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Nacho Jacob: «Pablo Iglesias no sería congruente vestido con un traje de Armani»

Nacho Jacob

Nacho es todo un referente en el mundo V.I.P, ya que me consta que ha asesorado a numerosos miembros destacados del panorama social, cultural, deportivo, empresarial y político tanto nacional como internacional; aunque discreto, guarda receloso el ‘secreto de confesión’ a la hora de revelar nombres.

No hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión. Ya sabemos que escasos segundos son suficientes para que nos juzguen (y juzgar) en un primer encuentro, y no hay nada perverso en ello porque no es un proceso consciente, ni siquiera notamos que lo hacemos. Se trata de una fase natural de la comunicación que nuestro cerebro ‘necesita’ activar por nuestra herencia primitiva, cuando no podíamos permitirnos tomar malas decisiones o demorar nuestra actuación porque de ello dependía nuestra supervivencia. Así que, aunque puedan interponerse nuestros prejuicios a la hora de hacer un análisis fugaz y automático de los demás, no podemos dejar de hacerlo.

Hoy cuento con la visión al respecto de todo un icono en la asesoría de imagen. Nos colamos en el despacho de Ignacio de Jacob y Gómez, conocido también como Nacho Jacob. Licenciado en ADE y Psicología, posee la mezcla perfecta para saber combinar la proyección de la apariencia, personalidad, actitud y saber estar, con el éxito profesional. En el año 2000 funda la Agencia Jacob Fitzgerald: Eventos & Comunicación, una de las compañías españolas líderes y más influyentes del sector, así como el “Instituto para la Excelencia Profesional”. Además, imparte docencia en diferentes universidades españolas, como la San Pablo CEU, Complutense, o Rey Juan Carlos de Madrid, sobre imagen institucional, imagen personal y liderazgo.

Pocos asesores de imagen pueden presumir de albergar en su curriculum el tener la confianza de personajes tan relevantes como Julio Iglesias, una entrañable amistad con el oscarizado actor Leonardo DiCaprio o haber pasado veranos con el Nobel Gabriel García Márquez.

Pocos asesores de imagen pueden presumir de albergar en su curriculum el tener la confianza de personajes tan relevantes como Julio Iglesias, una entrañable amistad con el oscarizado actor Leonardo DiCaprio o haber pasado veranos con el Nobel Gabriel García Márquez.

¿Cómo se relaciona la imagen con el liderazgo político?

La clave reside en que un líder debe saber evolucionar y adaptarse constantemente a la coyuntura social. Debe adecuar su discurso, su forma de hablar y de vestir, es decir, no puede transmitir nunca incoherencia en las diferentes estructuras que conforman su imagen. Por ejemplo, Pablo Iglesias, como líder de la formación política Podemos, es una persona muy progresista, con ideología de izquierdas, por tanto, no sería congruente que emitiera un mensaje envuelto en un traje de Armani, la audiencia no lo entendería, sería contradictorio. Su imagen se comprende de una forma más adecuada con las prendas que suele llevar, camisas, jeans y deportivas. Algo que no admitiría un electorado de índole más conservador, que presupone que un representante político debe llevar corbata y traje, detalles que les inspiren confianza y seguridad.

Entonces, ¿no cambiarías nada de la imagen de Pablo Iglesias?

Todos podemos mejorar. Con él haría algo transgresor. Demostrar que se puede ser fiel a un estilo pero con algunos matices importantes. No dignifica su imagen, por ejemplo, el hecho de llevar las corbatas tan desajustadas, sin embargo, se puede seguir siendo progresista enfundado en un traje para ciertas ocasiones. Habría que elegir uno con el que él se sintiera atractivo, cómodo y seguro. Todo un reto. Pero recordemos que hay precedentes de ello, Zapatero, Felipe González, o Pedro Sánchez, son personas de ideología progresista y presentan una imagen más adecuada para inspirar el gusto de una parte más amplia de los votantes.

¿Quién sería tu candidato favorito (en este sentido)?

Un caso con mucha lógica es el de Albert Rivera, es una persona que se viste muy adecuadamente para su edad, que puede ir sin americana o no ponerse traje e ir más informal pero siempre guardando un estilo neoconservador. Así, tanto sus electores, como no electores, se pueden sentir identificados. Cuando decide utilizar traje, elige un traje con la solapa reducida, low cost, que se vende en grandes almacenes al alcance de todos y no son de precio elevado, el nudo de la corbata es de una sola vuelta, etc. Es decir, se viste como cualquier persona de esa edad para un acto formal, así, muchos jóvenes sienten inclinación para votarle por su discurso pero también porque es adecuada esa imagen al mensaje pronunciado. La apariencia y el discurso no pueden ser antagónicos, tienen que ir de la mano y Albert Rivera puede ser un buen ejemplo de ello.

