despues de 8 años (en alguns casos) .
01 enero 2010 | 07:09
ha alguna persona q se interese en la cetreria y quiera meterse en este mundo (no para ser como este brutal principe) o tenga dudas o preguntas contactense con jony96@live.com
01 enero 2010 | 07:12
Pues a mí me recuerda a Franco ese hombre, que aniquiló a un MILLON DE ESPAÑOLES, maldita coincidencia.
01 enero 2010 | 21:11