Como seguramente muchos de vosotros, he aprovechado este fin de semana para ir al cine a ver Iron Man. Una película que, además de arrancar con un importante éxito de taquilla (ya ha recaudado más de 100 millones de dólares en EEUU), también está recibiendo comentarios positivos entre espectadores (ahí está la nota y valoraciones en IMDB, por ejemplo) y aficionados de los cómics (los abrumadores resultados de la encuesta en Universo Marvel hablan por sí solos), una opinión a la que me sumo yo mismo. Siendo un personaje que a priori despierta en mí bastante indiferencia, el largometre se coloca sin embargo entre las más correctas adaptaciones de un cómic a la gran pantalla que he visto hasta la fecha.
Así, Iron Man ha resultado ser una entretenida cinta de aventuras con algunos agradecidos toques de humor. Tampoco es un dechado de originalidad, e incluye algún giro argumental muy previsible (aunque también alguna sorpresa inesperada en la parte final), pero sí es un producto de entretenimiento honesto, respetuoso con el cómic en que se basa, con efectos especiales bien aprovechados y que deja con ganas ver algunas peripecias más del personaje. Una opción más que recomendable para pasar la tarde (ya sea ahora en cines o en unos meses cuando salga en DVD) sin expectativas tampoco de encontrarse ante una obra especialmente brillante o memorable. Lo que representa sin duda un gran avance respecto a las más recientes películas de personajes Marvel, ya que Spiderman 3 y Los 4 Fantásticos y Silver Surfer fueron especialmente deplorables para el que esto escribe.
En lo que respecta al cómic original, la película resulta una buena introducción al personaje para los que no lo conocían, y a la vez no decepcionará a los que ya estén familiarizado con su versión de los cómics. Para estos últimos se incluyen además algunos pequeños guiños y pistas de elementos a retomar en las (previsibles) secuelas. Y los que hayan esperado en el cine hasta después de los créditos habrán podido disfrutar incluso de una escena adicional con una breve aparición de Samuel L. Jackson dando vida a Nick Furia, un secundario de lujo del Universo Marvel a quien el actor ya había prestado su cara en el cómic The Ultimates, y que apunta a una posible línea argumental que se rumorea que enlazará las próximas películas de personajes Marvel, trasladando al cine la sensación de «universo compartido» que ya tienen los cómics.
Para los que ya la habéis visto, ¿Qué os ha parecido la película?