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La reacción (verbal y no verbal) de Ayuso tras la dimisión de la directora de salud pública

La presidenta de la Comunidad de Madrid solicitó in extremis avanzar a la fase 1 del plan de desescalada y, tras esta comunicación, dimitió inmediatamente su directora de Salud Pública, Yolanda Fuentes.

Ayuso en el programa Cuatro al dia

Ayuso en el programa Cuatro al día

En su primera aparición pública, Ayuso ya esperaba la obligada pregunta. «¿Sabe usted por qué motivo le ha trasmitido la doctora esta decisión?«, preguntaba el entrevistador del programa ‘Cuatro al día‘ (pincha aquí para acceder al vídeo).

«No, no he tenido ocasión de hablar con ella», respondía la presidenta. Y a partir de ahí ha alimentado toda una diatriba sobre reuniones, las bondades del hospital de Ifema y nuevas estrategias para combatir el Covid-19, que resultaba estupenda y muy informativa, pero que realmente ha utilizado para no responder directamente a la pregunta. Una evasiva en toda regla.

Cuando se han tratado otros temas (la conversación tiene una duración de 11 minutos) Ayuso ha mirado continuamente a la cámara de manera totalmente fija, pero cuando el entrevistador le vuelve a interpelar por la dimisión de Fuentes, admitiendo que en su primera intervención no le había respondido, Ayuso dice:

«Es que sinceramente no me he reunido con ella», justo en ese instante baja la mirada durante un tiempo significativo. Es un cambio de conducta a tener en cuenta, no podemos asegurar directamente que mienta porque no son gestos asociados, pero sí que esa alteración de su actitud significa incomodidad, impacto emocional, y rechazo en definitiva.

Lo sorprendente es que, de entre toda la maraña de frases evasivas, a través del análisis de contenido verbal se desprende la sensación indirecta de que lo que quiere transmitir es que en realidad la directora no ha dimitido sino que ha sido ella, Ayuso, quien ha decidido prescindir de sus servicios.

Esto se percibe por las siguientes afirmaciones:

«Desde luego, mi intención era reestructurar esta área con personas al frente como Antonio Zapatero, es una decisión que no se toma en media hora, la que yo he decidido con esta reestructuración de la Consejería de Sanidad».

«No he hablado con ella pero sí sé lo que quiero hacer en Madrid y es poner a los mejores al frente«.

«Yo lo que quiero es reorientar la Consejería a todo esto».

«Ahora su sustituto es el mayor experto».

Al escuchar estos argumentos, ¿os da la sensación que hable de una dimisión? No parece que explique que ha recibido una renuncia, sino más bien que ella es quien voluntariamente ha manejado la reorganización de su grupo asesor.

Parece que niega la naturaleza de la situación y responde con orgullo y a la defensiva. De hecho el presentador añade: «Bueno, habrá que también agradecerle su gestión durante estos cincuenta días». Entonces Ayuso gira fuertemente la cabeza y ahí sí que ya reniega totalmente del contacto visual, mostrando aún mayor rechazo.

Además, se refuerza esta emoción contrariada encogiéndose de hombros, en un gesto de indiferencia y falta de consentimiento con el reconocimiento sobre la labor de Fuentes al que le insta su interlocutor, y apuntilla con sus palabras: «Bueno, es un trabajo de equipo y una labor de todos». No solo con sus gestos, también así, con esa respuesta le resta la importancia y el mérito a la ya ex directora de salud.

Tus ojos hablan por ti

Decía Bécquer que el alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada.

Podemos controlar, en cierta medida, nuestra cara, nuestros gestos y posturas, pero no podemos ‘manipular’ a nuestro antojo la tasa de parpadeo o la dilatación pupilar. El comportamiento de nuestros ojos en relación al lenguaje corporal es el más inconsciente de todos, por tanto, interpretar sus movimientos será fiable para establecer significados reales en base a la comunicación no verbal del individuo.

Por lo general y en condiciones de luz similares, se ha demostrado por la investigación que las pupilas se dilatan cuando tenemos delante un estímulo que nos resulta atractivo, que nos agrada; ocurre al contrario cuando algo nos genera rechazo, temor o asco, las pupilas se contraen. Este recurso ha sido muy utilizado en las pruebas de producto por las grandes empresas de marketing y publicidad.

