Las paradojas temporales y ‘El Ministerio del Tiempo’

Decíamos ayer que la nueva y estupenda serie de Televisión Española El Ministerio del Tiempo utiliza un concepto del tiempo que guarda ciertas semejanzas con una teoría filosófica llamada Universo de Bloque Creciente (UBC), según la cual el espacio-tiempo está formado por el pasado y el presente, mientras que el futuro no existe. Los entusiastas de esta visión comparan el universo a un bloque estático con un borde productivo, el del presente, que va añadiendo finas rodajas de realidad a lo ya existente. Por ilustrarlo con un ejemplo sencillo, podemos pensar también en el tallo de una planta, que no crece a partir de toda su longitud sino solo desde la punta o meristema, donde están las células que se dividen activamente.

Con el UBC se da una curiosa paradoja: aunque esta visión del tiempo es la que resulta más intuitiva y fácil de comprender para nosotros, tiene serias objeciones, por lo que se considera una teoría minoritaria frente a otras como el eternalismo –existen el pasado, el presente y el futuro– o el presentismo –solo el presente existe– (nota: ahí sale un desvío en forma de pregunta: ¿por qué nuestra mente nos obliga a creer en una idea del tiempo que la misma mente encuentra injustificable?).

Algunos de los protagonistas de 'El Ministerio del Tiempo'. Imagen de rtve.es

Algunos de los protagonistas de ‘El Ministerio del Tiempo’. Imagen de rtve.es

Las objeciones al UBC son sobre todo dos. Ya expliqué ayer que es imposible para nosotros tener la seguridad de que ahora es ahora, y citaba el ejemplo de Sócrates utilizado por los metafísicos (ya se sabe, a los filósofos les gusta tirar de referencias griegas): Sócrates piensa que él está discutiendo ahora, pero nosotros sabemos que no es así; él es el pasado, y el presente somos nosotros. Pero entonces, ¿quién nos asegura que no estamos tan equivocados como Sócrates, y que no somos en realidad el pasado de otros? Los partidarios de la teoría argumentan que el pasado se distingue del presente porque en aquel no hay cambios, ni consciencia, ni flujo temporal. En fin, un lugar un poco aburrido donde nada cambia.

La segunda objeción al modelo viene de la física relativista formulada por Einstein. El físico alemán descubrió que las cosas ocurren de diferente manera según la posición y la velocidad de cada observador. Un reloj corre a distinto ritmo según la velocidad a la que se mueva. En una situación extrema, si viajáramos en una nave próxima a la velocidad de la luz o nos sumiéramos en agujero negro, lo que para nosotros transcurriría en unos segundos sería una eternidad para quien nos observara desde fuera. Y dado que la ocurrencia simultánea de dos cosas es imposible, el concepto de presente no tiene sentido, lo que derriba el principio fundador del UBC.

Los metafísicos estudian la teoría del tiempo para tratar de entender cómo funciona la ¿realidad? más allá de las restricciones que nos imponen nuestros sentidos corporales y nuestra mente limitada. Y aunque físicamente sea muy improbable que lleguemos a construir una máquina del tiempo, la ventaja de la metafísica es que no hay que construirla: ya existe si podemos imaginarla. Los viajes temporales son un desafío para las teorías del tiempo (¿o al revés?) y una manera de desarrollar y contrastar su lógica. Aparte de ser un recurso fantástico para producir grandes historias de ficción. Y otras horrorosas, todo hay que decirlo.

Toda ficción sobre viajes en el tiempo suele encontrarse tarde o temprano con el problema de las paradojas temporales. El ejemplo más clásico es el del viajero al pasado que mata a su propio abuelo, impidiendo su propia posibilidad de nacer. En Regreso al Futuro, Marty McFly debía actuar de alcahuete para lograr que sus padres se emparejaran y así asegurarse de que él nacería. En El Ministerio del Tiempo, los agentes viajan al pasado para lograr que la historia se desarrolle de acuerdo a lo que dicen los libros.

Marty McFly y Emmett Doc Brown en 'Regreso al futuro'. Imagen de Universal Pictures.

Marty McFly y Emmett Doc Brown en ‘Regreso al futuro’. Imagen de Universal Pictures.

