¿Votamos desde la emoción o la razón?

ccnoverbal¿Votamos desde la emoción o la razón? ¿Nuestra intención de voto nace de nuestro cerebro límbico (donde se generan las emociones) o de nuestra corteza cerebral (donde se generan los procesos racionales)?

Ya lo advertía Maquiavelo: “Los hombres, por lo general, juzgan más las apariencias que la realidad”.

Las investigaciones al respecto nos muestran cómo determinados juicios elaborados por los votantes respecto de la conducta no verbal y la personalidad de los candidatos políticos, pueden predecir su éxito electoral. Esto sugiere que los votantes dependen profundamente de las apariencias al elegir el candidato al que votarán.

Socialmente se asume que los votantes somos exclusivamente racionales y nuestras elecciones están libres de condicionantes. Se supone que un sistema democrático debe partir de votantes razonables, ya que la elección de las personas que conduzcan el futuro de su estado, dependerá de su sano juicio. Pero la elección del candidato adecuado supone tener en cuenta multitud de aspectos (consideraciones religiosas, económicas, morales, de seguridad, sociales, aspectos domésticos e internacionales). Los votantes estamos inundados con información procedente de prensa escrita, televisión, radio e Internet, rumores, entrevistas, noticias, etc. que deberán ser retenidas, codificadas, y posteriormente recuperadas para realizar la elección individual del candidato.

La psicología cognitiva nos enseña que cuando nos enfrentamos a una cantidad ingente de información, las personas tendemos a simplificar. Por ello, dada la complejidad de la votación, no debe sorprendernos que los votantes tomen atajos mentales para llegar a sus decisiones finales.

La investigación en el terreno de la política ha identificado varios caminos que los votantes usan para simplificar este proceso de decisión. Muchos votantes parecen depender enormemente de la cercanía ideológica del partido al escoger candidatos pero otras estrategias suponen el uso de señales no verbales que nos inclinan a votar a una u otra persona, como puede ser la frecuencia de voz. Gregorio y Gallagher (2002) analizaron las frecuencias de voz de los candidatos en 19 debates televisados en las elecciones presidenciales americanas, encontrando cómo un candidato, a través de su frecuencia de voz puede demostrar la dominación social relativa dentro de un debate.

En los últimos años, en materia política, las señales visuales han adoptado un primer plano. Varios estudios han demostrado una relación entre varias señales visuales no verbales y la intención de voto. El comportamiento no verbal de los políticos carismáticos es mucho más imitado por sus votantes que el de los políticos que no lo son. Se considera también de gran importancia la reacción no verbal del político ante determinadas noticias importantes para la sociedad. Diversos estudios inciden incluso en la influencia que tiene la expresión facial de los locutores de televisión cuando se refieren a un candidato concreto. Se demostró que los votantes parecieron favorecer al candidato para quién el locutor expuso las expresiones faciales más positivas. Igualmente en entrevistas, el comportamiento no verbal de un entrevistador pudo impactar en cómo los espectadores percibieron al político. En particular, la imagen de un político sufrió un menoscabo considerable cuando el entrevistador era hostil.

ccnoverbal2En estas investigaciones se trataron también lo competentes que pueden llegar a parecer los candidatos a través de su apariencia facial, independientemente de que lo sean realmente o no.

Los resultados muestran que la inferencia de competencia está estrechamente ligada a la madurez facial y la atracción, y añaden que la apariencia influye más en los votantes menos inteligentes que consumen una gran cantidad de programas televisivos.

Todos los votos se realizan en función de lo “competente” que parece ser un candidato. Ahora bien, habrá personas que infieran esa competencia en función de un análisis objetivo de los hechos y otras que lo infieran simplemente por la apariencia aunque ni ellos mismo sean conscientes de ello. Se producen una serie de señales que, en cierto modo, introducen “ruido” en el juicio final. Está demostrado que las impresiones de competencia pueden ser formadas rápida y fácilmente, sin ningún tipo de deliberación. Una vez se formen las impresiones, éstas influyen en las decisiones de voto, siendo esta influencia inconsciente y no pudiendo ser reconocidas por el propio votante.

Los políticos que fueron observados como más competentes lo fueron también como más familiares y más atractivos y en general los votantes preferían votantes que se les asemejasen. En suma, el más competente, confiable, atractivo, más maduro y familiar de los políticos, pareció ser el que más intención de voto podría atraer.

Si vamos directamente a los rasgos de mayor competencia, podemos decir que las personas percibidas como más competentes poseen caras poco redondas, la distancia entre las cejas y los ojos es menor a la media, los pómulos son más altos, y la mandíbula es más angular.