El bloqueo del contacto visual, tapando o cerrando los ojos, es una de las cosas más obvias y comunes que hacemos cuando estamos preocupados, frustrados o luchando contra algo (emocionalmente hablando). También cuando sentimos vergüenza o culpa, así dejamos de ver y creemos que podemos dejar de ser vistos por los demás, es un modo de desaparecer, de autoprotegerse.

Según el experto Joe Navarro: «La investigación también muestra que cuando estamos nerviosos o tenemos problemas, nuestra tasa de parpadeo aumenta, un fenómeno que se observa a menudo con mentirosos, pero también con frecuencia con personas que están bajo un gran estrés. No llamaría mentiroso a nadie solo porque su índice de parpadeo aumenta, aunque mientras estudiaba a Richard Nixon, noté que cuando debatía con la prensa, su índice de parpadeo iba de aproximadamente de 12 por minuto a 68 veces por minuto. Bill Clinton durante su deposición mostró una alta tasa de parpadeo, en ocasiones por encima de 92 por minuto, pero nuevamente estos eran individuos bajo mucho estrés.»

«Al interpretar el comportamiento de los ojos, existen muchos conceptos erróneos. Algunos perciben erróneamente el poco o ninguno contacto visual como un signo clásico de engaño , especialmente durante un interrogatorio, mientras que la persona sincera debe «cerrar los ojos». Esto no está respaldado por la investigación y es completamente falso. De hecho, Alder Vrij y otros han descubierto que los mentirosos tienden a tener un mayor contacto visual porque saben que estamos buscando señales de engaño

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Tu perro sabe reconocer tu estado de ánimo con solo mirarte

Hace ya 150 años, Charles Darwin propuso que las similitudes en forma y función de las expresiones emocionales humanas y animales no humanos sugieren que comparten raíces evolutivas. Recientes hallazgos proporcionan ahora un apoyo científico al viejo argumento de Darwin.

Fotografía Pixabay License

Nuestros amigos más fieles no dejan de observarnos y de valorar las emociones en los rostros familiares que les rodean, priorizando sobre todo el contacto visual para establecer relaciones y conocer el estado de ánimo del humano de turno. No lo digo yo, lo afirma la ciencia. Un estudio de la Universidad de Helsinki publicado en el año 2016 llego a estas conclusiones tras sus experimentos, además, descubrieron que la expresión facial altera su comportamiento de visión, especialmente ante caras que presentaban una amenaza.

De hecho, el estudio utilizó el seguimiento de la mirada para demostrar cómo los perros ven las expresiones emocionales en rostros caninos y también humanos. Los perros observaban primero la zona de los ojos y, por lo general, se detenían en esta zona de la cara durante más tiempo que en la nariz o la boca. Atrajeron su atención, características específicas de las especies sobre ciertas expresiones, por ejemplo las bocas de perros amenazantes. Sin embargo, los perros parecen basar su percepción en las expresiones faciales de toda la cara.

Cuando los perros estaban ante rostros amenazantes, que expresaban visiblemente ira, se producía una alteración notable en su atención, basado en una adaptación evolutiva, es decir, por una sensibilidad para detectar y evitar amenazas, lo que representa una ventaja de supervivencia. Curiosamente, el comportamiento de la visión de los perros dependía de la especie, los rostros de sus congéneres amenazantes provocaban una mirada más prolongada que en el caso de las caras humanas amenazantes, con las que mostraban mayor evitación.

«La estrategia de comportamiento tolerante de los perros hacia los seres humanos puede explicar en parte los resultados. La domesticación puede haber equipado a los perros con una sensibilidad para detectar las señales de amenaza de los humanos y responder con señales de apaciguamiento«, afirma el investigador Sanni Somppi de la Universidad de Helsinki. Esto es, han llegado a ser más tolerantes, benevolentes y comprensivos con los humanos que con otros de su propia raza.