De este modo, cuando se trata de que el pasado se cumpla como debe, parece que todo cuadra y que se mantiene la consistencia de los hechos. Pero aunque Marty consiga solventar su visita a 1955 dejándolo todo atado y bien atado entre sus padres, y aun asumiendo que su viaje al pasado crea un 1985 alternativo, distinto al que hemos visto en la primera parte de la película (lo que se explicaría por el concepto de hipertiempo que menciono más abajo), como lo demuestra la diferente situación de su familia; es decir, un 1985.1 en el que el reloj de la torre está averiado por el rayo, y un 1985.2 en el que el reloj funciona porque Doc desvió el rayo hacia el DeLorean…

Incluso con esto, ¿cómo es posible que sus padres en 1985.2 no notaran que habían criado a un hijo idéntico a aquel Levis Strauss que les unió en 1955, y del que su madre llegó a enamorarse? Y si el Doc de 1985.2 recordaba su encuentro con Marty en 1955, como lo demuestra el hecho de que llevara un chaleco antibalas (que el Doc de 1985.1 no llevaría), ¿cómo es que el Doc de 1985.2 no trató de evitar o al menos reconducir todo aquel embrollo, incluso absteniéndose de fabricar una máquina del tiempo (o más bien de copiar la que él mismo fabricaría después)? Y dado que en 1955 el DeLorean había funcionado con una descarga eléctrica, ¿no habría sido lógico que el Doc de 1985.2 utilizara esta fuente de energía en lugar de robar plutonio a unos terroristas libios, lo que habría evitado el ataque? Por mucho que traten de evitarse, siempre hay paradojas.

¿Siempre? En 1952, el maravilloso Ray Bradbury escribió un cuento titulado El ruido de un trueno (A sound of thunder), en el que una compañía de safaris temporales organiza cacerías de dinosaurios para sus clientes acaudalados. El sistema de Time Safari está diseñado para que los viajeros no introduzcan ninguna modificación en la época de destino salvo por las piezas abatidas, que de todos modos habrían muerto de inmediato por otras causas. Sin embargo, uno de los cazadores inadvertidamente pisa una mariposa. Cuando los viajeros regresan, encuentran un mundo diferente al que habían abandonado; la leve alteración provocada en el pasado por el cazador ha detonado una cascada de acontecimientos que ha cambiado el rumbo de la historia. El genio de Bradbury ideó este relato antes de que Edward Lorenz formulara su llamado, precisamente, Efecto Mariposa en la teoría del caos.

De hecho, en todas las fantasías temporales se asume que la modificación del pasado reescribe el futuro, como sucede en El ruido de un trueno, y a menudo este es precisamente el nudo argumental. Es por esto que Skynet envía a Terminator al pasado, que el Ministerio del Tiempo desplaza a sus agentes y que Marty se afana en unir a sus padres. Lo que Marty no imaginaba es que, según la teoría del UBC, no tenía de qué preocuparse; podría haberse ahorrado el trabajo. No hay paradoja posible: al viajar a 1955, él ya existía allí, y seguiría existiendo aunque matara a su abuelo, a sus padres o a toda la población de Hill Valley.

Esto es lo que se deriva del funcionamiento de los viajes temporales en la teoría UBC según el filósofo estadounidense Peter van Inwagen, de la Universidad de Notre Dame. En su artículo Changing the past, publicado en la colección Oxford Studies in Metaphysics, Van Inwagen concluye que no hay paradojas temporales si el universo es un bloque de tiempo creciente. Según este autor, cuando Tim, viajero en el tiempo, se introduce en su máquina en 2020 y aparece en 1920, lo que sucede es que toda la parte del bloque temporal entre 1920 y 2020 desaparece. Tim se lleva el presente con él; 1920 es el nuevo presente, el borde activo del bloque creciente. Lo ocurrido entre 1920 y 2020 queda borrado, porque el futuro no existe en la teoría UBC. Por lo tanto, no importa que Tim mate a su abuelo: él es un ser que apareció de la nada en 1920, y continuará viviendo. No hay paradoja posible.

Adaptación cinematográfica del relato de Ray Bradbury 'El ruido de un trueno'. Imagen de Warner Bros.

Adaptación cinematográfica del relato de Ray Bradbury ‘El ruido de un trueno’. Imagen de Warner Bros.

