De la nueva sociedad 3.0 organizada horizontalmente en red que ha enterrado la edad contemporánea. ¡Bienvenidos a la edad digital!

Entradas etiquetadas como ‘Fab Lab’

La Wikipedia de las cosas

The Free Universal Construction Kit, un proyecto emblemático de la impresión 3D

El texto de esta entrada lo escribió Josianito Llorente (@josianito), para la última edición del Free Libre Culture Forum. Lo colgó en la nube en un Google Doc abierto. Y lo leí entusiasmado. Simplemente espectacular. Le pregunté vía Twitter sí podía publicarlo en este blog. Dio su consentimiento, después de que lo publicara en su blog Josi.ani.to (bonito Tumblr). Josianito lleva muchos años alrededor dela cultura libre y el mundo hacker. Impulsa laboratorios de creación digital dentro del proyecto Tabakalera (San Sebastián) y el sistema de trabajo Hirikia/Puerto Abierto. El vídeo que abre esta entra sobre, los links de este párrafo y el titular (inspirado en el proyecto Thingdiversees mi aportación en este proceso. 

Josianito Llorente

“¿Para qué regalar un juguete a un niño cuando puedes regalarle todos?”
Publicidad de Origo, Impresora 3D orientada al público infantil

Imagina que tuvieras en tu casa una herramienta que te permitiera construir cosas. Casi cualquier cosa. En el momento. A medida. Cuando la necesitas. Se acaba de romper una pieza de la aspiradora. ¡Menuda faena! Hasta hace poco tiempo tenías dos opciones, o llevarla a reparar o comprar una nueva. Pero desde que tienes una impresora 3D en casa, eso ha cambiado: Accedes a internet, buscas la pieza rota en la Wikipedia de cosas,  descargas un fichero, lo adaptas a las medidas de tu modelo, eliges el color y presionas “imprimir”.

Luego en tu pequeña impresora 3D añades plástico u otro material del color y dureza deseadas. Éste se va calentando y depositando capa a capa, como cuando decoramos una tarta con nata usando  una manga pastelera, hasta crear el objeto final. El plástico posteriormente se enfría y adquiere la rigidez necesaria para poder utilizar esa pieza en el día a día.

¡Voilá!… parece una cosa sencilla¿verdad?. Pues con este pequeño gesto que en menos de una década será habitual, se alterarán muchas de las reglas que mueven el mundo tal como lo conocemos: las de la producción en masa y seriada de productos, las de la logística y el sistema de distribución mundial,  las de la lógica de consumo y obsolescencia programada, las de las patentes, marcas y propiedad industrial … Se acabará por dar sentido, pero de verdad al concepto Prosumer (productor-consumidor) de una manera radical: eres un consumidor que cuando necesita algo, no lo compra, lo produce.

Al proceso de diseñar digitalmente una pieza y realizarla físicamente después con máquinas controladas por un ordenador, tal como lo acabamos de explicar en el ejemplo de la aspiradora, lo llamamos Fabricación Digital. Existen multitud de máquinas en la actualidad que se utilizan en la fabricación digital, siendo las más comunes las fresadoras, cortadoras láser e impresoras 3D. La popularización de éstas los últimos 5 años hacen sea muy fácil para cualquier persona tener en su casa un pequeño taller en el que fabricar casi cualquier cosa.

Sigue leyendo este texto en el blog Josi.Ani.to

Smartcitizens.me

SmartCitizen.Me de Fab Lab Barcelona en Vimeo.

«¿Cuáles son los índices reales de contaminación del aire en torno a tu casa o comercio? ¿Y de contaminación acústica? ¿Y de humedad del aire? Ahora imagina que los pudieras conocer, compartir y comparar al instante con otros lugares de la ciudad, en tiempo real… ¿Cómo podría esa información ayudar a mejorar la vida en nuestro entorno?». Así empieza la explicación del proyecto Smart citizens que el Fab Lab de Barcelona ha inscrito en la plataforma de crowd funding Goteo.

El proyecto SmartCitizen.me se «basa en la geolocalización, en Internet y el hardware y software libres para la captura de datos y la producción de objetos; conecta personas con su entorno y su ciudad para crear relaciones más eficaces y optimizadas entre recursos, tecnología, comunidades, servicios y acontecimientos en el entorno urbano». O sea: coloca a los ciudadanos en el centro. Convierte a cada persona en una interfaz entre la ciudad y sus datos. Humaniza la tecnología. Democratiza la producción y uso de los datos. Incentiva la inteligencia colectiva.

Hace unos meses, escribía en este blog una entrada titulada Se buscan ciudadanos inteligentes para el espacio público, para hablaba precisamente de la necesidad de incorporar a los ciudadanos a la era de Internet of things. También escribí Hardware libre para una ciudad libre, repasando algunos casos de arduino (que usa este proyecto barcelonés) en el espacio público. Por eso considero que este proyecto de Smartcitizen.me que necesita 8.938 euros mínimos para arrancar merece nuestro apoyo.