Las inferencias que realizamos respecto de la personalidad de nuestros interlocutores, a través de su apariencia facial, son rápidas y espontáneas, dejando un pequeño espacio para procesos racionales que inhiban o corrijan esos juicios iniciales. La naturaleza rápida y fácil de las inferencias basadas en la apariencia hace que supongan un condicionante importante en la elección del candidato.

Otro dato interesante: el reconocimiento de la expresión facial de un estado emocional puede ser percibido como un rasgo de personalidad, y no sólo como un estado emocional temporal. Es decir, una persona que ofrezca, en un momento dado una expresión emocional de miedo, se considerará por las personas que vean esa expresión como una persona con personalidad temerosa.

Como conclusión, podemos decir que las primeras impresiones basadas en la apariencia son notablemente influyentes, difíciles de superar, y además ocurren con asombrosa velocidad. El impacto de la apariencia será especialmente importante sobre aquellos votantes que tengan un bajo nivel de información objetiva sobre los candidatos, siendo este grupo el más numeroso. Por tanto, aunque la ciencia política generalmente ha asumido que los votantes pasan por procesos de decisión sofisticados y racionales que no están influidos por señales superficiales, la investigación sugiere lo contrario.

Me despido de los lectores del blog hasta el año que viene. Gracias, mil gracias a todos por vuestro seguimiento y comentarios, continuaremos abordando el apasionante tema de la comunicación no verbal en 2016. ¡No os lo perdáis!

  • Fotos: EFE

14 comentarios

  1. Dice ser Vergamulo

    Por lo general, votamos desde el BORREGUISMO.

    Votamos por razones tan sesudas como «es lo que vota familia», «yo soy socialista de toda la vida» o «voto a Fulano porque Zutano me cae mal».

    Apenas nadie vota pensando en el interés general, y por supuesto, muy pocos intentan castigar a dos partidos que nos llevan robando y estafando durante más de 30 años.

    En definitiva, así nos va. Este país tiene lo que se merece.

    30 diciembre 2015 | 10:52 am

  2. Dice ser fofito piloto

    Las marujas telecinqueras votan 90% con el corazón y 10% con la razón.
    Las personas con escasa cultura votan 60% con el corazón y 40% con la razón.
    Las personas con dos dedillos de frente 60% con la razón y 40% con el corazón.
    Las personas despiertas votan 80% con la razón y 20% con el corazón.

    Yo, que soy Dios, voto 500% con la razón, 500% con el corazón.

    30 diciembre 2015 | 11:01 am

  3. Dice ser sinvivirenmi

    En este país es un concurso de popularidad mezclado con la víscera española de eres mio o contra mi, también conocido como síndrome de las dos españas.

    si no no se explica que un partido como UPyD que es el único que ha demandado temas de corrupción (Rato, CajaMadrid, preferentes….) no haya tenido votos.

    ¿se habrá leído alguien los programas electorales?

    30 diciembre 2015 | 11:42 am

  4. Dice ser hay cosas que parecen aún tomadas prestadas

    Maquiavelo conocía mucho la verdad humana.
    Si la votación es un ejemplo de democracia y libertad, ¿por qué se hace tan secreto? ¿Con qué se vota?
    Interesante.
    ¿Se intentan evitar estigmatizaciones, marginaciones, por decir lo que se vota? Interesante.
    La sociedad se dice Libre. Una sociedad políticamente correcta incapaz de hacer frente a las realidasdes que se le presentan, desde hace muuuuuchos años, y que tiene justo al ladito, a un golpe de click. Interesante.
    La mente es una máquina, no prodigiosa, no. El cuepro humano tampoco es una máquina perfecta. Si me vendieran un coche con la fiabilidad del cuerpo, no lo compraba, entre dolores, jaquecas, enfermedades y ma´s que constipados, apenas tendría monimoni para repararlo. La sectarización de las ideas tampoco obedece siempre a als necesidades reales, sino al fanaismo o al miedo sin ser razonado. Se vota con miedo contra le miedo, sin esperanza por la esperanza… Interesante.
    Por cierto, al mujer sigue sin cobrar lo mismo que el hombre, sociedad de derechos, libertades, igualdad y demás papanatas políiiiiiticamente correctas. Los políticos debrían de salir menos por la tele y hacer mejor sus cuentas. Los derechos parecen aún mmigajas o cosa de elegidos. Interesante, seguramente.

    30 diciembre 2015 | 12:16 pm

  5. Dice ser hermano de pepe

    Sigue la fiesta de los políticos, pues sigan bailando?

