( Ben-Hur 2016 ©Paramount )

Definitivamente está siendo un mal, muy mal año para las grandes superproducciones hollywoodienses, y algunas se han salvado por los pelos gracias a las recaudaciones en el mercado chino, caso de Warcraft: El origen o Ahora me ves 2. Pero, no es suficiente. Si un blockbuster no triunfa en su propia casa puede considerarse un fracaso que anula posteriores secuelas (si estaban previstas).

Han abundado los «flops» (el término que utilizan allí para los fracasos, de taquilla o crítica). Escuadrón suicida está siendo uno de los grandes taquillazos de agosto, pese a que ha «pinchado» en cuanto a las valoraciones de la crítica. Pero el público demanda sobre todo que les cuenten una buena historia, que les enganche e incluso les deje con ganas de más. Que tenga algún aspecto original, distinto. Y esto es de lo que han carecido la mayoría de los blockbusters de este 2016

Una campaña arrolladora de marketing puede llevar a un buen número de espectadores a los cines, pero sobre todo con Internet el espectador está también muy bien informado a los pocos días, o incluso antes del estreno, respecto a si los comentarios son positivos o no. La publicidad tiene su gancho, sin embargo, como dice el analista Tom Nunan “Si una película cae, en cuanto a recaudación, más del 55 % en la segunda semana, se trata de un grave problema, y este ha sido el problema de este verano: enormes pinchazos, del 60, 70 % y más. Muestra que el rechazo es total».

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