Mi web: bernardogutierrez.es Fundador de la red futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

Open Energy para una ciudad sostenible y democrática

¿Smart cities (ciudades inteligentes) o ciudadanos inteligentes? ¿Modelos centralizados de gestión de datos o una red distribuida de información en red? Hace unas semanas meditaba en este blog sobre estas cuestiones. Defendía el modelo del proyecto The Data Citizen Driven City  y criticaba el concepto smarter city de IBM por su vocación de ´big brother´ vertical. Y nada mejor para continuar el debate que hablar de un proyecto concreto que ilumina el camino, el Open Energy de Fran Castillo (@francastillo) y Óscar Marín Miró (@oscarmarinmiro), que en estos momentos busca financiación en la plataforma de crowd funding Goteo.

Open Energy propone desarrollar una plataforma para explorar nuevos sistemas de visualización del consumo de energía. Objetivo: ahorrar energía tanto en entornos domésticos como industriales. Un detalle interesante: cada ciudadano armado de tecnología móvil básica (y no una empresa o institución), podría saber la energía consumida por cada electrodoméstico en tiempo real gracias a un sistema de visualización de datos. El beneficio colectivo estaría basado en la interrelación de muchas variables y no en un flujo unidireccional analizado por un organismo controlador. 

El sistema tiene dos dimensiones. La primera, Energy Monitoring Device, utiliza dispositivos de hardware abierto (con Arduino) para monitorizar el consumo eléctrico. La segunda, Open Energy Visualization (Data Visualization / Augmented Reality App), explora nuevas formas de visualización en tiempo real del consumo eléctrico en entornos domésticos gracias a una aplicación de realidad aumentada para teléfonos móviles. Es más sencillo de lo que parece: el ciudadano escanea un objeto con un móvil y obtiene sus datos de consumo con una sencilla visualización.

Lo más interesante de todo es que Open Energy está apostando por un nuevo modelo de distribución energética. Las visualizaciones posibilitan nuevas formas de relación entre la energía y los humanos. Las visualizaciones en tiempo real revelan patrones de consumo eléctrico, predicciones de consumo, niveles de CO2… Sabiendo qué edificios de una ciudad presentan un mayor excedente en la producción de energía o el valor en tiempo real de la electricidad se puede conseguir un nuevo ecosistema urbano más eficiente. Y cada ciudadano será vital en este puzzle. 

La Tercera Revolución industrial está en marcha. No falla: cuando las nuevas tecnologías de la comunicación convergen con nuevos sistemas energéticos el mundo se asoma a una revolución industrial (interesante artículo de Jeremy Rifkin). Internet, sistemas de energía inteligentes y renovables, ciudadanos conectados en red y fab labs (esa mini fábricas basadas en impresoras 3D) están cocinando una tercera revolución industrial que va a cambiar todo. Tiempo al tiempo.

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net En Twitter soy @bernardosampa

 

La revolución se llama fab lab

Imagina un mundo donde las fábricas desaparecen. Imagina que cada barrio, cada edificio o incluso cada casa tienen una minifábrica que construye los objetos necesarios para vivir. Imagina que estas fábricas low cost apenas construyen los objetos que necesitan los vecinos. Y que es la misma máquina – una impresa sólida en 3D – la que construye los objetos. Por si fuera poco, esta red de impresoras en 3D utiliza software libre y sus usuarios mejoran su funcionamiento colectivamente con mecanismo transparentes. El planeta de las minifábricas, basado en la demanda real y no en la oferta artificial, funciona a la perfección. Hay menos contaminación, menos atascos, menos transportistas de cosas. La obsolencia programada – estrategia de las marcas para que los productos se estropeen – es un mal sueño del pasado.

La revolución del planeta de las minifábricas sostenibles no es un sueño lejano. Es una realidad. La minifábrica se llama Fab Lab (fabrication laboratory). El primer prototipo nació en el Center fot bits and Atoms (CBA) del Massachussets Institute of Technology (MIT), en el año 2001. Y ya hay un centenar (entre oficiales y no oficiales) en todo el mundo. En España, hay fab labs en Barcelona (vídeo que abre el post), Valladaura, Madrid, BermeoLeón y Sevilla. En América Latina, hay fab labs en  Lima (Perú), Medellín (Colombia) y Costa Rica. Países como Namibia, India, África del Sur, Ghana o Afganistán cuentan con fab labs.

De momento, la tecnología de los fab labs no es barata: se necesitan unos 50.000 euros iniciales de inversión. Además, necesita espacio. Pero Neil Gershenfeld, cabeza del Centro de Bits y Átomos, pronostica una verdadera revolución: «Internet necesitó una habitación llena de ordenadores para funcionar, hoy lo hace en el móvil». Neil intuye una sociedad diferente. Una plataforma «comercial y mundial que convierta los fab labs en autónomos». Los fab labs, sueña Neil, mostrarán la salida de la crisis: «La mayoría de los grandes negocios surgieron en épocas de recesión. El mercado actual se basa en inventar un producto y en producirlo en una fábrica. Nuestra filosofía es otra. Se trata de producir bajo demanda en laboratorios locales, independientemente de dónde se haya diseñado el producto«.  Pero la mayor revolución reside en otro pequeño detalle (otra interesante entrevista a Neil):  «el poder de la red de fab lab es que no existe nadie al mando».

 

Mi web: bernardogutierrez.es Dirijo la consultora futuramedia.net. En Twitter soy @bernardosampa