Obviamente, y dado que el futuro no existe, Tim no puede regresar a 2020. La posibilidad que plantea Van Inwagen es que su máquina del tiempo sea capaz de ralentizar el tiempo en su interior –como ocurriría si se moviera a velocidad relativística– para que esos 100 años entre 1920 y 2020 transcurran para Tim solo en un instante. Así tendríamos a Tim de vuelta en 2020, pero sería un 2020 diferente, ya que esta segunda vez muchas cosas habrían ocurrido de manera distinta, quizá incluso de manera radicalmente distinta, si recordamos las mariposas de Bradbury y Lorenz (conclusión: olvídense de viajar al pasado y comprar el Gordo; la segunda vez saldrá otro número).

Así, según Van Inwagen, las cosas se ven de forma diferente desde el tiempo y desde el hipertiempo, siendo este último el que vería una inteligencia observadora externa al tiempo. Supongamos que en 2020 Tim tiene 25 años, que con esta edad viaja hasta 1950, y a partir de entonces vive felizmente. Pasa el tiempo, y es de nuevo 2020. ¿Cuántos años tendrá Tim entonces? La respuesta es que Tim tiene 70 años, el tiempo transcurrido desde que apareció en el mundo en 1950, pero su hiperedad es de 95 hiperaños (70+25), lo que corresponde también a su edad fisiológica. El año del que hablamos, 2020, es en realidad el hiperaño 2090. Y el pasado es en realidad el hiperfuturo.

Como suele suceder en filosofía, faltan cabos por atar. ¿Qué ocurre si dos viajeros pulsan el botón al mismo tiempo en máquinas distintas y con destino al mismo momento? Van Inwagen considera todas las posibilidades, excepto que lleguen los dos sanos y salvos. En cambio, está claro qué sucede si ambos viajeros fijan diferentes fechas de destino: solo llegará el que ha elegido la fecha más temprana, que se lleva el presente con él.

Naturalmente, este esquema no es compatible con el planteamiento de El Ministerio del Tiempo, donde el presente se queda en el presente y continúa existiendo cuando los agentes cruzan las puertas y, de alguna manera, activan el pasado. Pero partiendo del trabajo de Van Inwagen, su colega Sara Bernstein, de la Universidad de Duke, ha elaborado un modelo que permite viajar al pasado sin aniquilar lo ocurrido después de ese momento.

En su artículo Time travel and the movable present, que se publicará este año en el volumen Being, Freedom, and Method: Themes from the Philosophy of Peter van Inwagen (Oxford University Press, 2015), Bernstein define el Presente Objetivo Móvil (MOP en inglés), que se mueve con el viajero en el tiempo. Al contrario que Van Inwagen, la autora defiende que solo se desplaza la fina rodaja del presente a un punto distinto del tiempo: «El movimiento del presente objetivo no necesita un cambio en la duración de la realidad», escribe. «El MOP en bloque creciente difiere de la visión de Van Inwagen en que las rodajas de existencia no son necesariamente aniquiladas: el presente objetivo se resitúa, pero la cantidad de existencia temporal permanece intacta».

Bernstein explica que esto es posible porque el nuevo presente objetivo, que es el borde activo, va creando nuevas rodajas de realidad que sobreescriben las ya existentes, como cuando salvamos una nueva versión de un archivo sobre la antigua. Y esto, a su vez, es posible porque las nuevas rodajas son consecutivas a las anteriores en el hipertiempo, que nunca deja de crecer. De hecho, según Bernstein, incluso la máquina del tiempo es capaz de generar nuevas rodajas si viaja hacia el futuro; algo así como ir poniendo las vías delante del tren. Y todo ello, como en el modelo de Van Inwagen, a salvo de paradojas temporales.

Claro que no todo puede ser perfecto. En principio solo puede quedar uno, un borde activo, un presente objetivo en el cual los personajes están realmente vivos, el tiempo fluye, el sol sale, los pájaros cantan y las nubes se levantan. Al contrario de lo que ocurre en El Ministerio del Tiempo, los viajes aplicados al modelo UBC no permiten fácilmente que haya dos presentes activos. Bernstein no llega a definir qué ocurre con lo que antes era el presente si este se marcha al pasado, aunque menciona la inquietante posibilidad de una «realidad oscura» y sin cambios. Pero al final, una cosa es la filosofía y otra la ficción, y nada impide disfrutar de ambas, sobre todo cuando ambas son tan fascinantes.

