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Análisis no verbal: Puigdemont y los gestos de contención en el 10-O

Fotografía EFE

Todas las miradas estaban puestas en Carles Puigdemont y su discurso en el 10-O… la mía también. Estoy algo decepcionada porque el presidente de la Generalitat se caracteriza normalmente por su espontaneidad en la comunicación, por improvisar y expresar con naturalidad sus ideas.

En esta ocasión no ha sido así, ha leído cada palabra y esto coarta bastante la posibilidad de poder expresar emociones reales. Aún así, pueden destacarse algunas claves no verbales relevantes para interpretar su estado emocional y aportar más significado al momento.

Al inicio de su intervención se produce un bloqueo gestual muy significativo si lo comparamos con su línea habitual de expresión. No encontramos a penas movimientos ilustradores del mensaje, este descenso notable en el movimiento da cuenta de un exceso de energía racional. Es decir, está tan concentrado y destina tantos recursos al mensaje verbal que su cuerpo se bloquea y no puede acompasar su discurso.

Esto ocurre cuando hay un fuerte impacto emocional en lo que vamos a pronunciar, cuando tenemos una tensión extrema, temor y estrés y/o con un importante grado de densidad en el flujo de pensamiento.

Este indicador también se refuerza si analizamos el canal fisiológico, se pasa constantemente la lengua por los labios, le cuesta tragar saliva (por la ausencia de ésta) y tiene la garganta seca, visible por la tos repetida, carraspeo y voz más aguda. La tensión y el nerviosismo es muy palpable.

Respecto a su expresión facial, ha habido un movimiento estrella, repetido en más de una treintena de ocasiones durante su alegato. Aprieta los labios, éste es un gesto de contención y represión. Se produce cuando retenemos una idea, una emoción, una reacción, etc. Se trata de una señal de tensión o una señal de intentar mantener el control sobre uno mismo. Muy coherente con el contexto en el que se produce.

Por último, no soy muy fan de esto de los micropicores y de que si me rasco en el codo o en la rodilla significa ‘x’ o ‘y’. Pero es que en esta alegación de media hora se produce un ‘picor’ en un momento tan clave que me cuesta no darle importancia. Puigdemont se rasca la sien justo antes del momento de (semi) declarar la independencia de Cataluña. No le había visto este gesto antes y no lo hace en ningún otro instante de su intervención, lo hace justo ahí, antes de pronunciar la frase más esperada por todos.

No hay nada científico que de explicación a estos micropicores, yo lo interpreto más como un gesto automanipulador, es decir, la acción de tocarse a sí mismo ante la tensión o el nerviosismo del momento. Se infiere duda, inseguridad o temor ante lo que se va a manifestar a continuación, ¿tiene sentido, no?

Lo que esconden los desplantes (empujones incluidos) de Donald Trump

Donald Trump no deja de sorprender (a mí la primera). Su comportamiento no verbal se hace viral casi a diario, algo que me ‘alegra’ ya que enseña al mundo lo mucho que puede significar un simple gesto y el poder que tiene la comunicación sin palabras, sincera, espontánea y reflejo del verdadero estado emocional de las personas.

La última de Trump ha sido un empujón en toda regla al primer ministro de Montenegro, en una reunión de la Otan, para posicionarse en primer lugar ante los medios de comunicación allí presentes. Observando esta conducta… ¡parece mentira que alguien pueda comportarse así! Tal y como apunta el experto J.L Martín Ovejero «No puede tratarse de una broma porque ni siquiera hay contacto visual entre ambos», si hubiera sido el caso, se espera que tras el empujón le mire de forma complice, irónica, burlona (o como sea) para reafirmar su ‘trastada’ pero esto no fue así.

Es más, tras el empujón, Trump se siente orgulloso de ello. ¿Recordáis el gesto y la postura de Mariano Rajoy cuando negó estrechar la mano de Pedro Sánchez? Cabeza alta con suficiencia, mentón hacia arriba con altivez, postura hierática, demuestran el orgullo que siente tras conseguir su objetivo. Pero atención, lo que hace justo después de mostrar esa arrogancia es un gesto automanipulador, se coloca la chaqueta del traje, este tipo de gestos transmiten nerviosismo, incomodidad, tensión, en definitiva, inseguridad.

