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Hablar con extraños puede hacernos más felices e inteligentes

«El conocimiento real de lo que hay fuera del jardín de uno cura el miedo» Danielle Allen.

Esta profesora de la Universidad de Harvard añade que: «Al hablar con extraños, puedes vislumbrar la alucinante complejidad de la especie humana y la infinita variedad de experiencias por las que atraviesan otras personas».

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Y es que desde pequeños aprendemos a que no debemos hablar ni confiar en extraños; por supuesto, tener cierta cautela tiene mucho sentido. Sin embargo, los estudios nos dicen que conversar con personas desconocidas puede hacernos más sabios y felices, incluso en interacciones pasajeras.

¿Cuántas oportunidades sociales o laborales perdemos simplemente por tener miedo a lo desconocido?

En un libro llamado:  El poder de los extraños: los beneficios de conectarse en un mundo sospechoso, el autor Joe Keohane ha recopilado la opinión y estudios sobre expertos en la materia de diferentes ámbitos, psicólogos, antropólogos, filósofos, politólogos, arqueólogos…

Y sus conclusiones son claras: «Perdemos mucho al tener miedo a lo que no conocemos. Hablar con extraños, en las condiciones adecuadas, es bueno para nosotros, para nuestro pequeño entorno, para nuestro mundo. Nos aporta, nos enseña cosas, nos ayuda a ser más profundos, nos convierte en mejores ciudadanos, en mejores pensadores.

Es una buena manera de vivir. Pero es más que eso. En un mundo que cambia tan rápidamente, infinitamente complejo y furiosamente polarizado, es una forma de sobrevivir«.

Durante más de 6000 años, los humanos han vivido en organizaciones sociales caracterizadas por una sobreabundancia de extraños. Pero solo recientemente los psicólogos comenzaron a estudiar lo que sucede cuando hablamos con todos estos desconocidos sin rostro que nos rodean todos los días.

Por ejemplo, en el año 2013, las psicólogas Gillian Sandstrom, de la Universidad de Sussex en el Reino Unido y Elizabeth Dunn de la Universidad de Columbia Británica, publicaron el resultado de un experimento en el que hicieron que 30 adultos sonrieran y hablaran por primera vez con su camarero en una cafetería de Toronto.

De entrada observaron que la gente es notablemente reticente a hablar con extraños, aunque resultó que ese escepticismo parece injustificado. Los participantes del estudio que interactuaron al pedir su café informaron sentir un mayor sentido de pertenencia y un mejor estado de ánimo que aquellos que no hablaron con el trabajador desconocido.

Los científicos Nicholas Epley y Juliana Schroeder de la Universidad de Chicago pidieron a los viajeros que hablaran con extraños en el transporte público, en los taxis y en las salas de espera.

Comprensiblemente, la mayoría de los participantes predijeron que estas interacciones irían mal. Recelosos de violar una norma social, les preocupaba que el extraño se ofendiera por la intrusión y los rechazaran. Sin embargo, descubrieron que los extraños eran sorprendentemente receptivos, curiosos y agradables.

Desde entonces, esta investigación se ha replicado en otros países involucrando a una diversidad de participantes y, en ocasiones, otras variables, pero los hallazgos de estos estudios han sido notablemente consistentes:

Casi todos tememos hablar con extraños, pero cuando lo hacemos, nos sentimos bien. Más felices, menos solos, más optimistas , más empáticos y con un sentido más fuerte de pertenencia a una comunidad.

¿Aparcamos el móvil y lo intentamos? 🙂

 

*Fuentes:

Sandstrom, Gillian & Dunn, Elizabeth. (2014). Is Efficiency Overrated?. Social Psychological and Personality Science. 5. 437-442. 10.1177/1948550613502990.

Epley, N. y Schroeder, J. (2014). Buscando erróneamente la soledad. Revista de Psicología Experimental: General, 143 (5), 1980–1999. https://doi.org/10.1037/a0037323

https://www.bbc.com/future/article/20221026-why-talking-to-strangers-can-make-us-happier

 

¿Hablas solo? ¡No estás loco, eres un genio!

Puedes pensar que es una locura hablarte a ti mismo en voz alta. ¡Estás equivocado! Existen multitud de investigaciones que avalan los beneficios de este comportamiento: fortalece muchas habilidades, incluida la inteligencia o la creatividad.

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No es nada nuevo, ya había grandes personajes de la antigüedad clásica, como el gran orador Cicerón (106 a.C. – 43 a.C.), que ya apuntaban que una buena forma de preparar un discurso o escribir un libro es hablar solo, especialmente cuando uno se queda en blanco.

