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Un sencillo truco para detectar personas cabreadas (y que intentan ocultarlo)

Con las expresiones faciales completas de la emoción de ira lo tenemos muy fácil. Evidentemente si nos encontramos ante un rostro con el ceño fruncido, las aletas de la nariz notablemente abiertas y además le acompañan puños cerrados o, yendo aún más allá, grita y se mueve de forma vehemente, está claro, esa persona está muy enfadada.

Sin embargo, no siempre la expresión de rabia es tan explosiva y evidente. A veces, son los pequeños gestos los que delatan el verdadero estado emocional de nuestro interlocutor. Uno de ellos es especialmente interesante a la hora de detectar la ira contenida. Este gesto es el de apretar fuertemente la mandíbula. Revela una significativa hostilidad, tensión, incomodidad, ansiedad y, en definitiva, represión emocional.

Es puro sentido común, a mi siempre me ayuda pensar en diversas situaciones por las que todos pasamos para asociarlas a ciertos comportamientos. ¿Os imagináis a alguien que está contento, tranquilo, cómodo, pasándoselo en grande en una fiesta apretando la mandíbula?

No falla, si tenéis enfrente a alguien en el que observáis una notable tensión en la zona mandíbular algo falla, realmente está tenso, nervioso, incómodo, algo le preocupa o le enfada. Desde luego no se encuentra en un estado positivo y habrá que reconducir la situación.

¿Mentiras en una entrevista de trabajo?

Una empresa de consultoría, Grupo Gerson Lehrman, ha publicado recientemente un artículo sobre el engaño durante las entrevistas de trabajo. Según el artículo, los estudios han demostrado que alrededor del 49% de los solicitantes de empleo mienten en el proceso de la entrevista, y alrededor del 40% de los empleados robarán posteriormente a sus jefes.

Jim McGuffey, autor de esta publicación con casi 40 años de experiencia en este tipo de entrevistas, afirma que la verificación de antecedentes y pruebas de drogas, que se utilizan en multitud de países (también en algunas empresas españolas, aunque nos sorprenda), son las principales pruebas de fuego que los empleadores han estado utilizando para valorar a sus candidatos, y éstas no siempre son 100% exactas.

McGuffey admite que la observación del lenguaje corporal y expresiones faciales de un candidato durante la entrevista juega un papel importante en la determinación de su comportamiento futuro, y que la tendencia de los empleadores a confiar únicamente en la verificación de referencias (que normalmente suelen ser falsas) antecedentes y pruebas de drogas es una de las razones por las que el robo de los empleados, la violencia y el mal comportamiento son tan comunes.

Si bien, los autores reconocen que evaluar el comportamiento no verbal a tiempo real es difícil. Es indispensable establecer una línea base de comportamiento (tendencia natural de comportamiento en cualquier contexto), para después poder comparar esa línea base con las posibles contradicciones verbales y no verbales en situación de entrevista.

Por ello, para salvar esta necesidad, es obligado que durante, al menos, los 10 primeros minutos de entrevista no se hablen de cuestiones importantes para evaluar al candidato, sino mantener una conversación trivial para registrar cómo se expresa de forma natural, hay que dejar que se relaje, que hable de lo que quiera. Es el único modo de poder comparar este patrón con la actitud que adopte ante preguntas diana. Si no se puede establecer esta línea de base, no habrá nada que comparar entre comportamiento verbal y no verbal del candidato.

Por otra parte, hay que dejar claro que no hay ningún comportamiento en particular que sea absolutamente indicativo de engaño. Además, la mayoría de la gente tiene dificultades para leer el comportamiento no verbal; las Microexpresiones, por ejemplo, van y vienen tan rápidamente que la mayoría de las personas no son conscientes de éstas.

¿Creéis que la mayoría de los entrevistadores serían capaces de juzgar con precisión a un empleado potencial basándose en su comportamiento no verbal?

A pesar de los factores explicados, la observación de la conducta de un entrevistado sigue siendo importante. La mayor parte de las personas puede al menos decir que alguien le transmite «malas vibraciones», y esa impresión no debe ser ignorada, porque significará posiblemente que nuestro cerebro ha codificado alguna incoherencia casi de forma inconsciente, que hay algo que no cuadra en lo que vemos.

