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La comunicación no verbal durante la entrevista de trabajo

thumbEn el último post ya os adelanté una parte muy importante del proceso: qué hacer antes de entrar a la entrevista y la importancia de NO ser puntuales, esta parte será fundamental para trabajar nuestra actitud y entrar con buen pié.

No soy partidaria de enseñar ‘trucos’ o poses fingidas para aparentar y transmitir cosas que no somos, siempre he pensado que esa artificialidad se acaba comunicando y quedaremos aun peor. Para causar una buena impresión con nuestro lenguaje corporal la clave está en creer en lo que decimos, prepara lo que vayas a decir, conciénciate de ello, y si vas a soltar alguna mentirijilla (exagerar o minimizar, nunca inventar) interioriza ésta con convicción. Cree en ti y en tu discurso y tu lenguaje corporal acompañará a tus palabras en un armónico baile de credibilidad y persuasión.

Aun con todo, estarás nervioso, acéptalo y gestiona entonces tu comunicación no verbal para controlar ese estrés y que no sea tan aparente. Simplemente, intenta evitar los gestos manipuladores, como por ejemplo, sujetar algo en las manos, mordernos las uñas, colocarnos constantemente la ropa, agarrarnos/frotarnos las manos, etc. Sustituye estos gestos de nerviosismo por gestos ilustradores, que tus palabras estén acompañadas con lo que dices con tus manos y brazos, esta actitud generará confianza, credibilidad y seguridad en el entrevistador, o sea, gesticula con naturalidad, será muy positivo además para dar sensación de productividad y competencia.

Fotografía de: portalvirtualempleo

Fotografía de: portalvirtualempleo

En cuanto a la postura, puede parecer obvio, pero os aseguro que cuando estamos nerviosos nuestro cuerpo a veces adopta una figura bastante extraña sin que seamos consciente de ello. Asegúrate de estar erguido, tal y como aparece en la fotografía adjunta. Esta posición adecuada nos ayudará a transmitir entusiasmo, escucha activa y seguridad, de lo contrario podemos provocar agresividad, desinterés, o incomodidad.

El contacto visual también es un factor importante que podemos descuidar fácilmente con los nervios. La habilidad para mantener el contacto visual es uno de los aspectos más valorados por los reclutadores. Cuando hablemos con nuestro interlocutor debemos mantener en él la mirada, y siempre a la altura de los ojos, sin bajarla, o desviarla hacia otras partes de la habitación. Una mirada hacia la persona, por debajo de la línea de los ojos, es inapropiada en un entorno laboral; mirar hacia abajo y a uno mismo denota excesiva timidez o falta de confianza, y recorrer con la mirada la habitación mientras nos hablan puede transmitir desinterés. No es más que utilizar el sentido común y no distraernos.

Por último, y como es recomendable en toda situación, sonríe, de forma sincera, y para ello solo tienes la opción de pensar en positivo, si fuerzas la sonrisa porque no está acorde con tu verdadero estado emocional será desagradable y provocará rechazo, así que ante todo, ¡pensamiento positivo! 🙂