Aquí el estudio completo: Somppi S, Törnqvist H, Kujala MV, Hänninen L, Krause CM, Vainio O (2016) Los perros evalúan las expresiones faciales amenazadoras por su validez biológica – Evidencia de los patrones de observación. PLoS ONE 11 (1): e0143047. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0143047

Trump asume el rol de sumisión con Putin

Encuentro de titanes, emociones a flor de piel, vigilancia y control extremo sobre cada movimiento. Trump y Putin dejan poco a la improvisación pero el dominio no verbal en situaciones relevantes de gran impacto también ejerce su labor.

Sin duda, los aspectos predominantes de su encuentro son la tensión, la rivalidad y la dominancia. Observándo la secuencia y los fotogramas del momento no podemos apreciar comodidad, tranquilidad, afabilidad, o gestos relajados, en ninguno de los dos líderes políticos.

En el esperado apretón de manos entre ambos, Trump asume el rol de la sumisión, ofreciendo su mano con la palma hacia arriba, cediendo la posición de líder a Putin, pero su semblante es serio, tosco, con mirada directa, fija y penetrante. Parece que es una declaración de buenas intenciones pero manteniendose defensivo, a la expectativa, es solo una tregua. Le respeta aunque mantiene las distancias.

El gesto entonces de Putin es insólito, le estrecha la mano, pero con la otra se agarra (literalmente) a la silla, gesto que demuestra la tensión máxima del momento, no es un movimiento natural ni cotidiano, denota descontrol, no se sentía cómodo.

Los dos mantuvieros posturas abiertas, dominantes y mentón elevado continuamente, señal de orgullo y prepotencia hacia al otro. El contacto visual entre ambos fue continúo, miradas que duraban más de lo socialmente aceptado, indica desafío, vigilancia, agresividad (intelectual) y reto.

El efecto del contacto visual durante 4 minutos

La teoría del contacto visual ininterrumpido en 4 minutos tiene más de 20 años. Fue propuesta por el psicólogo Arthur Aron, quien demostró que mirar a un desconocido durante 4 minutos fijamente aumenta la intimidad entre ambos, nace un sentimiento de cercanía y conexión. Demostró que este ejercicio en este tiempo acercaban más a la gente que cualquier otra cosa.

El contacto visual es uno de los aspectos más importantes del lenguaje corporal. Las personas que miran a los ojos a su interlocutor son percibidas mucho más positivamente que las que no lo hacen. «La mirada es el espejo del alma”, y es que a través del contacto visual podemos enseñar a los demás cómo nos sentimos, tanto física como emocionalmente.

Miradas que expresan mucho más que las palabras. Comunicación no verbal que transmite tristeza, preocupación, rabia, angustia, incomprensión, dolor, frustración, cansancio, también alegría al conectar… muchos estados de ánimo y emociones.

En esta teoría se inspiró la ONG Amnistía Internacional en su emotivo spot. Europeos y refugiados cara a cara, con una única instrucción: mirarse a los ojos durante 4 minutos. El resultado ha sido hermoso…

 

Xavier Trias en apuros (no verbales) #ParadisePapers

Fotografía: Alejandro García/EFE)

Fotografía: Alejandro García/EFE)

Independientemente del contenido y del mensaje verbal, la valía de estas imagenes está en la espontaneidad de la conducta, ya que es importante saber que el entrevistado, Xavier Trias, no se había preparado nada porque no sabía con antelación la temática de las preguntas del atrevido periodista. Esto no suele ser habitual y, en este caso, se filtra un lenguaje corporal muy elocuente.

El rostro de desconcierto es una constante a lo largo de toda su intervención, también lo es su nerviosismo y tensión visibles a través del movimiento incontrolable de sus piernas, además de sujetarse a sí mismo las manos con fuerza y de apretar los labios ante los sorpresivos interrogantes, todos ellos gestos de represión y contención emocional.

Niega todas las acusaciones sobre su presunta implicación en los Paradise Paperscon noes repetidos a su interlocutor, sin embargo, se aprecia cómo estas respuestas nunca van acompañadas de contacto visual, aparta la mirada y niega dudoso mediante el gesto del encogimiento de hombros.

En mi opinión, lo más revelador de este testimonio es lo que no aparece. La emoción esperada en una situación en la que se nos acusa de un hecho que no hemos cometido es la ira. Sólo es necesario empatizar y ponernos en su lugar. Si alguien nos acusara gravemente de algo que no hemos hecho nos enfadamos y, en este sentido, no puedo detectar ni una sola reacción de furia e indignación.