Piensa un momento… La realidad es que constantemente hablamos con nosotros mismos a través de nuestro pensamiento. Con nuestra voz, pero sin volumen.

Ahora no parece tan descabellado, ¿verdad? ¿Por qué iba a serlo?

Lo que hacemos simplemente es elevar el tono de nuestras conversaciones internas y de esta manera los mensajes se transforman en ideas más claras, coherentes y toman una fuerza mayor a través de las palabras sonoras, asumen más significado y estos mensajes nos influyen más que si las dejamos solo en una voz interior.

Es importante aclarar que hablar solos nada tiene que ver con la soledad, no nos hablamos a nosotros mismos por no tener compañía, son acciones independientes a nivel cognitivo.

Los soliloquios, de hecho, generan otra clase de activación cerebral; si hablas con otra persona tienes la intención de comunicar un mensaje, si hablas solo se activan áreas funcionales relacionadas con la concentración, la memoria, la organización de ideas, resolución de conflictos o el equilibrio emocional.

Por todo ello, hablar en alto, aunque sea en soledad, puede ser una muy buena opción cuando queremos retener información importante o aprender un nuevo idioma. Los estudios al respecto lo avalan: cuando se verbaliza cualquier dato será más efectivo el recuerdo posterior que cuando solo se lee para uno mismo.

Otro detalle muy interesante es el de darnos ánimos o fuerzas a nosotros mismos cuando estamos en una situación difícil. Tenemos dos opciones: hacerlo en primera persona (¡vamos! ¡yo puedo!) o en segunda persona (¡vamos! ¡que tú puedes!). Pues bien la investigación también tiene algo que decir al respecto:

Resulta que si optamos por hablarnos en segunda persona del singular obtendremos efectos más positivos en el desempeño y rendimiento de cualquier tarea en la que nos encontremos. Nos moviliza, nos motiva a la acción con mayor optimismo. Autoestimular nuestro ánimo en segunda persona incrementa nuestra confianza y nos aportará seguridad.

Hablarnos en voz alta también nos tranquiliza en momentos de alta ansiedad y estrés, podemos tomarnos unos segundos con nosotros mismos frente al espejo y decirnos que «todo va a salir bien», «venga, que no es para tanto», «no pasa nada, eres fuerte». Breves notas en altavoz que resuenan como un buen consejo que asumimos sin cuestionarnos.

Después de todo, va a resultar que hablar solos no es algo de locos, sino de genios! 🙂

 

 

El método de la investigación criminal para pillar a un mentiroso

Hay vida más allá de los consejos populares para detectar mentiras. Que si se toca la nariz, ha cruzado los brazos, mira hacia abajo, se mueve mucho y está nervioso… Los ‘trucos’ aislados’ pueden inducir a error; en general, no son válidos sin un contexto y sin individualizar el caso de análisis.

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Que sí, que la comunicación no verbal es muy importante en la detección de la mentira, pero no nos debemos de fijar solamente en las formas, en el cómo nos cuentan algo, sino también en el contenido, qué nos dicen. En esta última parte hay bastante evidencia científica que ayuda a los investigadores a centrar información creíble o no en un interrogatorio por ejemplo.

Detectar el engaño puede ser un juego para la mayoría de nosotros, pero lo cierto es que se convierte en una competencia muy requerida en ciertos ámbitos profesionales, sobre todo los relacionados con la inteligencia o la seguridad.

La técnica Reid o Entrevista de Análisis de Conducta (BAI) consiste en unas determinadas sesiones de preguntas y respuestas que no son acusatorias, tan solo provocan que el sujeto nos muestre sus‘ signos particulares de verdad o de engaño.

Los investigadores formulan primero cuestiones relativas a los antecedentes de la persona entrevistada para conseguir información personal y evalúan así su comportamiento verbal y no verbal. De esta manera relajada ya han obtenido un patrón de conducta ‘normal’, una línea base de ese sujeto concreto.

A continuación, proceden a preguntas que provocan un comportamiento determinado con el fin de obtener respuestas verbales y no verbales diferentes a la línea base previamente establecida.

Por este motivo, en nuestra cotidianeidad, podemos escuchar aquello de ‘mi madre siempre me pilla cuando miento‘, ella o las personas muy cercanas a nosotros ya tienen establecida nuestra línea base de comportamiento habitual y será capaz de detectar los ‘cambios’ de conducta de una forma más sencilla y eficiente que cualquier desconocido que intente pillarnos.

