La noticia llegó rápidamente por fax y correo electrónico a las redacciones de radios, televisiones y periódicos de Canarias:
Agentes de la Guardia Civil del puesto de Los Rodeos abrieron un acta de incautación a un pasajero ecuatoriano de 37 años que llegó a las instalaciones de Tenerife Norte con varios productos que no tenían los certificados sanitarios para ser introducidos en España. Cinco kilos y medio de queso, 860 gramos de tomates de árbol, otros 2.100 gramos de plátano y casi 2.800 de habichuelas fueron anotados en el acta de aprehensión por la comisión de una presunta falta de contrabando.
Nunca una inocente noticia me dio tanta pena. Al pobre hombre le habían fastidiado el ranchito con el que iba a celebrar por todo lo alto su regreso a España. ¿Podía traer de Ecuador algo más valioso? Las tiernísimas habichuelas de los Andes, los suculentos tomates de árbol, el sabroso plátano macho, todas esas delicias significaban mucho para él. Sólo quien no es un inmigrante no las echa de menos hasta que no muerde la amarga fruta de la nostalgia; al recordar esos aromas que saben a familia, a abuela, a infancia, a felicidad.
Pero chocó con las fronteras de la Unión Europea. Le dejaron pasar a él, lo cual en estos tiempos de insolidaridad ya es mucho, pero se quedaron con la cesta de productos de la tierra.
-¿Ni los quesos al menos?
-Nada.
¿Han visto la película Un franco 14 pesetas? Hace 50 años éramos nosotros quienes intentábamos pasar el embutido de contrabando a Francia o Suiza. ¿Se puede vivir en el extranjero sin chorizo? Por supuesto que no. Es imposible. De hecho, siempre que salgo fuera escondo entre la maleta varias morcillas de Burgos. Y cuando viví en Inglaterra nunca faltó un buen jamón serrano en la cocina. ¡Qué pronto se nos ha olvidado el pasado!
-¿Ni siquiera unos tomatitos para hacer un jugo?
-Nada de nada. Es usted un peligro fitosanitario.
Tiene razón el policía. Las fronteras están para impedir el paso de posibles plagas, como no hicieron con el picudo de las palmeras ni con la grafiosis del olmo. Pero sea buenito señor guardia, que es para hacer un sancocho no más.
Yo todavía me lo pienso dos veces antes de meter manduca en el bolso al coger un avión!!!
13 septiembre 2007 | 04:06
Sobre lo que cuentas, carecen del buen «saber hacer». Quienes actúan así son, directamente, dos mierdas: la legislativa que no contempla excepciones y la ejecutiva que no «repara en medios». Como refleja tu último párrafo salvo su postrera frase.
13 septiembre 2007 | 08:32
Enhorabuena por el blog. Ya era hora de que dieras el paso del papel a la red.
13 septiembre 2007 | 08:49
Un amigo mexicano me dijo: «No quieras traerte a España en la maleta, porque serás infeliz, descubre lo que México te ofrece…».
13 septiembre 2007 | 11:37
Luego pasa lo que en Australia con los conejos.O en el Ebro con el mejillón cebra…
13 septiembre 2007 | 18:05
Los conejos fueron introducidos en Australia por los cazadores ingleses, no para hacer un guiso. Y el mejillón cebra llegó pegado en el casco de los barcos.Los controles fronterizos son necesarios para evitar la entrada de enfermedades y especies alóctonas, pero de ahí a denunciar a un inmigrante por traerse unos quesos va un abismo.
13 septiembre 2007 | 18:25
antes de hacer criticas del sistema deberias hacer autocritica de tu propio titular. «a la carcel por un potaje» no es solo incorrecto sino falso, cuando lo más que conlleva la infracción es un acta de decomiso y una posible multa. Si lo que pretendes es llamar la atención para que visto el titular se vea uno obligado a leer la noticia lo has conseguido: yo he llegado aquí de esa forma. Si lo que pretendes es que alguien se tome en serio el resto del blog: lo dudo mucho. Yo no continuaré leyendolo pues dudo de la veracidad del resto de artículos.
14 septiembre 2007 | 13:14
Al final, lo único que estás defendiendo es la clásica paletada «..como en mi pais, en ningún sitio..»..te queda muy tierno el post, pero paleto bonito, muy paleto…¿qué pasa, no sabes vivir sin el jamón serrano?
19 septiembre 2007 | 18:37