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Sitges 2014: fenómenos paranormales paralizan a centenares de personas

Sitges 2014Supongo que este fin de semana habréis acudido en masa a los cines a ver la nueva de Torrente, y espero que alguno también a esa joya que es La isla mínima. Sin embargo, desde el pasado viernes, en la localidad catalana costera de Sitges el mundo se ha paralizado para centenares de personas. No por causas paranormales, pero casi. Desde hace 4 días lo único que importa no es el «desafío soberanista catalán del 9-N», si la Pantoja ingresa en prisión o el escándalo de las «tarjetas B» de Caja Madrid sino las películas que se proyectan en la edición 47 del Festival de Cine Fantástico de Sitges.

Para la prensa, amantes del cine de género, aficionados y frikis varios acreditados para cubrir el certamen (unos mucho, otros bastante, hay que menos y otros nada) lo único a considerar es como ir cuadrando horarios, e ir consiguiendo tickets para las sesiones de tarde o noche, para llegar a ver el máximo posible de películas. Hay que luchar contra el sueño, el cansancio o decidir entre cual ver teniendo en cuenta que muchas propuestas se solapan en horarios. El fin de semana siempre empieza intensamente. Todas parecen de lo más interesante o tener alguna buena referencia, de no sé quién o dónde, para no perdérsela. Luego, la mayoría resultan ser un bluf, un auténtico aburrimiento. Pero aún así, la droga cinéfila exige seguir inyectándose más y más.

Muchos podrán pensar que esto de hacer de crítico o cronista de cine (o pseudocrítico, como es mi caso) es un trabajo cómodo, para vividores. No es así. Imagínense lo que es ver por lo menos entre 3 o 5 películas al día (ya son entre 5 u 8 horas por lo menos de tiempo por jornada), algunas tostones larguísimos, hay días sin prácticamente tiempo para comer algo en condiciones, robándole horas al sueño, todo a deshoras, cuando acaba una proyección ir corriendo a otro de los cines o a hacer cola para la siguiente sesión en la misma sala, sin tiempo apenas de tomarse un café… Después sumen el tiempo empleado si se desea hacerle alguna entrevista a directores o intérpretes, más la dedicación para escribir los artículos, críticas o entrevistas.

Y, entre lo peor, el que casi todos los pases para la prensa se limitan a la mañana, a partir de las 8:00, y a los de las primeras horas de la tarde como mucho, por lo que si se desea intentar obtener una entrada de invitación hay que levantarse antes de las 7:00 para online, a través de la web de Sitges, solicitar los tickets.Y hay que ser muy, muy rápido y ágil en ello porque las sesiones más solicitadas se terminan en seguida. Un microsegundo para rascarse la nariz y, ¡zas! , a las 7:00 y un segundo aquella proyección a la que ansiabas ir el día siguiente desaparece delante de tus ojos con la nefasta respuesta de «no disponible».

Sobre como es estar en Sitges o las anécdotas os iré contando, siempre que me permitan acompañarles en este paseo virtual. De momento les dejo con la ración diaria de la breve crítica de 2 de películas proyectadas y que, por alguna razón u otra, han ido destacando (es decir, según mi propio criterio aleatorio y subjetivo). Les servirá además para certificar lo que les comentaba sobre la dureza de este trabajo, con bodrios de tomo y lomo, o de grandes expectativas echadas por tierra en hora y media.

Además, y porque sé que esto os puede gustar, al final pondré unos iconos sobre la dosis, poca o mucha, de contenidos de sexo, violencia, desnudos, gore, tensión o terror que ofrece cada película comentada. Aparquen lo políticamente correcto y la mundana y rutinaria cotidianidad. Es Sitges. ¡Welcome! ¡Bienvenidos!

( Foto: Sitges 2014 )

 

‘The Babadook’

The BabadookNo puedo decir que me haya entusiasmado, aunque se dice que en su presentación mundial en el pasado Festival de Sundance sí que fue muy aplaudida. También arrasó en el reciente Fantastic Fest con 4 premios en la categoría de mejor filme de terror: mejor película, dirección, actriz y actor. Eso sí que es entusiasmo. Pero, ¡ojo!, es una buena película que muestra, y también esconde, más de un elemento de interés. Está diseñada como un cuento cotidiano entre una madre (Essie Davis) que enviudó cuando su esposo la llevaba al hospital a dar a luz, y su hijo Samuel (Noah Wiseman), ahora a punto de cumplir 7 años. Cruzándose con el relato, en formato de cuento de horror, del extraño libro sobre un personaje llamado «Babadook» que entrará en sus vidas en forma de maldición. Una mitología propia basada en el cruce de los terrores infantiles de un Hombre del saco con Freddy Krueger.

El niño empieza siendo tan irritante e insoportable que se entiende perfectamente ese rechazo que sienten hacia él parientes, vecinos, profesores y compañeros de escuela (y nosotros mismos como espectadores). Un bicho raro que pese a ello acaba evolucionando hacia lo más amable, incluyendo escenas en una versión soportable del niño de Solo en casa (¡qué gran elección la del pequeño Noah Wiseman!).  Y por otra parte una traumatizada y sufrida Essie Davis espléndida avanzando hacia la descomposición de su pequeño núcleo familiar (merecería ya el premio a mejor interpretación de esta sección oficial fantástica a competición… si no fuera por una Macarena Gómez en Musarañas que está impresionante, superior ).

Estilizada y delicada dirección, de puesta en escena clásica con predominio de los tonos azules y composiciones minimalistas, de la actriz australiana debutante en el largometraje Jennifer Kent. El guión original también lo ha escrito ella misma. Y agradecer que su final sea definitivamente original, muy alejado de lo que acostumbramos a ver en este tipo de propuestas de género. De esas pelis que incluso mejoran a medida que pasan los días y pensamos en ella.

Algo de violencia

Algo de gore

Mucha tensión

Algo de terror

 

 

 

 

‘The Quiet Ones’

The Quiet OnesEstá inspirada en un hecho real supuestamente acontecido en los 70 (en los títulos de crédito finales se incluyen fotografías de los protagonistas reales), y forma parte del lote de películas con las que se intenta resurgir la mítica productora británica Hammer (La mujer de negro, con Daniel Radcliffe era una de ellas). Un ególatra y excéntrico profesor de Oxford (Jared Harris) realiza diversos experimentos sobre fenómenos paranormales gracias a una chica a la que ha «adoptado». Una cobaya humana, Jane Harper (Olivia Cooke), que dice estar poseída por el espíritu de una niña que murió quemada.

Su plan maestro, con la ayuda de un par de alumnos y la incorporación de otro joven para que filme los sucesos, es la de demostrar que todo es muy científico y real: aislar la energía negativa que despendre la muchacha, la cual se materializa sobre todo mediante telequinesia. Es decir, hacer salir ese mal rollo de su cuerpo y mente para capturarlo dentro de una especie de recipiente inventado por él mismo. De este modo salvaría a la chica y «Quien salva una vida, salva la humanidad», según su lema. Una cura revolucionaría para poltergeists. Poco a poco, unos y otros irán comprobando que lo que parecía mental y científico es mucho más físico y diabólico de lo que creían. Película correcta, pero del montón, que quiere (asustar más), pero no puede y dirigida por un no demasiado inspirado John Pogue (que fue el director de Quarantine 2, o séase, la secuela del remake norteamericano de [Rec] ). Destacar la desasosegante música compuesta por el madrileño Lucas Vidal.

Algo de sexo

Algo de desnudos

Algo de goreAlgo de tensión

Algo de terror