La Viagra aumenta el riesgo de melanoma y no aumenta el riesgo de melanoma

¿Le gustaría publicar un estudio científico? ¿Sueña con adornar su nombre con una credencial académica que exhibir en reuniones sociales ante amigos y familiares? ¡No hay problema! Usted puede hacer su propio estudio epidemiológico. Tome nota: reúna a un puñado largo de personas. Si no tiene suficientes amigos en Facebook, puede anunciar una convocatoria por internet, ofreciendo, si acaso, una pequeña compensación económica a los participantes.

A continuación, hágalos rellenar un cuestionario completo sobre sus datos demográficos, costumbres, hábitos de vida, alimentación, enfermedades, etcétera. Todo lo que se le ocurra; ningún dato sobra. Después, búsquese un programa de análisis estadístico, introduzca todos los datos y espere a que el ordenador comience a escupir correlaciones. ¡Y ya tiene su resultado! Conducir con el codo en la ventanilla acelera el crecimiento de las uñas, tomar el metro en Argüelles causa ojo vago, o comer nachos con queso eleva el riesgo de sufrir de pies planos. Lo único que debe comprobar es que el valor p sea menor de 0,05, idealmente menor de 0,01. ¿Cómo? ¿Que no sabe qué es el valor p? ¡No se preocupe! ¿Y quién demonios lo sabe?

En ocasiones anteriores he comentado aquí con la debida seriedad el serio problema de muchos estudios epidemiológicos que se están publicando a diario en la literatura científica, y que tratan de presentar casualidades como causalidades amparándose en una muletilla que casi invita a santiguarse: que los resultados son “estadísticamente significativos” (eso es lo que significa la p). Y aunque generalmente los estudios científicos deben limitar el alcance de sus afirmaciones con el fin de respetar las formas, para convertir las conclusiones en titulares jugosos ya están las notas de prensa de las instituciones a las que pertenecen los autores, o incluso de las propias revistas.

Viagra. Imagen de SElefant / Wikipedia.

Viagra. Imagen de SElefant / Wikipedia.

Pero en este caso no cabe otro tono que el de la parodia, si se trata de contar lo que esta semana ha hecho una de las revistas médicas más reputadas del mundo, The Journal of the American Medical Association, alias JAMA. Empecemos por los antecedentes. En junio de 2014, un equipo de la Universidad de Harvard publicó un estudio que concluía: «El uso de sildenafilo [Viagra] puede estar asociado con un aumento en el riesgo de desarrollar melanoma». Este sí es un buen titular; tanto que resonó en medios de todo el mundo.

Los autores de aquel estudio reunieron una muestra de 25.848 hombres, perteneciente a una población más amplia de profesionales de la salud que durante varias décadas han completado cuestionarios como los que mencionaba al principio. De todos estos, 24.470 no tomaron Viagra recientemente, y 1.378 sí. De la muestra general, 142 desarrollaron melanoma. De estos, 128 no habían tomado el fármaco, y 14 sí. Es decir, que de los 25.848, en 14 coincidían las circunstancias de melanoma y Viagra. Tal vez la cifra parezca ridícula. Y de hecho, lo es. Pero cuando la trituradora de datos compara 14 con 1.378, 128 con 24.470, y hace los ajustes necesarios, el resultado es que el consumo de Viagra aumenta en un 84% el riesgo de padecer melanoma. Los investigadores concluían: «Los hombres que utilizaron sildenafilo para la disfunción eréctil tenían un riesgo elevado de melanoma estadísticamente significativo» (amén). La cursiva es mía.

Hay que reconocerles a los autores que hicieron el esfuerzo de fundamentar la correlación en un mecanismo bioquímico. La Viagra inhibe una enzima de las células llamada fosfodiesterasa 5A (PDE5A), y previamente se había demostrado que esta inhibición aumenta la agresividad de ciertas células de melanoma con determinadas mutaciones malignas. Aun así, una cosa es potenciar la capacidad invasiva de las células malignas, y otra muy diferente convertir células sanas en malignas. El hecho de que la Viagra pueda empeorar el comportamiento de un melanoma es muy diferente de la posibilidad de que lo cause.

Con todo esto, llega ahora un nuevo estudio que ha tratado de confirmar o desmentir la relación entre Viagra y melanoma. Los investigadores, de la Universidad de Nueva York, la de Umeå (Suecia) y otras instituciones, han triturado varias bases de datos médicos y demográficos de más de 20.000 residentes suecos, extrayendo 4.065 casos de melanoma diagnosticados entre 2006 y 2012. De este último grupo, un total de 435 (un 11%) habían recibido recetas de inhibidores de PDE5, ya fuera sildenafilo (Viagra), vardenafilo (Levitra) o tadalafilo (Cialis), frente a 1.713 con historial de prescripción de estos medicamentos entre los 20.325 no enfermos (un 8%).

Es decir, que hay un porcentaje ligeramente mayor de presunto consumo de estos fármacos (presunto porque únicamente se consideraron las prescripciones) entre los enfermos de melanoma que entre los sanos. El análisis estadístico arroja un aumento de riesgo del 21%. La conclusión de los investigadores comienza así: «En una cohorte sueca de hombres, el uso de inhibidores de PDE5 se asocia con un aumento del riesgo de melanoma maligno, modesto pero estadísticamente significativo» (amén). Y la cursiva también es mía.

