Las dos reencarnaciones de Shyamalan

Shyamalan

( ©GTRES )

Hablemos de Shyamalan, que lleva un par de semanas funcionando bien en taquilla con su nueva película, La visita. Hace unos años, no tantos, cuando se estrenaba una película de M. Night Shyamalan el mundo (cinéfilo, claro) quedaba dividido en dos bandos, los que le admiraban y los que le detestaban. El rey de los twist endings había generado con El sexto sentido (1999), su segundo largometraje —de hecho el primero porque su debut Los primeros amigos no lo vio nadie, al menos en cines—, una expectación inusual.

Sin embargo, su número de defensores, entre los que aún me incluyo, ha ido disminuyendo alarmantemente. Se decía que la culpa de todo la tenía el marketing, la forma de vender sus películas creando un interés hacia una historia de terror e intriga, con giro final sorpresa, que luego no se cumplía.  A ello sumémosle el documental, falso documental para ser más exactos, una broma llamada El secreto de M. Night Shyamalan, presunto making of de El bosque en el que se presentaba al director como un individuo paranoico, obsesionado por el control de todo y con ciertas conexiones con el más allá y extraterrestres. Todo era un montaje, pero gran parte del público que vio el documental se lo creyó e hizo que Mr. Shyamalan empezara a caer mal, a más gente.

Concretamente, el principal suceso paranormal del que tenga yo constancia que le haya ocurrido al director norteamericano de origen hindú empezó en 2004, a partir precisamente de El bosque. Y es que perdió esa aura que tenía de nuevo gurú del cine fantástico mainstream. A Shyamalan no le había pasado nada desadvertido que sobre todo los críticos estadounidenses le habían cogido manía y empezaban a ensañarse con él, así que les dedicó algo así como una peineta y entre los personajes secundarios de La joven del agua (2006) el más desagradable y soberbio era precisamente el personaje de un crítico de cine (Bob Balaban), que para más inri acababa muerto (¿ajusticiado?) por la sobrenatural criatura que pululaba por ese aislado bloque de apartamentos.

El bosque 2004

( Con ‘El bosque’ llegaron los lobos )

Lo único que estaba haciendo era aquello que mejor sabía, y le apetecía, hacer: contar cuentos con elementos fantásticos, y le salía una particular mezcla de genialidad con ingenuidad, a los que les añadía una especie de moraleja poética, por otro lado, algo muy ligado a las tradiciones e historias hindúes. Pero las cosas no iban bien. El incidente (2008) —incluso su protagonista, Mark Wahlberg, acabó renegando de la película—, había sido decididamente un título premonitorio, así que decidió transformarse, dar otro giro, esta vez a su carrera y que a punto estuvo de ser final y definitivo: pasarse al blockbuster, a la superproducción más lujosa. Fue una especie de primera reencarnación (cinematográficamente hablando) para el director. Sin embargo, si alguien creía que no le podía ir peor, se equivocaba.

Una simple ilustración. Durante la promoción de Airbender: El último guerrero (2010) en México, una periodista se lanzó a su yugular (metafóricamente) preguntándole en rueda de prensa si “Airbender era un intento de ganarse a más fans después de “haber perdido la fe en su cine”. ¡Zas! Shyamalan evidentemente se incomodó, pero respondió que “si pensara como ella se suicidaría” y que esperaba que con el tiempo sus películas fueran más “apreciadas”. Airbender solo triunfó en los Razzies, los premios a lo peor del año. Él lo pasó mal, y yo también. Es como ver a alguien a quien aprecias devorado por los lobos. El desastre total llegó con After Earth, protagonizada por Will Smith e hijo, a partir de una historia original del primero. En esa ocasión hubo consenso. Al fin había plasmado su peor película. Shyamalan requería de otro hábil twist.

En las entrevistas que ha concedido en los últimos días, para la promoción de La visita, he leído que el mismo Shyamalan no escondía su “pecado” de soberbia y arrogancia con una anécdota del pasado. En los años que estudiaba cine, después de una proyección de Haz lo que debas, se atrevió a corregir al mismísimo director, Spike Lee. La sangre no llegaría al río, y el mismo Lee asistiría años después al estreno de Señales (2002). Sus declaraciones reflejan una cura de humildad al igual que esta su nueva propuesta, La visita, también muy humilde en cuanto a presupuesto. Ambas marcan la “segunda reencarnación” del una vez conocido como “el nuevo Spielberg”.

La visita

( No es Shyamalan reencarnado, es la actriz Deanna Dunagan en ‘La visita’ ©Universal )

La visita apenas ha costado 5 millones (la mayoría puestos de su propio bolsillo, el cual, por cierto, debe de ser descomunal). Una producción de muy bajo presupuesto recurriendo a las técnicas del found footage y falso documental, y que Shyamalan utiliza muy bien. Ya está dando beneficios en taquilla (productores y ejecutivos respiran en paz) y ha procurado, esta vez sí, darle al público lo que le pedía: una historia inquietante, algún buen susto, posible sorpresa final con el desenlace y también unas buenas dosis de risas. ¿Qué más se le puede pedir?

