Adiós a la única señal de posible origen alienígena

A los que secundamos el I want to believe, pero no nos vale con el “haberlos, haylos”, y no encontramos argumentos biológicos sólidos para defender su existencia, al menos nos quedaba el consuelo de la señal Wow! Por desgracia, ahora, parece que ya no.

Hasta la fecha, no hemos encontrado una sola prueba creíble de la existencia de alienígenas. La fiebre ovni del siglo pasado remitió sin culminar en ninguna revelación extraordinaria, y todos los rastreos de señales de alguien ahí fuera (lo que se conoce como Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre, o SETI) han terminado hasta ahora con las manos vacías.

La estupefacción de los astrónomos ante la llamada paradoja de Fermi (según aquella idea atribuida al físico italiano: si hay tantos por ahí, ¿dónde están?) ha dado lugar a hipótesis de lo más variopinto, rayando casi en lo estrafalario; la última que leí hace unos días, de unos investigadores de Oxford y Belgrado, sugiere que los alienígenas han alcanzado tal nivel tecnológico que se han convertido en máquinas, prescindiendo de sus cuerpos biológicos. Y que como los ordenadores funcionan mejor en frío, están dormidos esperando a que el universo se expanda más y baje la temperatura para activarse de nuevo. O dicho de otro modo, que están echando la siesta hasta que pase la ola de calor. Lo cual convierte en algo muy dudoso que los veamos por la Península estos días.

Pero quedaba un indicio sin explicación, un expediente X real. En 1977, un primitivo radiotelescopio en Ohio captó una fuerte señal de radio del cielo que hasta ahora nadie había podido asignar satisfactoriamente a ningún fenómeno natural. Dado que aquel telescopio no podía moverse a izquierda y derecha (técnicamente, ascensión recta), podía captar un punto determinado del firmamento durante 72 segundos, el tiempo que la propia rotación terrestre hacía pasar ese punto por delante de la ventana de observación del telescopio. Y 72 segundos fue lo que duró la señal; al volver a escuchar posteriormente el mismo punto del cielo, sólo se encontró silencio, y jamás ha vuelto a repetirse.

La señal Wow! Imagen de Wikipedia.

La señal Wow! Imagen de Wikipedia.

El astrónomo que se encontraba aquel día dedicando parte de su tiempo libre a aquella especie de actividad extraescolar de buscar alienígenas era Jerry Ehman. Cuando Ehman descubrió la señal marcada en el papel continuo de la impresora, la rodeó con bolígrafo rojo y escribió “Wow!”. Desde entonces, se ha conocido como la señal Wow!.

La señal Wow! ha permanecido inexplicada durante casi 40 años. Hasta que a finales de 2015, un astrónomo del St. Petersburg College de EEUU llamado Antonio Paris publicó un estudio proponiendo que la presunta transmisión alienígena era en realidad el ruido producido por el paso de dos cometas llamados 266P/Christensen y P/2008 Y2 (Gibbs).

Estos cometas no se descubrieron hasta 2006, y por tanto no eran conocidos en 1977, cuando se captó la señal. Pero el cálculo de sus órbitas reveló que sus posiciones en el cielo el día de la señal Wow! eran compatibles con el lugar del que procedía la emisión. Además, la frecuencia de radio de la señal, 1.420 megahercios, coincide también con la del hidrógeno, y precisamente los cometas están rodeados por una gran nube de hidrógeno.

Paris es un tipo heterodoxo. Además de su trabajo como astrónomo y profesor, dedica parte de su tiempo a la investigación científica del fenómeno ovni. En enero de 2016 cubrí su estudio para otro medio. Cuando contacté con otros expertos para que valoraran su hipótesis, me expusieron algunas pegas; sobre todo, que la señal Wow! parecía demasiado potente para proceder de un cometa, y que estos objetos se mueven despacio en el cielo, y que por tanto la emisión debería haberse detectado otra vez cuando el telescopio de Ohio volvió a observar la misma región. Pero cuando le pregunté a Paris qué le parecían estas objeciones, se limitó a responderme con una frase de Spock en Star Trek: “soy un científico, no tengo emociones”.

La historia ha tenido ahora su continuación. Uno de los dos cometas, el 266P/Christensen, debía pasar a comienzos de este año por la misma región del cielo donde se detectó la señal Wow!. Por tanto, era una ocasión magnífica para estudiar la emisión del cometa y comprobar hasta qué punto se parecía a la señal de 1977. Para complementar sus observaciones, Paris ha estudiado también otros cometas.

Las conclusiones, publicadas hace un par de semanas, parecen confirmar la hipótesis: “Los resultados de esta investigación, por tanto, concluyen que los espectros de los cometas son detectables a 1.420 MHz y, más importante, que la señal Wow! de 1977 fue un fenómeno natural de un cuerpo del Sistema Solar”, escribe Paris.