(Nota: he actualizado este artículo corrigiendo un error relativo al argumento de Regreso al Futuro, como me señaló un usuario en Twitter. Los años no perdonan…)

13 comentarios

  1. Dice ser ND-ALPHA5.

    En el primer capítulo de la serie El Ministerio del Tiempo se dice que únicamente se puede viajar al Pasado, no al Futuro, pero, inexplicablemente, algunos personajes del Pasado aparecen en el Presente, es decir, que esos personajes del Pasado si han podido viajar a su Futuro.

    La cuestión es, ¿por qué desde el Presente no se puede viaje al Futuro, o sea, desde el año 2.015 al año 2.050, y, sin embargo, desde el Pasado si se puede viajar al Presente, o sea, desde el año 1.808 al año 2.015?, tengamos en cuenta que para los personajes el tiempo Pasado el tiempo Presente es el Futuro.

    07 marzo 2015 | 01:52

  2. Dice ser Anty-gilipoyas

    El tiempo no existe, es un seudo-invento de la humanidad empeñada en vivir lo mÁximo posible.DEPLORABR (CADA VEZ SOY MAS ÁCRATA)-

    07 marzo 2015 | 09:01

  3. Dice ser Heidi

    Excelente artículo! Cuando empecé a ver la serie mi parte racional se resistia a la cantidad de paradojas que descubría. Pero me doy cuenta de que más que paradojas son problemas de guión. Problemas de los que se hubiera salido fácilmente con breves explicaciones y problemas que se saben existen y que mejor no explicar porque no hay forma de justificarlo como está la cosa ahora: se desactivan las puertas? a parecer no pues hay funcionarios dentro de ellas que mantienen contacto con el ministerio siempre. Pero que pasa con una puerta que existe en un sitio y ese sitio va evolucionando? lo derriban, o alguien descubre la puerta dentro del armario? vamos, ahi se rompe tó. Pero bueno, yo ya me hago la loca. Dejo a mi ser racional detras y digo: venga a disfrutar, que no toda la ciencia ficción es completamente ciencia.

    En respuesta a ND-ALPHA5: No se «puede» viajar al futuro porque el tiempo «es el que es». 2015 es la punta del tiempo. Vivimos en el limite. Es lo más lejos que hemos llegado. Segun la teoria de tiempo manejada en el MdT no hay más tiempo delante del HOY. Los del pasado si tienen más tiempo por delante, muuuchos siglos hasta llegar a 2015. De ahí que sea posible para ellos viajar al futuro. PERO VIENE LA PARADOJA y de ahi que tu pregunta se valida en este punto: Un funcionario del ministerio en 2011 asume que no se puede viajar al futuro. Asume que su presente es EL presente. Sin embargo llega alguien de 2015 y le dice que ahora es pasado. ¿Como sabe el ministerio que en ese momento es EL ministerio del presente absoluto? Posiblemente lleven control de eso pero de momento no se ha presentado el problema en la serie.

    07 marzo 2015 | 09:49

  4. Dice ser Cecilio

    Muy bien Javier. Estoy convencido que escribiendo este interesantísimo artículo te lo has pasado estupendamente.
    Lo pensaste para que salera en un futuro (al día siguiente) en un presente que se escapaba cada segundo y habiendo comenzado en el pasado (una o dos horas antes) en realidad lo convertiste en un multi-temporal, uniendo el pasado, el presente y el futuro en lo que en realidad somos: ¡El instante en que vivimos el momento!
    Te deseo (pasado) que disfrutes (presente) un buen fin de semana (futuro)
    Y no es una paradoja… es nuestra inalterable realidad.
    Un abrazo

    07 marzo 2015 | 10:04

  5. Dice ser Maya

    En efecto la gran paradoja del tiempo es que nosotros no podemos viajar a nuestro futuro si nuestro futuro no nos lleva a él, pero sí a nuestro pasado. Me explico:
    – Yo podría viajar a lo que hacía el 31 de diciembre de 2012 porque lo he vivido y ha existido pero no a lo que haré el 31 de diciembre de 2015. Sin embargo, mi yo futuro sí podría venir al ahora (su pasado). De hecho, muchas veces me he preguntado por ese mismo principio cuando conoces a personas que cambian tu vida radicalmente, como si vinieran del futuro para evitarte errores. Otros los llaman ángeles y lo normal es llamarlo suerte o casualidades, pero ahí queda la duda.
    Evidentemente nos sorprendemos de las grandes obras del pasado como los pueblos egipcios. Unos hablan de extraterrestres, pero otros pueden hablar de viajes en el tiempo. Hay que tener en cuenta que nuestra realidad puede haber sida alterada por un viaje en el tiempo y que nuestro pasado no sea más que uno de los infinitos pasados que puedan haber según qué variables haya alterado cada viajero.

