Él, Christian Grey, en su rutina diaria abre su armario amplio, luminoso y lleno de camisas y trajes impolutos, iguales, ordenados y se supone que de marca, quizá exclusivos. Ella, Anastasia Steele, hace lo propio en su habitación, un pequeño armario atiborrado de ropa variada y de colores, pero seguramente barata. Vistiéndose, él le da el toque final anudándose la corbata, como todo un señor; ella atándose la coleta, dándole ese toque juvenil, femenino y un cierto aire de ingenuidad. Dos mundos opuestos. Hombre y mujer. Aún no se conocen, pero ambos están a punto de romper la barrera que los separa. Así se inicia el nuevo tráiler con algo más de metraje de Cincuenta sombras de Grey.

Anastasia y Christian están destinados a cruzar sus destinos, a que salten las chispas y a iniciar una relación que, de nuevo en su nueva aventura cinematográfica, atrapará en su camino a millones de espectadores. Concretamente, se dirige a más de 30 millones de espectadores (sobre todo “espectadoras”) potenciales en todo el mundo que se corresponden con el número de ejemplares vendidos del primer libro (superando las 100 millones de copias, entre impresas y digitales, si nos extendemos a la trilogía).

A todos ellos y a un buen número más de las lectoras y lectores de las novelas de la británica E.L. James va dirigida la adaptación de la que Universal Pictures y Focus Features se hicieron con los derechos del mayor fenómeno bestseller (me niego a decir “literario”) reciente para llevarlo al cine. Ya se están frotando las manos. Sólo tienen que lograr que la historia sea lo más fiel posible a la de la novela, y que su pareja protagonista sea convincente, guapa y destile química romántico-sadomasoquista.

El nuevo tráiler tampoco no es que insinúe o muestre que vaya a haber más carnaza y ¿morbo? en la relación que iniciarán el inmensamente rico, atormentado y guapo Christian Grey (Jamie Dornan) y la inocente y virgen (hasta que caiga en manos, y otros artilugios juguetones de Grey) estudiante de literatura Anastasia Steele. Desde el “sexo vainilla” a los placeres más duros y pervertidos en “el Cuarto Rojo del Dolor” (así, con mayúsculas). De hacer el amor de manera convencional a adentrarse en el dolor y placer del BDSM (bondage, dominación, sumisión, masoquismo).

Los de Universal han apostado, y más viendo los tráilers, por lo seguro y por dejarse de tonterías como intentar hacer algo artístico o arriesgado para llegar a esos potenciales decenas y decenas de millones de espectadores, con una fotografía y decorados bonitos de luces entre cálidas, frías y excitantes (las del Cuarto Rojo).

En el tráiler o en los nuevos pósters distribuidos, Anastasia se mordisquea los labios o un lápiz, denotando deseo sexual latente. En esta historia, en el fondo de lo más arquetípica, él la “introducirá” en los placeres del sexo; mientras ella, a base de paciencia, sumisión y amor verdadero le irá enredando poco a poco en los del amor (basta señalar que la escritora empezó su idea comentando en unas páginas de fans de Crepúsculo). Entre medio, abundantes y generosas sesiones de sexo ¿duro?, y de paseos por el bosque, en automóviles de lujo, vuelos en helicóptero o viajes sin motor con planeador, y de frases diciéndose lo mucho que se quieren y necesitan.

Dirige, aunque es de lo que menos importa, la realizadora Sam Taylor-Johnson quién ante todo deberá preocuparse para que todo el “postureo” de imágenes e intérpretes sea lo más sugerente y bonito. Lujosos áticos de vistas privilegiadas de la ciudad (Seattle); torsos masculinos desnudos; espaldas y hombros femeninos insinuantes y envueltos entre sábanas o con lencería fina. Entre la telenovela de una sobremesa y una producción soft porno de Playboy Televisión. Los que deseen ver algo más (sólo algo más) de carne y sexo explícito muy probablemente deberán esperar a la versión extendida que nos llegue en DVD o Blu ray. Las intenciones de Universal son igualmente de lo más explícitas: intentar tener una calificación por edades de audiencia que le permita llegar al mayor número de espectadores posible.

En cuanto a Jamie Dornan, me sigue pareciendo menos magnético, duro y atractivo de lo que requeriría su personaje. No le veo esa mezcla de irresistible atractivo sexual con la de “macho alfa” malote pero interesante y con corazón que ha convertido al personaje de Christian Grey en el ideal de “príncipe azul” (forrado de pasta) y de fantasías sexuales privadas de una nueva generación de fans (Stephen King calificó el libro como “porno para mamás”) de este incipiente siglo XXI. Mejor Dakota Johnson, que por algo es la hija de Don Johnson (sex symbol televisivo en Miami Vice de los 80) y Melanie Griffith (la ex de Antonio Banderas), y que llegó a ser una actriz tan estupenda como guapa. Pero a Dakota le falta aún constatar que además de ser bella y aparentar ser buena actriz lo es.

Christian y Anastasia se preparan de nuevo para firmar el contrato que les unirá, entre amo y esclava sumisa y objeto sexual, el año que viene, en fecha cercana a la de San Valentín, el viernes 13 de febrero de 2015 (parece lejos, pero está a tiro, a menos de 3 meses), cuando las más de 1.200 páginas del primer libro de Cincuenta sombras de Grey se materialicen en la gran pantalla.

La canción Haunted es de Beyoncé, y la música de Danny Elfman. Actualización: (gracias a hera por el aviso) Y, como siempre, la realidad (o la promoción) ya va superando a la ficción. Se dijo que Dakota Johnson acabó enrollándose, y que pronto se casarían (el 1 de diciembre), con el playboy millonario Alessandro Proto que inspiró a su autora para moldear a imagen y semejanza de él a Christian Grey. Noticia que luego fue desmentida por fuentes cercanas a la actriz.

( Fotos: Universal Pictures )