En cuanto al lado oscuro de las palabras ¿conocéis los indicadores estrategicos de la credibilidad? Este vídeo es un buen ejemplo donde se pueden detectar bastantes tips. Solo tenéis que leer la entrada sobre ello (pinchando aquí) para poder identificarlos con facilidad.

El lenguaje corporal de Puigdemont revela sus intenciones

Programa ‘Salvados’. Puigdemont y Évole

Charla tensa, muy tensa a mi parecer, entre Carles Puigdemont y Jordi Évole, a quien felicito como entrevistador por sus preguntas sorpresivas, por el modo en que las realiza, su insistencia y su réplica vehemente. Quizá hable/corte demasiado en algunas ocasiones pero en general su estilo de entrevista, desde luego, da pie a un buen material interpretable.

Puigdemont comienza seguro en su discurso y su corporalidad pero se desestabiliza rápidamente ante los planteamientos ‘complicados’ de Évole.

Se nota sobre todo en: la fluidez del habla (acaba prácticamente tartamudeando), en los silencios (las latencias de respuesta al principio son casi nulas y se amplían significativamente hacia el final), el contacto visual (en el inicio es constante con su interlocutor y acaba desapareciendo) y en las pistas fisiológicas (bebe constantemente agua y traga saliva, lo que indica la sequedad en la garganta producto de la tensión experimentada).

Respecto a las emociones clave durante la entrevista, destacaría las siguientes:

  • Convicción total de que «sí se va a celebrar el referéndum», independientemente de lo que pasé el 1-O, Puigdemont siente y cree que se llevará a término, su lenguaje corporal es coherente con las respuestas verbales afirmativas en este sentido.
  • Falta de convicción, sin embargo, al hablar de las «garantías del referéndum», su gestualidad aquí queda paralizada, su cuerpo no ilustra el mensaje, hay un cambio de actitud que genera duda.
  • Emociones muy intensas de ira cuando se refiere al gobierno español y sus acciones ante la consulta del 1-O.
  • Muy curioso, sin embargo, que cuando manifiesta la negativa de Mariano Rajoy al diálogo con él podamos apreciar en su rostro una microexpresión de tristeza (caracterizada por la elevación del músculo central de la frente, las cejas quedan formando un triángulo).
  • Microexpresiones de asco y desprecio ante la idea de la retirada de urnas por los Mossos.
  • Finalmente, emoción de miedo y postura de huida ante la pregunta de sobre su posible detención, curioso que no muestre ira y sí dudas por la elevación de hombros, podemos pensar que contempla todas las posibilidades.

Rajoy y Sánchez: lo que se ve y lo que no se ve, que también cuenta

Se produce el primer encuentro de esta legislatura entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, que se reunieron ayer en Moncloa durante más de dos horas. El líder del PP ha salido a recibir al secretario general del PSOE en las escalinatas del palacio, donde los dos han posado sonrientes ante los medios de comunicación y se han estrechado la mano mientras intercambiaban unas palabras.

Esta reunión nada ha tenido que ver con el ya viral ‘no saludo’ entre ambos mandatarios. En esta ocasión, el saludo y las sonrisas reflejo de un verdadero estado positivo y sintonía entre ambos son bien reales. Si vemos, en este apretón de manos hay horizontalidad, no hay dominancia ni sumisión, desprende igualdad, conexión de tú a tú, entendimiento. Podemos observar cómo hay un contacto visual directo, acompañado de una sonrisa social y rostro amable.

Sorprende la armonía no verbal que se desprenden de las imágenes. El único gesto que revela cierta ansiedad es el que realiza Rajoy en su breve conversación con Sánchez, se frota las manos, en un gesto automanipulador que denota impaciencia, ganas de iniciar algo, en este caso, se entiende que la conversación pendiente.

Y tan importante es valorar lo que se ve como lo que no se ve. Podemos ver gestos ausentes que dicen mucho. Justo en mi último post, os enseñaba un sencillo truco para detectar la hostilidad en personas que pretenden ocultarlo.