    07 marzo 2015 | 11:23

  6. Lo curioso es que en el Fin de la Eternidad de Asimov es justo al revés, puedes viajar a cualquier punto de la línea temporal siempre que no sea antes de la invención de la máquina del tiempo.
    Y las paradojas temporales no son problema pero los viajeros quedaban como ‘huérfanos del tiempo’ ya que sus antepasados ni siquiera llegaron a existir pero ellos sí.

    07 marzo 2015 | 13:36

  7. Dice ser ND-ALPHA5

    Para Heidi. Gracias por tu respuesta, me ha ayudado a comprender mejor la serie el Ministerio del Tiempo.

    08 marzo 2015 | 10:16

  8. Dice ser NOSEDONDEESTOY

    Si no es posible arreglar un simple ordenador y no hay cacharro ni dispositivo electrónico que dure cuatro telediarios, cómo es posible conseguir que funcione una máquina del tiempo aunque fuera construible (y menos en nuestro país). Pero sí es verdad que a veces vemos algo que nos recuerdo a nuestro pasado. De hecho la serie me recuerda a otras películas, je,je

    08 marzo 2015 | 14:51

  9. Dice ser Rompecercas

    A mi me parece que no se puede viajar en el tiempo…jeje Cada instante reconfigura el pasado y el futuro, por que en realidad el pasado no es algo acabado, si no que se actualiza también. Este instante tiene pasado, pero este instante no será un pasado…¿me explico?

    10 marzo 2015 | 03:16

  10. Dice ser Pau

    La serie me encanta, pero es cierto pero a los que somos avezados viajeros del tiempo hay alguna cosa que nos escama y es genial encontrar alguien con quien compartir estas teorías. Se convierte en parte de la experiencia de la serie, un punto más para ella.

    Para mi hay algo que parece evidente, la que define la línea temporal presente es la propia máquina del tiempo. El subsecretario sabe que 2015 es el tiempo presente porque él está en la máquina y la máquina está en 2015, no se puede viajar a 2100 porque la máquina no está en 2101, la máquina está en 2015 al igual que cuando se creó el ministerio en 1492 la máquina estaba en 1492 (pero no antes) y el presente también. Esto da lugar a una serie de paradojas interesantes como qué sucede con el judío en el 1492 de la puerta de la máquina en 2015 cuando él piensa que está en el presente. Por ejemplo, hay que suponer que existe una puerta por la que pasan los reyes católicos en 1492 en el hipertiempo 1492 y en la que se crea el ministerio. Esa puerta que da a 1492 y por la que los reyes católicos entrarán es la misma en el hipertiempo 2015 solo que al entrar no tendrán que construir el ministerio porque ya estará construido… Es más interesante pensar que sucederá en el hipertiempo 1493 donde podrían encontrarse con ellos mismos dirigiendo el ministerio. hum. Algo falla entonces, ¿no?

    11 marzo 2015 | 19:45

  11. Dice ser Pau

    Releyendo mi comentario, quería dar fe de una errata. Donde dije: » la máquina estaba en 1492 (pero no antes)» quería decir: » la máquina estaba en 1492 (pero no después)» Antes debo suponer que sí estaba.