Otro de los principios más importantes de esta entrevista es no decirle jamás al otro lo que ya sabemos sobre él en relación con los detalles del caso (pistas o evidencias recogidas o datos obtenidos de otros testigos o implicados en el suceso),

Tiene sentido ¿no? Podríamos aplicarlo a la vida diaria: si una amiga nos llama y nos dice que ayer por la tarde vio a nuestra pareja con otra persona en actitud algo extraña y le soltamos ese dato nada más entrar por la puerta de casa, le daremos opción a ‘explicar’ el hecho como buenamente pueda.

Si por el contrario, ocultamos el dato y simplemente le preguntamos: «Cariño, ¿qué tal la tarde de ayer?, ¿qué hiciste?» Podremos comprobar libremente si opta por mentirnos o nos cuenta la verdad, qué nos dice y cómo lo relata.

En palabras de sus creadores: «Estas técnicas son similares a un juego o estrategia psicológica en el que la persona que sabe más sobre las estrategias de la otra persona tiende a ganar«.

*Referencias:

https://reid.com/resources/investigator-tips

https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-08-05/el-metodo-que-usan-los-cientificos-para-un-mentiroso_3191107/

*Nos vemos este jueves en la Feria del Libro de Madrid:

Es bueno que tu hijo mienta

Los niños comienzan a desarrollar la capacidad de mentir a partir de los 2 o 3 años. Al principio son engaños muy simples pero van perfeccionando la técnica a medida que crecen. Que no cunda el pánico. Esta habilidad es una competencia social más que el niño debe adquirir, forma parte de su desarrollo y se relaciona con su inteligencia y habilidades sociales adecuadas.

Los estudios al respecto, recogidos en este reciente artículo del New York Time, relacionan directamente que cuanto más y mejor mienta un niño mayor coeficiente intelectual tendrá. Los niños que mienten tienen mejores ‘funciones ejecutivas’, facultades y habilidades que les permiten controlar sus impulsos y que les mantienen concentrados en una tarea. Los pequeños mentirosos incluso son más equilibrados emocionalmente y adeptos socialmente, según estudios recientes en estudiantes de preescolar.

Pero si tu hijo está quedándose atrás, no te preocupes: puedes acelerar el proceso. Capacitar a los niños en funcionalidad ejecutiva y en la teoría de la mente mediante diversos juegos interactivos y ejercicios en los que desempeñan algún rol pueden convertir a los honestos en mentirosos en cuestión de semanas, según descubrió el profesor Lee. Y enseñar a los niños a mentir mejora sus calificaciones en pruebas de funcionalidad ejecutiva y teoría de la mente. En otras palabras, mentir es bueno para su cerebro.

Vale. No nos pasemos. Desarrollar su imaginación y habilidades para el engaño será positivo pero hay que acompañar todo este proceso con una educación en honestidad. Premiar y potenciar la honestidad tiene mejores efectos que castigar la mentira. Una buena estrategia es hacerlo a través de la moraleja de historias y cuentos infantiles.

También funcionará una simple promesa. Varios estudios muestran que los niños son menos propensos a mentir acerca de sus fechorías y las de otras personas si antes prometieron decir la verdad; es un resultado que se ha replicado en varios análisis.La clave para alentar un comportamiento honesto, tal y como lo afirman el profesor Lee y sus colegas, es dar mensajes positivos que enfaticen los beneficios de la honestidad en lugar de las desventajas del engaño.

Si estás de buen humor parecerás más inteligente

La formación de las primeras impresiones está profundamente influenciada por el atractivo facial, las señales de nuestro rostro afectan directamente a los juicios que harán los demás en pocos segundos.

Todos sabemos que un estado depresivo y el cansancio afectan a la capacidades mentales e intelectuales de la persona, por tanto, es lógico pensar que la expresión facial del estado de ánimo (curvatura de la boca) y el estado de alerta (apertura de los párpados) afectará a las impresiones sobre la capacidad intelectual.

Más de 4 estudios investigaron la influencia de estas señales faciales en la percepción de la inteligencia de una persona tras conocerla. En los primeros experimentos, se demostró que la apertura de los párpados y una sonrisa sutil, pero sincera, (reflejando buen humor) mejoraron los índices de inteligencia percibidos, independientemente de si la persona objetivo era más agraciada o menos físicamente.

En la última fase, los autores examinaron los cambios en estas señales antes y después de la restricción del sueño, para evaluar si esta variable podía influir. Y así fue. Los investigadores determinaron al fin que los rostros con ojos más caídos y con mirada cansada, el ceño fruncido y una boca sin sonrisa, se perciben como menos inteligentes.