A primera vista ya se comprende que el aumento es, en efecto, más que modesto, sobre todo teniendo en cuenta que solo el margen de error ya estaría en torno a un 1%. Pero lo que definitivamente anula por completo cualquier validez de la conclusión es que según los datos, y agárrense, el mayor aumento de riesgo lo sufren quienes tomaron el fármaco solo una vez, un 32%, frente a quienes lo consumieron entre dos y cinco veces (14%) o en más de seis ocasiones (17%). Poca Viagra, riesgo. Más Viagra, menor riesgo. Así que ya saben: si lo prueban, mejor atibórrense (es broma).

En biología experimental, la observación de un efecto que aparece con un estímulo y disminuye al aumentar la dosis se tiraría directamente a la basura para regresar a la pizarra; o algo se está haciendo tremendamente mal, o se trata simplemente de un curioso artefacto del experimento. Un resultado negativo también puede ser publicable, aunque luzca menos; pero el estudio de JAMA no es ni positivo ni negativo. Ninguna revista publicaría jamás semejantes resultados; salvo, claro está, las que aceptaron el estudio inventado por el periodista John Bohannon del que hablé aquí recientemente. Precisamente los datos fabricados por Bohannon como ejemplo de pésima ciencia mostraban también un efecto prácticamente inverso a la dosis.

Y ¿qué dicen los investigadores de esto? No se puede negar su honestidad: «El patrón de asociación (la falta de asociación con múltiples prescripciones) suscita preguntas sobre si esta asociación es casual». Pero resulta asombroso lo que añaden en otro párrafo del estudio: «Los hombres que toman inhibidores de PDE5 tienen un mayor nivel educativo e ingresos anuales, factores que también se asocian significativamente con el riesgo de melanoma».

Para dejar más claro de qué demonios están hablando, el codirector del estudio, Pär Stattin, explica en una nota de prensa difundida por la Universidad de Umeå: «Nuestros resultados hablan en contra de que los fármacos para la impotencia aumenten el riesgo de melanoma. Los datos más bien sugieren que los hombres que usan Viagra, Cialis y Levitra tienden a tomar más el sol, son más conscientes de su salud y buscan atención médica más a menudo para los lunares de la piel; lo que lleva a un mayor riesgo de diagnóstico de melanoma».

Esperen, que ahí no acaba la cosa. Por si fuera poco, la codirectora del estudio Stacy Loeb, de la Universidad de Nueva York, insiste en otra nota de prensa de su institución: «Lo que muestran los resultados de nuestro estudio es que los grupos de hombres con más probabilidad de desarrollar melanoma maligno son aquellos con mayor educación y más ingresos disponibles, hombres que probablemente pueden costearse más vacaciones al sol y que también tienen los medios para comprar medicamentos contra la disfuncion eréctil, que son muy caros».

¿Cómo?

¿Son los mismos investigadores quienes publican un estudio en el que defienden un aumento del riesgo de melanoma asociado a la Viagra, y que luego de viva voz niegan su propia conclusión para decir en cambio que la causa no es el fármaco, sino que quienes lo consumen son ricos y por tanto toman más el sol? Y por otra parte, ¿dónde están los datos que lo demuestran? Si llegaron a esta conclusión, ¿por qué no tiraron el estudio a la basura y comenzaron de nuevo estudiando el efecto del sol? Ah, claro, que la implicación de la luz solar en los melanomas ya está sobradamente demostrada.

Al menos, ambas notas de prensa, la de Umeå y la de Nueva York, titulan sin engaños que los fármacos contra la impotencia NO aumentan el riesgo de melanoma; sin engaños, aunque con una afirmación contraria a la conclusión escrita en el estudio. Pero aún más descacharrante es la intervención en esta historia de la prestigiosa revista que no solo acepta un estudio que debería haber ido a la basura, sino que además se permite rematarlo con su propia nota de prensa titulada: «Un fármaco utilizado en la medicación contra la disfunción eréctil se asocia con un pequeño aumento del riesgo de melanoma maligno».

¿Es o no es para morirse de risa (si no fuera, claro, por el hecho de que el melanoma es una terrible enfermedad mortal)?

5 comentarios

  1. Dice ser Antonio Larrosa

    De lo que yo que soy muy observador me he dado cuenta es de que todos los medicamentos matan una barbaridad ya que todo el que se muere lo hace despues de tomar alguno normalmente atiborrado . La prueba definitiva es que el 99,99 por ciento de personas fallecen en los hospitales y alli les meten de todo lo que tienen a mano , escapando muy pocos pero que finalmente son atrapados y ya no se salva ni uno. Lo mejor es llevar una alimentación variada, hacer ejercicio no beber en exceso, no fumar ni drogarse y procurar que los médicos con sus potingues queden lejos .

    Clica sobre mi nombre

    27 junio 2015 | 11:19

  2. Dice ser YO

    Que 20 minutos incluya un titular así (sin la interrogación de inicio) es UNA VERGÜENZA.

    27 junio 2015 | 11:59

  3. Dice ser Derp

    Esperemos que no tarden mucho en descubrir una viagra para la inteligencia, Sr. Larrosa

    27 junio 2015 | 20:34

  4. Dice ser Cementerio

    ¿»La Viagra aumenta el riesgo de melanoma «?

    No, «La Viagra aumenta el riesgo de me la chupas».

    28 junio 2015 | 16:06

  5. Dice ser Running Man

    Pues estos estudios se pueden tomar a risa, pero lo que está pasando últimamente con las publicaciones científicas no es ninguna broma. Si pierden el rigor (y en muchos casos adivinamos poderosos intereses industriales detrás) nuestra salud y nuestro progreso como especie están en peligro real. Si el dinero pudre la investigación científica estamos en un riesgo desconocido.

    28 junio 2015 | 19:47

Los comentarios están cerrados.