    30 diciembre 2015 | 12:55 pm

  6. Dice ser incom2

    Yo creo que demasiada gente confunde el votar a una formación, con animar a su equipo de fútbol.
    Que sí, que los políticos cambian y rotan como los jugadores en un club. Pero una cosa es ganar una copa o un título, que a fin de cuentas muy bien, muy bonito, al museo del equipo a quedar expuesta tras el fiestón con la afición; y otra muy distinta es que salga un personaje con mayoría absoluta que no sabe ni hablar bien su propio idioma ni entender bien su propia letra, y que lo tengamos CUATRO AÑOS chupando del bote, haciendo ver como que no pasa nada malo en su partido (o no enterándose de ello, no sé qué es peor), escondiendo la cabeza bajo la pantalla de plasma cuando tiene que mentir en la cara a los periodistas y bueno… ahora que no le suma la mayoría, mendigando amigos y suplicando que lo dejen seguir gobernando porque ha sacado unos cuantos votos más. De los que votan con la idea del equipo de fútbol, claro está. O peor, los que van más allá y votan como si fuera un acto de fe, su particular fe, su irrenunciable fe.

    30 diciembre 2015 | 1:21 pm

  7. Dice ser habilitado

    Es evidente que el componente emocional se impone al raciocinio. Este último proviene del análisis lógico de las cosas, algo que los españoles evidentemente no tenemos en buena parte de la población. De no ser así no se votaría como se hace aquí, oyendo cuatro bobadas de políticos la mayoría de ellos iletrados y los que no totalmente sumido en la bazofia de su partido y con intereses por lo general ajenos al interés del país.

    30 diciembre 2015 | 1:41 pm

  8. Dice ser Óscar

    Emocional, totalmente. Quién no recuerda a gente, sobre todo mujeres, saliendo por TV diciendo porque habían votado a Adolfo Suárez?

    Otros ejemplos, un ciudadano americano votaría a un candidato que se declarara ateo, que no estuviera casado y no tuviera hijos por muy preparado que estuviera para ejercer el cargo de presidente? No, es más, alguien así no podría ni siquiera presentarse a candidato.

    30 diciembre 2015 | 2:05 pm

  9. Dice ser Casandra

    Eso mismo me pregunte yo al reflexionar oyendo de boca de un trabajador que vota al PP es decir a la derecha cosa que bajo mi punto de vista es incomprensible pues la derecha lucha por su privilegios y no por los derechos de los trabajadores y puestos a pensar llegue al conclusión que el proceso de elección del voto debe ser un proceso en el que intervienen varios factores entre los que seguramente están como la inteligencia la personalidad el estatus social o la cultura que tenga la educación las experiencias durante la vida del sujeto y posiblemente alguno mas que me dejo sin nombra y por eso las cosas se complican y sujetos que la lógica dice que deberían votar a unos partidos pues votan a otros

    30 diciembre 2015 | 4:24 pm

  10. Dice ser José

    En espańa se vota lo que diga la secta o telecinco en el sálvame, es un país de borregos que aun sigue pensando que franco esta vivo y meten miedo con «la gueeeeera civiiiiiill»uuuuuuuu!!!! Qué poca cultura democrática hay en espana

    03 enero 2016 | 1:54 pm

  11. Dice ser Marta

    Los políticos tenían que tener vetado acudir a programas de entretenimiento de la televisión, me parece vergonzoso que se rebajen a montar en globo o hacer el idiota para que la audiencia les tenga simpatía…efectivamente como dice el artículo, la emoción es la que acaba decidiendo el voto..

    03 enero 2016 | 1:56 pm

  12. Dice ser Navidad

    Yo creo que mas que uno en este país no sabe ni lo que vota…es todo por los miedos de «que me quitan la pensión!» «Estos van contra el pueblo» etc,etc…cuanto borreguismo..eso si, ya lo sufriremos todos..

    Hasta el año que viene!

    03 enero 2016 | 2:01 pm

  13. Dice ser Manolete

    Se vota al que mas chilla y mas mentiras cuenta (acabar con el hambre en el mundo, sanidad para todos gratis y paga mensual x tocarte las xxxx en tu casa, sobretodo eso!) pero eso si, los motivos que dicen estos que votan a este tipo de partidos no son esos, prefieren decir que es Xq se preocupan por el prójimo, la libertad y la igualdad y paparruchas varias….

    03 enero 2016 | 2:04 pm

  14. Dice ser Lucas

    Esta claro que la emoción juega un papel importante en todas las decisiones, pero en este país aun mas, un país sin cultura en la que pensamos que votar a un partido u otro es como animar a tu equipo de fútbol…

    05 enero 2016 | 10:53 pm

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