¿Asunto zanjado? ¿Adiós a los aliens? Las objeciones originales sobre la fuerza de la señal y su rapidez aún persisten; aunque respecto a lo primero, Paris ya me advirtió el año pasado de que sería difícil cuadrar la potencia actual de la señal, dado que los cometas habrán perdido gran parte de su masa desde 1977. Pero por lo demás, algunos expertos han planteado otras nuevas pegas que resultan más bien ridículas, como que Paris ha financiado su investigación por crowdfunding, o que la revista donde ha publicado el estudio, Journal of the Washington Academy of Sciences, no es un foro donde los astrónomos suelen enviar sus trabajos.

Mientras, Ehman, que aún vive pero ya retirado, mantiene la actitud gallega que ha mantenido siempre: puede ser, o puede no ser, no se ha probado una cosa, ni la contraria. En el fondo, Ehman parece seguir albergando la esperanza de que aquel día su boli rojo subrayara el primer y hasta hoy único mensaje recibido de otro mundo. Pero por desgracia, y mientras nadie refute los resultados de Paris, hoy tenemos aún menos razones para confiar en que las pruebas que no han llegado hasta ahora acaben llegando. Bueno, tal vez aún nos queden los radiodestellos rápidos (FRB).

7 comentarios

  1. Dice ser Ignotis parentibus

    origen alienígena También crees en esas chorradas?

    16 junio 2017 | 22:18

  2. Dice ser el wow es una wowería

    No puede haber una señal de un aespecie superior que lance un wow! a las estrellas y se quede calladita.
    Seamos serios. El planeta que emite ese wow tiene a mucha intelligent people que no se quedarían atrás en la wowería. No es nada serio pensar que unos habitantes de otro planeta, con inteligencia capaz de comunicarse, lancen un wow y se queden en silencio esperando qeu otros escuchen el wow y punto.
    Ni caso. Eso no es de origen inteligente.

    17 junio 2017 | 00:58

  3. Dice ser Sociólogo Astral

    No hay ninguna inteligencia ahi afuera.

    17 junio 2017 | 10:03

  4. Dice ser inteligencia caótica la nuestra

    Si no la hay casi aquí en este planeta de bípedos arrasivos y embrutecidos, censores contra su propia naturaleza y ensoñadores de disparates anacrónicos siempre, viviendo más iluminándose con luces del pasado que nunca fueron pero que crean como luciérnagas al sol de lo poco que avanza en el presente alguna gente, seguramente las posibilidades de encontrar inteligencia ahí fuera se multiplican exponencialmente. A poco que haya un bichito listo, ya nos habrán ganado en evolución.

    17 junio 2017 | 10:47

  5. Dice ser Juan

    Hay serios problemas a esa interpretación. El radio telescopio Big Ear estaba compuesto de 2 lóbulos que escaneaban la misma porción del cielo con una separación de unos 150 segundos. Cada uno escaneaba una porción del cielo durante 72 segundos (era inmóvil, escaneaba el cielo debido a la propia rotación de la Tierra). Debido al ancho que «veían», una señal externa continua se vería durante 72 segundos en un lóbulo, y 150 segundos después, durante 72 segundos en el segundo lóbulo.
    La señal WOW se vio durante 72 segundos en un solo lóbulo. Esto implica que:
    a) la señal apareció después de que el 1er lóbulo barriera esa porción del cielo (la detectó el 2º lóbulo)
    b) la señal desapareció después de que el 1er lóbulo barriera esa porción del cielo (la detectó el 1er lóbulo).
    No se puede saber en cuál de los dos casos estamos, ya que por aquel entonces por el método utilizado no había forma de sabe cuál de los 2 lóbulos había detectado la señal.
    En cualquier caso, tanto el caso a) como el b) tienen difícil encaje con la señal de un cometa. Porque en 150 segundos un cometa no se mueve respecto al fondo de forma apreciable (de ser así, la señal tampoco habría durado los 72 segundos teóricos que sí duró en el lóbulo que la detectó).
    Y que un cometa encienda o apague su emisión tan de repente tampoco tiene posible explicación.
    Los propios técnicos del radio telescopio han mostrado precisamente estas mismas dudas. Que la señal apareciera sólo una vez no tiene por ahora explicación, y la teoría del cometa no la explica tampoco.
    Sí, han demostrado que un cometa puede emitir en esa frecuencia. Vale, pero no explica la forma en la que esa señal fue vista.
    Los responsables del radio telescopio también afirman que la intensidad de la señal de los cometas no es ni por asomo parecida en intensidad a la detectada.
    Así que el misterio… continúa.

    17 junio 2017 | 11:02

  6. Dice ser la especie superior

    El 7% de estadounidenses cree que la leche con chocolate viene de vacas marrones.

    A saber qué pensarán del colacao o los yogures el resto.

    17 junio 2017 | 11:04

  7. Dice ser Desmitificador

    Desde que todos tenemos moviles con camara que graban incluso videos en hd……ya no se ven ovnis eeh??

    –Si fué en 1977…no sería una transmision de la flota imperial hacia la estrella de la muerte? …. no no pensadlo.

    17 junio 2017 | 12:31

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