Puede parecer contradictorio pero en realidad da cuenta de que Trump aun no se siente con la confianza suficiente para desenvolverse en ese tipo de actos protocolarios y actúa por tanto de forma impulsiva, primitiva, como un ‘animal’, para defenderse en ese ambiente que aun considera hostil.

Le ocurre exactamente igual ante los rechazos de Melania para darle la mano en actos oficiales, hace exactamente el mismo gesto, se coloca la chaqueta, reflejo del fuerte impacto y desestabilización emocional que le provoca. Es muy curioso verlo en diferentes momentos, os dejo un vídeo muy interesante en el que Martín Ovejero analiza, para el programa Espejo Público, éste y otros muchos datos curiosos de Trump de las últimas semanas.

Cristiano Ronaldo no solo despierta celos profesionales (y qué no cuadra en esta imagen)

Y es que existen muchos tipos de celos: infantiles, de autorrealización, laborales, de pareja… Todos ellos con un denominador común, por un lado, un sentimiento de que cada pequeño éxito del resto de personas es un agravio a nuestra propia autoestima; desconfianza, ira, desprecio, miedo, envidia, son muchas las emociones que se entremezclan en un cóctel explosivo de hostilidad. Y aquí viene la frase más repetida en este blog: todo ello debe filtrarse en nuestro lenguaje corporal inevitablemente.

Ya vimos anteriormente cómo leer la emoción de celos a través del lenguaje corporal, pero aquí hay algo que no cuadra… Como apreciamos en la fotografía, un simple gesto, un saludo, una sonrisa pícara o simplemente cortesía pueden desatar todo un huracán emocional alrededor. C.Ronaldo saluda a la mujer de Messi, pero este hecho tampoco deja indiferente a Neymar (que en principio, ‘ni pincha ni corta’).

En estos casos, el patrón expresivo de género suele estar invertido, es decir, en el caso de los hombres, éstos se vuelven más expresivos al experimentar la sensación de celos, sobre todo, es común que muestren el ceño fruncido, en las mujeres su expresividad emocional decae, mostrando un rostro más neutral que no deje entrever sus sentimientos.

Observamos algo peculiar, en el caso de Messi, no parece estar celoso, más bien adopta una corporalidad incómoda, sonrisa nerviosa, mirada tímida, y se toca la oreja, un gesto automanipulador que sí demuestra nerviosismo, tensión e inquietud, pero poco más.

La reacción emocional de Neymar sería más propia del ‘marido celoso’, mirada penetrante, inclinación significativa (se prepara para el ataque), ceño fruncido y postura tensa. ¿Curioso verdad? Realmente el compañero de equipo de Messi es quien más parece estar molesto y disgustado con la situación. Desde luego, otra cosa no será, pero empático sí, mucho.

 

 

Pedro Sánchez dimite con tristeza

Captura del vídeo de la dimisión de Pedro Sánchez. Expresión de la emoción de tristeza.

Captura del vídeo de la dimisión de Pedro Sánchez. Expresión de la emoción de tristeza.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, dimite tras perder una votación a mano alzada en el Comité Federal del partido sobre la celebración de un Congreso Extraordinario. Al contrario de la comparecencia realizada en el día de ayer no ha leído nada, su mirada estaba exclusivamente dirigida a los medios de comunicación allí presentes, pocas veces a cámara.

Y hoy no encontramos ni ira, ni desprecio, ni asco, solo podemos observar una profunda emoción de tristeza que, como he captado en el fotograma adjunto, se caracteriza por una elevación de la zona central de las cejas formando una triangulación sutil del ceño. El sentimiento que deja entrever su rostro es de dolor anímico producido, en este caso, por un suceso muy desfavorable y ante una pérdida irreparable de su cargo representativo.

Otro aspecto interesante de su lenguaje corporal lo encontramos en las manos, se las sujeta entrelazándolas con fuerza, este gesto es un automanipulador que expresa una tensión y nerviosismo extremos. Aunque Sánchez intente aparentar tranquilidad y aceptación, su cuerpo descarga el altísimo estrés propio del suceso, la carga emocional que adolece es irreprimible y acaba filtrándose en su comunicación no verbal.