    11 marzo 2015 | 19:47

  12. Dice ser Time Traveller SA

    Supuestamente, el futuro es el presente que va avanzando cada segundo, los personajes que dices vienen del pasado en la serie, aparecen en un futuro que ya está siendo creado, por eso pueden verlo, pero no es su futuro pues ellos ya estarian desaparecidos hace mucho. Otra cosa seria que esta persona fuese por ejemplo de 1970, en ese caso se veria a sí mismo en el 2015 y viceversa. Es una teoria bonita y entretenida, si fuese cierto no te digo el caos que se montaria, la gente suele decir «me gustaria retroceder 20 años» pues imagina lo que pasaria. Por otro lado, se dice que, sólo podrias viajar al pasado hasta el punto en el que fué creada la máquina, como el sistema de restauración de Windows, no antes.
    Pfff a saber……

    13 marzo 2015 | 10:13

  13. Dice ser Nacho

    La serie tiene unos cuantos fallos de guión para mi gusto.
    Uno de los ejemplos más flagrantes es que el ministerio del tiempo se ha creado para impedir que la historia sea cambiada por gente que viaja el tiempo con este fin, y velar porque nada afecte nuestra corriente temporal original y que la historia se conseve tal y como la conocemos… y digo yo, si esto es así, ¿Cómo es que el ministerio del tiempo recluta gente de otras épocas para engrosar sus filas y las lleva a nuestro presente pero luego permite a sus reclutados volver a su época de cuando en cuando?. Recordemos que el personaje de la escritora y el soldado español han visto el futuro y luego vuelven a su tiempo con información de nuestra época y haciendo que ésto pueda alterar la historia. No veo mal que se reclute gente de otras épocas e incluso estas personas «rescatadas» viajen por el tiempo en «misiones» pero de ahí a que estos «reclutados» luego puedan volver alegremente a su época y se mezclen con sus cohetáneos… (un ejemplo es en el episodio 3 donde vemos a la escritora con su familia posando para un cuadro). Además ¿qué criterios se usan para reclutar a los integrantes del ministerio del tiempo?. ¿Son gente cuya muerte es inminente y por tanto al no dejar hijos, ni tener un pasado trascendente tras su alistamiento en el ministerio del tiempo no se modificará la historia y pueden ser alistados?. El caballero español si vemos que lo rescatan de una ejecución, pero no así el personaje de la escritora que por ahora sigue viviendo su vida
    (si bien en el capítulo 3 pasa algo que nos da que pensar).
    Otro fallo que yo vi fue en el episodio 1 «el tiempo es el que es» donde Julián (el bombero) habla con un trabajador del ministerio y éste le cuenta que va a una época concreta para ver un partido (creo que de futbol) que le gusta mucho y que ha ido como 40 veces a verlo. En la serie se ve que te puedes encontrar contigo mismo si viajas al pasado entonces, este señor que viaja tanto al partido ¿no se encuentra consigo mismo nunca?. ¿No incurre eso no solo en que se pueda producir alguna paradoja al toparse con él mismo sino que al encontrarse consigo mismo cambie sin querer la historia?. Incluso en el partido alguien puede notar que hay un mismo hombre «repetido» y que ocurra algo no deseado. Y no es que este señor viaje este señor una vez, sino que lo hace muchas veces. Evidentemente con lo de que lo ha visto «40 veces» está exagerando pero nada más que conque viaje en 5 ocasiones al mismo sitio y época hay muchísimas posibilidades de que se encuentre consigo mismo alguna de las veces y que eso o cause una grave paradoja o que haya un alto riesgo de cambiar la historia.
    Y luego tenemos que el ministerio del tiempo se crea como dije para evitar que la historia sea alterada y luego vemos al señor Entrerríos (el caballero medieval) folgando con una mujer en uno de sus viajes y dejándola posiblemente bien preñada. Y si no la deja encinta ¿quién vigila que los que viajan no tengan la tentación de cambiar la historia para su beneficio?. (SPOILER capítulo 2).Ya hemos visto como Entrerríos con la ayuda de sus amigos cambia la historia para salvar a su hijo. ¿Cómo es que desde arriba en los directivos nadie se percata de este cambio?. (FIN SPOILER capítulo 2).

    Por cierto «el ministerio del tiempo» ha de cuidar más las interpretaciones. Por ejemplo, en el episodio 1 el tal Rodolfo Sancho es bastante sosete (se salvan las escenas donde él viaja al pasado para ver a su novia). También debería cuidar los guiones ya que tiene unas cuantas incongruencias. Y que las historias tengan algo más de acción, que en el capítulo 1 no hay, en el capítulo 2 la única que había era ficticia, y en el tres mucho movimiento de soldados pero poco más.

    16 marzo 2015 | 11:56

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