 

 

 

*Referencia: Talamas, SN, Mavor, KI, Axelsson, J., Sundelin, T., y Perrett, DI. La apertura del párpado y la curvatura de la boca influyen en la inteligencia percibida más allá del atractivo. Revista de Psicología Experimental: General, 

Cómo detectar las Altas Capacidades Intelectuales y 4 mitos que nos alejan de la realidad

GTRES

«Las ideas preconcebidas en relación a las altas capacidades, muchas veces, ocultan lo que debería ser visible», apunta Luisa Rus, Psicológa Especialista en Altas Capacidades y Directora del Centro PROGRAMA Despierta, de Boadilla del Monte. Cuando conocemos la realidad probablemente hemos de recurrir a atender las señales no verbales que existen para una correcta detección y estimulación de las Altas Capacidades.

He visto personalmente como trabaja esta experta, Luisa Rus, y os puedo asegurar que he quedado muy sorprendida tras comprobar cómo tiene la capacidad de escuchar con atención todo aquello que las familias y centros educativos perciben sin que la palabra tenga que estar presente:

Los niños que en el patio del colegio no buscan con su mirada el juego con sus compañeros, porque sus intereses no son los mismos; las familias que ven, sin mediar palabra, cómo sus hijos pasan horas delante de sus libros de lectura, con sus inventos, construcciones de lego, programando en sus ordenadores; el profesor que ve a sus alumno aburrirse y no tiene las herramientas para paliar esa situación; la frustración en silencio de los progenitores “sobreinformados” pero desprotegidos, porque no necesitan un informe para saber que sus hijos son diferentes, pero que tienen una gran lucha institucional en la que necesitan apoyo y comprensión.

  • MITO 1: Las personas con altas capacidades son las que tienen un CI superior a 130.

REALIDAD: No podemos considerar sólo el cociente intelectual para saber si una persona posee altas capacidades. Hay que atender a otras variables como: su creatividad, aptitud y modelos cognitivos que utiliza para solucionar un problema o para llegar a una respuesta.

  • MITO 2: Las personas superdotadas son autodidactas y aprenden solas, por lo que rinden más y mejor que las que no lo son.

REALIDAD: Diversos estudios señalan que una alta inteligencia no tiene que ir de la mano de un gran rendimiento. De hecho, el rendimiento no sólo depende de la inteligencia, sino de otros factores, como la motivación y unos hábitos conductuales que en el caso de las personas con altas capacidades están mermados al tener intereses diferentes a los de sus iguales. Por lo tanto, nos encontramos en las aulas a niños con un alto CI pero con fracaso escolar, aburrimiento y desmotivación.

  • MITO 3: Los programas extracurriculares para niños con alta capacidad, en los que se trabaja de forma distinta, son contraproducentes puesto que impedimos que se desarrollen a su ritmo normal, al de su edad.

REALIDAD: Según palabras de Javier Touron, “cada persona necesita desarrollarse al máximo de sus posibilidades, teniendo en cuenta sus características personales como persona única, el considerar a la edad como medio de comparación con otro sujeto no es adecuado” De hecho, cuando se elige un programa para una persona con altas capacidades, se deben considerar aspectos como que las personas que lo impartan tengan una formación especializada, que sean programas personalizados para cada individuo, centrados en sus intereses y que no sólo desarrolle sus capacidades intelectuales, sino también sus habilidades sociales. Éstos son los principios que rigen los centros Despierta con excelentes resultados.

  • MITO 4: Toda evaluación y tratamiento psicopedagógico fuera del centro escolar o de las instituciones públicas es perder el tiempo y el dinero, no sirve para nada porque lo que sirve es lo que evalúe el ministerio.

REALIDAD: Por desgracia, actualmente en nuestro país (y cada criterio depende de cada provincia) existe una gran lentitud burocrática para la evaluación de altas capacidades. De hecho, nos encontramos con entidades educativas colapsadas y desinformadas, padres y madres desesperados y frustrados porque desconocen cómo tratar a sus hijos. Lo ideal es que tanto los centros privados, padres-madres, centros educativos y ministerio vayan siempre de la mano.

Y para hacer visible lo oculto, la especialista en Altas Capacidades pretende, de forma divertida, la detección de los niños con altas capacidades mediante un campeonato en la zona suroeste de Madrid, en el que destacarán los talentos de los niños más capaces. En éste, mediante una serie de pruebas y por un precio de 5€ por niño, se detectarán las altas capacidades de los mismos en un ambiente lúdico, con premios como: tablets, mp3, libros de lectura y programas de intervención.

Si alguien está interesado puede mandar un email a: boadilla@programadespierta.es indicando sus datos y se pondrán en contacto. «Seguimos haciendo visible lo invisible y ahora necesitamos tu colaboración para cumplir nuestro objetivo: la creación de niños con las habilidades para ser felices.» puntualiza Luisa Rus.