¿Qué te parece la trasformación que están sufriendo nuestros políticos en cuanto a su imagen? Por ejemplo, algunos líderes más tradicionales, como Mariano Rajoy, en los que hace unos años era impensable verles sin su riguroso traje y corbata y, en la actualidad, en algunas de sus intervenciones más relevantes elige un look mucho más informal.

Es que España ha cambiado mucho, si bien es cierto que en este sentido también ha habido precedentes de salirse de esa línea más formal, recordemos el PSOE de Felipe González o Alfonso Guerra con las famosas americanas de pana, fueron muy criticados, pero se convirtió en todo un símbolo. Ahora vivimos en una sociedad diferente, donde entendemos que la corbata puede ser una prenda de diferenciación y puede dotar a la persona de un cierto elitismo, por eso no la utilizan, todos buscan ser más cercanos a su electorado.

Dejando a un lado la política, y hablando en general, ¿qué concepto consideras más significativo en la asesoría de imagen?

Hay que dejar claro que la asesoría de imagen no trata en exclusiva de cómo vistes, siempre abogo por el concepto de la ‘imagen integrativa’. Cuando recibo a una persona mi trabajo no se reduce a elegirle unos pantalones, una camisa o el color de una corbata, mi acción va mucho más allá, y de ahí la importancia del asesor con una formación multidisciplinar; tengo que profundizar en cómo se comporta, cómo gestualiza, las palabras que suele utilizar, cómo interpreta y expresa sus ideas, trabajar en su autoestima, cuidar la alimentación, las horas de sueño, iniciarse en la meditación, y un largo etcétera. Y todo ello es lo que tiene una relación directa con el éxito y la proyección profesional. Cuidando todo este conjunto seremos más capaces en nuestro trabajo, podremos conseguir nuestras metas y alcanzar nuestros sueños. (Veo al asesor más como un coach, hay que conocer sus gustos, preferencias, sus hábitos diarios).

La importancia de esto se ve reflejada perfectamente en la actualidad con el uso de las redes sociales, el impacto brutal que tiene la plataforma Instagram en la vida social y laboral, el auge de todo ello manifiesta lo fundamental que se ha convertido la proyección de la imagen personal.

¿Cómo influyen las variables de género y edad?

El hombre sigue siendo un poco más dejado o se interesa menos por esta imagen integrativa aún, han avanzado, han mejorado, cada vez hay más hombres que la tienen en cuenta, pero la mujer se sigue cuidando más en todos los aspectos, invierte más en su imagen personal como hábito.

En cuanto a la edad, parece que con los años se va perdiendo el interés en esta imagen, pero me parece estupendo que una persona se sienta joven por dentro y lo exprese así por fuera, y si se llevan unos pantalones pitillos o un traje slim no tenga por qué ponerse un traje regular porque ‘ya tenga una edad’, ¿por qué no puede ponerse un pantalón slim siempre que le favorezca y se sienta cómodo con ello? Eso sí, no hay que caer en el error de que solo porque una prenda o estilo esté de moda nos la tengamos que poner porque sí, tenemos que buscar siempre que nos favorezca y nos haga sentir bien.

En general, ¿qué personajes públicos calificarías como referentes y quiénes tienen la necesidad de un buen asesoramiento?

No puedo contestar a eso, ni decir nombres, para bien o para mal, tengo mi criterio, claro, pero me lo reservo. No soy destructivo ni incendiario.

Sí te diré que aunque pueda parecer que los más abandonados sean los deportistas, esto ha cambiado muchísimo en la última década, a pesar de que su imagen sea más street o casual, y bastante peculiar, está muy cuidada y pensada. Los más descuidados, en este sentido, son los profesionales del mundo de la interpretación, en particular, los actores masculinos. No la nueva hornada, no los jóvenes que vienen apuntando fuerte y además suelen trabajar también como imagen de firmas y publicidad, más bien me refiero a los actores de una edad más adulta.

¿Es caro tener buena imagen?

Hoy por hoy para nada, hay muchas alternativas, mucho mercado low cost donde puedes vestirte muy bien a un precio muy razonable, solo hay que proponérselo y experimentar fórmulas que te hagan sentir bien y que irradien estilo.

Queda claro que la imagen que los demás se formen de nosotros, a partir de una primera impresión, es la que generalmente perdura y la que nos abre o nos cierra las puertas hacia nuevas oportunidades. Todos los seres humanos proyectamos una imagen hacia el exterior, que comienza a crearse a partir de nuestro aspecto físico, se fortalece con todo aquello que dejamos ver de nosotros y se consolida con lo que los demás perciben e interpretan de cada una de nuestras actuaciones. Cuidar nuestra imagen a lo largo del tiempo, para que siempre refleje lo que queremos mostrar, requiere de una total coherencia en nuestras conductas frente a lo que los demás piensan y esperan de nosotros. Cuando se pierde esa coherencia, aunque sea por un solo y desafortunado hecho, la imagen se deteriora o puede llegar a arruinarse totalmente, siendo casi imposible su recuperación. Las apariencias importan, y mucho.