 

*Fuente: Humintell (página web del Dr. David Matsumoto)

 

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¿Las expresiones faciales son hereditarias?

Una de las bases sobre la que se asienta el análisis de comportamiento no verbal es que existen las emociones básicas; universales y genéticas, la sorpresa, el miedo, la ira, la alegría, la triteza y el asco, se expresan de una forma determinada alrededor del mundo, su naturaleza genética es muy fuerte y su componente cultural muy débil, modulando en exclusiva su intensidad o su presencia en sociedad.

Científicos de la Universidad de Haifa en Israel, han analizado las expresiones y los gestos de 21 voluntarios ciegos de nacimiento y las de sus familias. A pesar de que los invidentes no vieron nunca las caras de sus parientes, las expresiones faciales eran extremadamente parecidas, las pequeñas diferencias que se apreciaban eran debidas a las particularidades anatómicas de cada uno, como puede ser la disposición de los músculos y los nervios, por lo que sus investigaciones sugieren que las expresiones faciales son hereditarias.

Durante la investigación se pidió a los voluntarios que recordaran y relataran experiencias en las que se habían sentido enfadados, contentos, tristes, sorprendidos, o momentos en los que habían sentido repulsión. Seguidamente les pasaban un test para conocer su expresión de concentración, les asustaron, etc.

Los investigadores se sorprendieron del gran parecido en los gestos de las personas ciegas y sus familiares, pero afirman que se parecían mucho más cuando las emociones eran negativas.
Para llegar a esta conclusión, utilizaron un programa informático de reconocimiento facial, éste analizaba la secuencia y frecuencia de los movimientos faciales usando un algoritmo estadístico. El programa pudo relacionar al 80% de los invidentes con sus familiares por las expresiones faciales.

Según el equipo de investigación, a los seis meses de edad aparecen las expresiones faciales. Algunos científicos sugieren que los genes podrían afectar a los músculos y nervios faciales creando limitaciones que provoquen esa similitud en los gestos, por eso ahora es necesario hallar los genes exactos.

Los científicos aseguran que este hallazgo puede ayudar en las investigaciones sobre el autismo, ya que las expresiones faciales tienen mucha importancia en este trastorno.

 

 

 

Fuentes de consulta:

BBC Mundo

Xatakaciencia

¿El error de los Óscar estaba preparado?

(GTRES)

Quedé aislada del mundo (sin internet) y ayer me encuentro con el revuelo producido por lo que ya se ha denominado el mayor desastre de la historia de la entrega de los premios Óscar. Faye Dunaway y Warren Beatty entregaban por error el premio a ‘mejor película’ a La La Land en lugar de a Moonlight. Muchos de vosotros me preguntábais si realmente las reacciones de presentadores, actores/actrices y los allí presentes fueron naturales y espontáneas ante el insólito acontecimiento.

Pues, sí, aunque la interpretación es lo suyo, y pudiéramos pensar que han actuado al más puro estilo hollywoodiense, las reacciones de sorpresa, confusión y duda fueron muy reales. A cuál más intensa por cierto. Aunque la estupefacción hecha persona fue sin duda el emisor de ese premio, Warren Beatty; el rostro de desconcierto que manifiesta cuando lee el nombre en el sobre fue de libro. Tal fue su duda y desconcierto que no se le ocurre otra cosa que pasarle el aprieto a su compañera Faye Dunaway para no ser el responsable de lo que allí pasara.

Cuando reconoce el error, su actitud y expresión facial eran de verdadera vergüenza y culpabilidad. Aunque solo se limitara a seguir adelante con lo que había leído denotaba por su expresión corporal la responsabilidad del desaguisado, observable por ejemplo en movimientos rápidos y descompensados, mirada evasiva y buscando apoyos visuales, risa nerviosa, o el volumen de la voz más alto y agudo de lo habitual en él.

Por último, tengo que decir que me encantó la reacción de Ryan Gosling (actor protagonista de La La Land) y estoy muy de acuerdo con el análisis en Vogue sobre el actor y su reacción ejemplar ante lo sucedido. ¿Os fijasteis en él? Lo cierto es que se mantuvo en un segundo plano, observando, sin hacer drama. Se limitó a sonreír y a tomar la situación con humor, dándole la importancia justa. ¡Bravo por Ryan!