Escanea con tu teléfono móvil un objeto que ya no te gusta o que no necesitas. Súbetelo a la nube. Colócalo en tu mercadillo virtual. Echa un vistazo a lo que tus vecinos tienen en oferta. Revende, recompra. O simplemente dale al cibertrueque. Por si no has entendido nada, échale un ojo al vídeo de instrucciones de Stuff cloud, un proyecto del colectivo canadienses Arch (i) nteractive.
El stuff cloud – la nube de las cosas, más o menos – es el corazón y columna vertebral de Waste2no un proyecto basado en tecnología RFID (identificación por radiofrecuencia) que facilita el escaneo de objetos y su traslado al mundo virtual. Lo más sexy del Waste2no es que su objetivo no es el mercado. No está al servicio de las marcas ni de centros comerciales. Stuff cloud incentiva las reventas. O directamente el trueque. Además, los objetos están geolocalizados, para facilitar la interacción humana de personas desconocidas.
El colectivo Arch (i) nteractive está pensando mucho más que en una nubecita divertida. Está soñando con un espacio urbano como un lugar de interacción. Con una urbe moldeada por una madeja de identidades, de personas que construyen ciudad relacionándose al margen de marcas e instituciones. Y están poniendo todo el fuego de la nueva sociedad híbrida (internet+asfalto) en el asador. La sentient identity (personalidad digital) que preconiza el urbanistra Doménico di Siena es mucho más que una personalidad virtual. Es un conjunto de valores que moldean nuestra privacidad, nuestros patrones de interactividad, de intercambio, la sociabilidad que estamos dispuestos a ejercer en el espacio público y/o privado. Esta sentient ID de tus colegas en la nube abre la puerta a otro tipo de consumo, de sostenibilidad, de sociedad. La sociedad P2P (peer-to-peer) – ese mundo horizontal, rizomático, wikimolón, sin intermediarios innecesarios- puede empezar truequeando en la nube, por ejemplo, una corbata aburrida por un cubata de párrafos de Wu Ming llamado Las historias como hachas de guerra.
He creado un hashtag para discutir alrededor del blog: #códigoabiertoblog
Francamente a mi esto de las nubes y los truques me suena a pitorreo, yo nunca cambio nada de nada con nadie , solo dinero por cosas.
Clica sobre mi nombre
07 diciembre 2011 | 16:10
Bueno, Antonio, puedes comprar y vender en l anube, sin tener que ir, digamos a El Corte Inglés 🙂
Un abrazo
Bernardo
07 diciembre 2011 | 16:15
La sociedad P2P (peer-to-peer) – ese mundo horizontal, rizomático, wikimolón, sin intermediarios innecesarios
si y para ello usais RFIDS con geolocalización, QUE MOLÓN Y QUE PAPYGUAYS QUE SOS
07 diciembre 2011 | 16:53
Me mola que expliques este tipo de cosas «traducidas» hasta para los no expertos. Y que traduzcas también todo tipo de términos mil veces oídos como P2P, para que todo esté al alcance de todos… como en una nube! Saludos.
07 diciembre 2011 | 17:24
Pues anda que traducir «stuff» como tropa… en vez de cosas… la traducción aproximada por no decir correcta sería «nube de cosas» para stuff cloud.
07 diciembre 2011 | 17:34
Muy bueno, pero el día 23 de diciembre ,la nube desaparece, el cenizo de ZP quiere contarlas
07 diciembre 2011 | 18:18
¿Para el trueque de toda la vida también hay que usar la maldita nube?. Con tanta nube vamos a dejar de ver el sol xD
07 diciembre 2011 | 18:23
Interesantes referencias, combinar lo virtual con lo físico tiene muchísimo potencial por explotar.
Por cierto, «la nube de la tropa» sería «staff cloud». «Stuff cloud» es «la nube de las cosas», que tiene más sentido en este contexto. Es un concepto relacionado con «la internet de las cosas», que anda desarrollándose últimamente.
07 diciembre 2011 | 19:21
Corregido 🙂 stuff=cosas, como es lógico. Vaya patinaje. Gracias JT y JeJe
07 diciembre 2011 | 20:10
Me ha encantado este post y el blog en general. Hacía falta algo fresco así, que explique todo pero que sea cool en España. Falta nos hace, sí, esa sociedad P2P frente a la caspa política
07 diciembre 2011 | 21:42
Pues a míi me encanta intercambiar fluídos corporales con una mujer sin necesidad de darle dinero a cambio.
07 diciembre 2011 | 22:06