Tensión en Sánchez, indiferencia en Rajoy, ironía en Iglesias y respeto en Rivera en el primer debate de investidura

Foto Javier Lizón (EFE)

Foto de Javier Lizón (EFE)

Actitudes variopintas en el primer debate de investidura de Pedro Sánchez celebrado en el día de ayer en el Congreso de los Diputados.  Es especialmente revelador en estos casos no solo el análisis del que habla, sino también de los que escuchan, e identificar el abanico de posibilidades emocionales que se desencadenan en según qué momentos.

Pedro Sánchez comienza muy nervioso, su balanceo es constante (y este es el  indicador corporal más flagrante que podemos identificar como filtración de la tensión e inseguridad). No se pueden establecer emociones concretas en su rostro porque lee absolutamente todo el discurso (algo que no suele ser habitual en él), los gestos en la primera mitad de su exposición son artificiales, no consigue reproducirlos de forma natural y espontánea. Todo ello realmente da cuenta de la importancia del momento, es un momento relevante para él y le causa un impacto emocional tal que se bloquea su lenguaje corporal, como decía, sobre todo en la primera mitad de su intervención. Al final encuentra el equilibrio y se estabiliza emocionalmente, retoma la compostura, desprende una mayor firmeza y seguridad en su conducta.

Mariano Rajoy aparece en escena comiendo chicle, ‘ido’ durante toda la jornada, muy indiferente hacia el discurso de su rival político. Incluso podemos identificar expresiones de desprecio tras algunos de los aplausos de los asistentes (de los diputados del PSOE en mayor medida). Sánchez no merece su respeto y se considera en un plano superior a él y al momento en el que se encuentran.

Foto de Javier Lizón (EFE)

Foto de Javier Lizón (EFE)

Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, divertidos en exceso, no paran de lanzar continuas risas, se muestran socarrones e irónicos, hasta con sorna y burla, sobre todo cuando, en un momento de su intervención, Sánchez elogia a Rivera por el pacto conseguido entre ellos días antes.

En Albert Rivera encontramos reiteradas expresiones de concentración, atención, escucha activa y una corporalidad de asentimiento continuo. Dan cuenta del respeto y la complicidad con Sánchez, y que por cierto, ambos dos, son los únicos que se despiden con un afectuosos apretón de manos tras el encuentro.

Pedro Sánchez, saluda al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, tras la primera jornada de la sesión de investidura. (Foto de Uly Martín)

Pedro Sánchez saluda al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, tras la primera jornada de la sesión de investidura. (Foto de Uly Martín)

Este baile de aprecios y desprecios son descriptivos de las buenas o malas relaciones del momento y ‘apuntan’ por donde irán los tiros en momentos sucesivos. Todos los, aún, candidatos a la presidencia del gobierno deberían controlar lo que proyectan no solo el fondo de sus tácticas y estrategias sino también en las formas, puesto que al final, los beneficiarios de la buena percepción del espectador serán los del discurso civilizado, los que en general mantengan una conducta que irradie cordialidad, afectos, emociones positivas y respeto.

Por último, no quería dejar de destacar el deplorable espectáculo en el hemiciclo que nos desvela el comportamiento no verbal del resto de los diputados asistentes al pleno, de todos los colores, género y edad. Es ardua tarea encontrar gestos y expresiones de atención y preocupación y muy sencillo (demasiado) detectar vistazos al móvil, abstracción, gestos manipuladores (como juguetear con los micrófonos en señal de aburrimiento), reiteradas miradas al reloj, risas cuando las cámaras le enfocan… lamentable.

 

4 comentarios

  1. Dice ser Ana

    Hay algo que debería ser común a todos los políticos por encima de sus ideas, planteamientos e ideologías, y es el RESPETO hacia sus rivales y, sobre todo, hacia la institución a la que representan, que es la que nos representa a todos los ciudadanos. Lamentable la soberbia del señor Rajoy y la actitud infantil del señor Iglesias y camarilla. No es necesario compartir las ideas de alguien para escucharlo con respeto cuando las expone, y el espectáculo que dieron ayer unos y otros no es una actitud propia no ya de políticos profesionales, sino de adultos maduros y responsables, tengan el color que tengan. Estábamos ya tristemente acostumbrados a estas manifestaciones infantiles por parte de la «vieja política», pero que las autodenominadas «fuerzas del cambio» se apunten a esta dinámica de «patio de colegio» es muy decepcionante y nos indica claramente que van a seguir jugando con las viejas reglas. Aprendan educación, señores. Estas actitudes no están a la altura de alguien que aspira a ser el presidente de un país. Tenga el color que tenga.

    02 marzo 2016 | 10:35 am

  2. Dice ser Así es

    Totalmente de acuerdo con Ana, ninguno está a la altura de representar este país.
    Y gracias a la autora por destacar el espectáculo lamentable de la mayoría de diputados en el congreso, es que verdaderamente es lamentable.
    Buen artículo.

    02 marzo 2016 | 11:16 am

  3. Dice ser Polonio

    Una buena radiografía de lo que ocurrió, mejor leer este artículo que haber visto el debate en el que solo se demuestran intereses personales de los politicos..la autora con un simple artículo caza las actitudes interesadas de cada uno de ellos. Vaya clase política tenemos….

    02 marzo 2016 | 3:29 pm

  4. Dice ser joseluis

    según la que escribe le parece que pablo iglesias ha estado muy bien, ironico y demás, yo solo he visto a un payaso actuando todavía como si estuviera en la sexta noche buscando el aplauso fácil del publico en vez de en un parlamento.
    la comunicación no verbal de este payaso presentándose en mangas de camisa es un insulto hacia sus jefes que somos los españoles, cualquier trabajador de una oficina o que esta en un comercio y debe atender al publico va mas correctamente vestido que este individuo que aspira a ser un dia nuestro presidente.
    los comentarios de iglesias ni son ironicos ni tienen una sutil inteligencia, no es mas que un chabacano asambleario de universitarios marxistas, basto sin estilo y ridículo, querer ver en el un lenguaje verbal y no verbal de un gran nivel de categoriaes estar cegato o cegata.

    02 marzo 2016 | 6:14 pm

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