Personalmente, no es que me haya entusiasmado –en la media hora final mi interés empezó a decaer-, pero la actriz que hace de abuela (Deanna Dunagan, laureada en los escenarios teatrales) está soberbia; la escena de “Niña, métete en el horno para limpiarlo” me dejó sin aliento; en otra de las más comentadas, jugando al escondite, se pasa miedo. Hay algunas ocurrencias cargantes (lo de rapear, pues no me convenció), y otras divertidas como la de nombrar a cantantes famosas en lugar de decir tacos. La que me hizo más gracia fue una tontería, la escena en la que el muchacho (Ed Oxenbould) imita a la abuela, con las manos atrás y corriendo. Por su parte, la hermana mayor (Olivia DeJonge), la que rueda el documental, sería la representación del propio Shyamalan, más pedante, también sensible, y digna de toda la comprensión y amor del mundo.

La visita es un respiro para Shyamalan, al borde de un ataque de “síndrome vespertino” si de una vez por todas no cesaba la hostilidad hacia sus obras. Unos instantes de calma y tranquilidad, y que también ha obtenido refugiándose en televisión (la muestra, Wayward Pines). Echo de menos su cine de antes, aunque quien sabe qué nos deparará esta segunda “reencarnación” de Shyamalan. Esto y… ¡qué grande sigue siendo El protegido!

 

Tráiler de ‘La visita’:

 

4 comentarios

  1. Dice ser MAr

    Teniendo en cuenta que quitando el 6º sentido todo lo demas es discretito y la mitad horrendo…
    Pd. Amenabar, Cuaron, Del Toro… le dan 1000 Vueltas.

    24 septiembre 2015 | 21:07

  2. Dice ser Alejandro

    A mi en su momento l bosque me pareció mala en el cine pero más tarde la vi en casa y me pareció bastante buna película, lo malo es que se la vendió como no era y que hay detalles que solo se observan en un 2º visionado. En cuanto a La niña del agua es lo más pestilente que he visto en el cine y creo que cualquier fan the Avatar: La leyenda de Aang querría colgar a este hombre del palo mayor atado por los huevos.

    25 septiembre 2015 | 09:38

  3. Dice ser Yago

    Da gusto ver cómo haces spoilers sin avisar…

    25 septiembre 2015 | 09:59

  4. Dice ser Lolailós

    -‘El bosque’ (¿de dónde sacaron el título, si en inglés es ‘The village’?): es una peli ‘psé’. Cuando la vi me recordó mucho a la de ‘El pacto de los lobos’. La pusieron como peli de miedo, intriga y tensión en un pueblo perdido en medio del bosque… y al final de eso poco. A destacar el desenlace, como ocurre en los filmes de este hombre, nada es lo que parece.

    -‘La joven del agua’: otra que decían suspense, intriga, miedo, ¡un duende en tu piscina! Les cuenta una fábula a los vecinos, ¡y todos se lo creen a pies juntillas sin dudar! Ya se sabe que es una película de fantasía, pero un poco de verosimilitud, por favor.

    -‘El incidente’: ¿pantas que se rebelan contra los hombres? ¿así sople un poco de aire y uno se tira debajo del corta-césped? ¿en serio? ¿qué planta se fumó este tío para idear algo así?

    -‘The last airbender’: vi el trailer y dije, ¡oh, vaya, esta promete! Luego no pude ni ver la primera mitad.

    -‘After earth’: aquí Will Smith intentando enchufarnos a su hijo, que en toda la peli no cambia de gesto. Lenta y soporífera como ella sola.

    -‘La visita’ (¿de verdad hay que pagar 8€ por una peli que tardó 27 días en rodar en la casa de sus suegros?): para empezar, en el tráiler ya vi todas las escenas de supuesta tensión y miedo, por lo que en el cine me asustaron más los gritos de las adolescentes que la peli en sí. El primer rato está bien, el juego del escondite tiene su momentito de tensión… y ya. Puede sorprender el giro argumental (yo no sé por qué, ya lo vi venir). A destacar el personaje del hermano pequeño, fue el que más gracia me hizo y mejor me cayó.

    En resumen, Shyamalan es un eterno quiero y no puedo.
    Vive de sus dos buenas pelis, ‘El protegido’ (qué grande) y ‘Sexto sentido’ (no tan buena, pero Bruce Willis siempre es apuesta segura, y ese final nadie se lo esperaba),

    25 septiembre 2015 | 10:06

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