La crónica verde La crónica verde

Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. (Pablo Neruda)

Alberti y los camaleones se quedan sin su arboleda mágica

Lo han hecho con alevosía y premeditación. En plena época de reproducción del camaleón, sin tener en cuenta ni la protección de la especie ni de su hábitat. En pleno santuario literario. Las excavadoras han arrasado el bosque de Bahía Blanca, en Puerto de Santa María (Cádiz), para levantar una despersonalizada urbanización.

De nada le valió al raro reptil tratar de camuflarse cambiando su color. La población completa y sus puestas fueron arrasadas junto a pinos piñoneros, retamares, sabinas, acebuches y dunas.

De nada le sirvió tampoco a Alberti llenarse los ojos de verde y mar desde este paradisíaco rincón «con un dolor de playas de amor en un costado». Su recordada Arboleda perdida ha quedado definitivamente perdida, arrasada.

Desde hace años, Ecologistas en Acción trataba de impedir esta barbaridad. Pero donde los conservacionistas veían una privilegiada zona verde, el último bosque virgen del municipio, promotores y políticos contemplaban tan sólo una valiosa parcela de 68.000 metros cuadrados extendida sobre el acantilado y con magníficas vistas sobre la bahía. Diferencias de percepción.

Las protestas, lejos de lograr un indulto parcial para el bosque consiguieron justamente lo contrario, su destrucción a matarrasa.

La culpa la tuvo el Plan General de 1992 al declarar urbanizable toda la finca. Pero entonces limitaba la edificabilidad a un sector, autorizándose tan sólo la destrucción de un diez por ciento del pinar. El pacto de gobierno IP-PSOE ha permitido una operación de ingeniería urbanística por la cual todo el bosque desaparece ahora a cambio de que los promotores hagan la necesaria carretera de acceso al complejo y construyan un aparcamiento. Son malos tiempos para la lírica.

Atrás quedan las declaraciones de los últimos concejales de Urbanismo asegurando que tan sólo se talarían nueve árboles. Se equivocó la paloma. Querían decir que sólo quedarán en pie nueve árboles. Y a Alberti y a los camaleones, que les den por saco.

7 comentarios

  1. Dice ser Juan

    Tiene razón Toño. Primero desapareció la ardilla que cruzaba España de árbol en árbol y ahora cae el caminante rural. Al final todos acabaremos paseando por circuitos urbanos, muchos de ellos rodeando lujosas guetourbanizaciones con piscina y campo de golf. A estas últimas no llegan ni las ardillas, ni los camaleones ni el sentido común.

    30 noviembre -0001 | 00:00

  2. Dice ser Tom

    Escalofríos da comprobar cada día como prevalecen los intereses particulares sobre el interés general. Sacrificamos nuestro entorno con la complacencia y enriquecimiento de los políticos y de los promotores a cambio de nada. Deberíamos exigir para cada acción urbanistica un balance ambiental y no solo económico como hacen los ayuntamientos. Los ciudadanos deberíamos poder elegir cual es el tipo de entorno en el que queremos que vivan nuestros hijos.

    27 septiembre 2007 | 09:58

  3. Dice ser ansite

    es una forma mas de intentar levantar el negocio inmobiliario o quizas es otra vez la mano siniestra de otro «pocero»,en este pais los abunda a montones

    27 septiembre 2007 | 10:41

  4. Dice ser Ciudadana

    Sin su flora ni su fauna España está cada día más fea.

    27 septiembre 2007 | 10:46

  5. Dice ser Amhelie

    Pfff..que penaaa!.Paso mis veranos en Cadiz y conozco muy bien sus rincones…y me he quedado alucinadaaa!.Cómo pueden seguir pasando cosas así?.Cómo podemos seguir cargándonos las maravillas de Andalucía, sin cuidarlas?.Lo peor es que ves a gente que le da exactamente IGUAL la extinción de los camaleones como que construyan urbanizaciones de edifícios de 12 plantas junto a la playa…ande yo caliente…no?.Le diría a toda esa gente desde este blog, que como sigan con esa actitud indiferente, los próximos van a ser ellos…porque si nos quedamos sin naturaleza, nos quedamos en definitiva sin nuestra vida…Abrazos.

    27 septiembre 2007 | 10:57

  6. Dice ser Toño

    Qué tiempos aquellos en los que se podía recorrer la península ibérica de norte a sur o de este a oeste sin pisar cemento o asfalto. Yo, que no soy tan viejo, lo he vivido. Nuestros hijos nos mirarán con envidia y nosotros, a ellos, con pena. No van a disfrutar de los cuartos (dilapidados) ni del patrimonio (despilfarrado)

    27 septiembre 2007 | 11:03

  7. Dice ser malatesta

    ¡¡¡¡AAAARRRGGGHHHH!!!!Kamenah me ha pasado el enlace a este artículo, y ahora ardo en deseos de talarle el cerebelo a más de un edil. Si en Puerto Real hicieran lo mismo con la pinaleta de Derqui o con las Canteras ¡yo no sé lo que haría! ¿Cómo se puede ser tan corto de miras?Saludos.

    28 septiembre 2007 | 08:41

Los comentarios están cerrados.