Esta señal es la de apretar la mandíbula, que por cierto, me viene genial como ejemplo señalar a Pedro Sánchez como un habitual de este gesto. En los momentos en los que tiene que afrontar una situación difícil, está tenso o incómodo siempre aprieta la mandíbula de forma muy visible. En esta ocasión no lo hace en ningún momento. Ambos están relajados, tranquilos y afables realmente. Su postura también es fluida, coherente y con un perfecto rapport.

[Off the record: No dejan de sorprenderme estas reacciones emocionales calmadas, distendidas, positivas… después de todo lo que éstos y otros se han llamado y han pasado… Hemos analizado momentos muy duros protagonizados por ambos y parece que ahora todo queda atrás… ¿qué capacidad de reponerse no?]

 

 

Trump y Macron: el poder de un apretón de manos (y de algo más)

No es necesario especular con la intención de este viralizado saludo entre Trump y Macron. El presidente francés, Emmanuel Macron, ha asegurado que sostuvo el apretón de manos de su homólogo estadounidense, durante la cumbre de la OTAN de Bruselas, para no mostrar debilidad.

Es curioso que este gesto naciera para demostrar que no se llevaban armas, como acto de cordialidad y confianza con el otro. Si bien, la forma y la intensidad de esta coreografía social siempre marcan pautas muy diferenciales, expresando cuestiones tan significativas como la sumisión, dominancia, indiferencia, afecto, respeto, simpatía… es una forma primitiva-evolucionada de marcar territorio en la que se vuelcan las verdaderas intenciones.

Las manos son importantes, tal y como se aprecia en la imagen, dan cuenta de la fuerza/presión/posición con la que se ‘marca’ el contacto con el otro. Pero siempre hay que buscar ese ‘algo más‘. Para analizar conducta no verbal debemos, siempre, tener en cuenta la totalidad de canales expresivos del cuerpo, sobre todo: postura, expresión facial (emociones) y contacto visual.

Es fundamental contextualizar y comparar la coherencia de las manos con el resto de canales, éstos son los que nos van a aportar los matices y el sentido de lo que podemos observar en las manos. En este caso, por ejemplo, se ve perfectamente cómo el rostro de ambos expresa ira, fuerza, tensión y concentración, ambos son conscientes de la ‘lucha’ que están ejecutando ante los medios para demostrar y ‘ganar’ la posición de poder. La postura tampoco es relajada ni natural, se infiere estrés en el movimiento, y por último, el contacto visual es directo, intenso y nada amigable.

 

El vínculo entre humanos y perros es muy similar al de padres e hijos

He conocido gente que se mofa y le parece exagerado el trato que algunas personas les dan a sus perros, gente que, claro está, no tiene en casa animales; solo aquél que tiene en su familia un animal sabe lo que se les llega a amar.

Estudios realizados por científicos del departamento de Ciencia Animal y Biotecnología de la Universidad Azabu, en Sagamihara (Japón), demuestran que la oxitocina, conocida popularmente como la hormona del amor, es la responsable de que la conexión que se establece entre un perro y su humano sea tan fuerte como la que se crea a nivel biológico entre padres e hijos.

Simplificando mucho, el simple contacto visual es suficiente para crear ese amor. Cuando una madre mira a su bebé a los ojos, los niveles de oxitocina del bebé aumentan, lo que hace que el bebé vuelva a mirar a los ojos de su madre y que esta a su vez libere más oxitocina, desencadenando una retroalimentación positiva que, según estudios, crea un fuerte vínculo emocional entre la madre y el niño, lo que contribuye a la supervivencia de la especie.

Los investigadores del equipo japonés liderado por Takefumi Kikusui querían averiguar si ocurría lo mismo con los perros. En el experimento, los propietarios debían mostrarse afectuosos, acariciar a sus animales, hablar con ellos y mantener contacto visual constante.

Pues bien, en este caso, los niveles de oxitocina de ambas especies también aumentaron tras el contacto visual prolongado. Cuanto más contacto visual, mayor aumento muy significativo en los niveles de la hormona en el cerebro. Las conclusiones del estudio son contundentes: “El mismo mecanismo de conexión, basado en el aumento de la oxitocina al mirarse, que fortalece los lazos emocionales entre las madres y sus hijos, ayuda a regular también el vínculo entre los perros y sus dueños.”

*Fuente: The Objective.