¿Y por qué las mujeres fingen orgasmos?

Sally (la dulce Meg Ryan) escenificaba un orgasmo ante toda la concurrencia del famoso Katz’s Delicatessen de Nueva York para demostrarle a Harry (el pelmazo de Billy Crystal) que los hombres no somos capaces de distinguir lo real de lo simulado. Y probablemente sea cierto en muchos casos, siempre que la interpretación sea tan… ¿verídica o sobreactuada? ¿Con qué nos quedamos? (Y por cierto, la secuencia concluye con una de las frases más célebres de la historia del cine, cuando la actriz Estelle Reiner, madre del director Rob Reiner, le pide al camarero: «I’ll have what she’s having«, o «tomaré lo mismo que ella»).

Lo cierto es que la tesis de Sally quedaría simplemente demostrada por el hecho de que el orgasmo femenino fingido ha existido, existe y seguirá existiendo, prueba suficiente de que suele pasar ante la parte contraria como real. Y tal vez una ligera dosis de histrionismo teatral ayude a la hora de dejar a la pareja completamente convencida de que el espectáculo es auténtico, el objetivo perseguido para… ¿Para…? ¿Para qué? En el fondo, ¿cuál es la motivación de las mujeres que fingen orgasmos?

Imagen de MahPadilha / Flickr / CC.

Imagen de MahPadilha / Flickr / CC.

Ignoro si alguien se ha preocupado de rastrear los orígenes históricos del orgasmo simulado, pero hay quienes culpan de buena parte de ello a Sigmund Freud. El padre del psicoanálisis, según otras versiones el seudocientífico más influyente de la historia, defendía la teoría de que el orgasmo basado en el clítoris era infantil e inmaduro. A las mujeres de verdad, creía Freud, los orgasmos les entraban por la vagina, valga la imagen. La extensión de las ideas de Freud y, lo que es peor, el hecho de que gran parte de la comunidad científica las tomara en serio, pudieron causar un inmenso sentimiento de frustración en la mayoría de mujeres que no lograban alcanzar el orgasmo a través de la vía prescrita por el médico austríaco.

Tampoco es desdeñable la contribución del cine comercial. Durante décadas, y quizá debido a la colisión del puritanismo oficial de la sociedad estadounidense con la necesidad de abrir los guiones de Hollywood a un sexo ligeramente más explícito, las películas han adoptado lo que parece una convención de lenguaje: mejor él encima de ella, con las manitas donde se pueda verlas, cara a cara, y unos cuantos movimientos de cadera que en un santiamén llevan a la chica al clímax. Todo lo que se salga de esta norma se considera una película más o menos guarra, con doble R de Restricted, y por lo tanto queda limitada en su audiencia potencial. Incluso la actriz británica Ruth Wilson se quejaba recientemente de los frecuentes requerimientos de los directores para que ponga «cara de orgasmo», una expresión facial tan estandarizada como poco ajustada a la realidad.

No es difícil imaginar que este aberrante retrato del sexo, tan alejado de lo que realmente ocurre en los dormitorios, haya llevado a muchas mujeres a creerse frígidas por no ser capaces de llegar al orgasmo con diez o doce embestidas de pelvis de su pareja. Y que, como consecuencia, hayan abrazado el dramático arte de la simulación.

Pero todas estas especulaciones carecen de mucho sentido cuando sí hay alguien que se ha preocupado de estudiar por qué las mujeres fingen los orgasmos. Y en este caso, al contrario de lo que destacaba en mi anterior artículo, se trata de una mujer: Lisa Welling, investigadora y profesora del Departamento de Psicología de la Universidad de Oakland (EE. UU.). El laboratorio que Welling dirige centra sus investigaciones en el enfoque evolutivo del sexo, estudiando aspectos como la influencia de las hormonas en el comportamiento sexual, el origen de las preferencias físicas y el funcionamiento de conductas tales como la atracción, la elección de pareja, la infidelidad o los celos.

Welling y sus colaboradores se han adentrado en el orgasmo fingido a partir de los datos reunidos por otros autores que reflejan la extensa implantación de esta práctica. Según escriben los investigadores en su estudio, publicado este mes en la web de la revista Evolutionary Psychology, «el orgasmo femenino ocurre con menos frecuencia durante la penetración, más durante el sexo oral, y más aún durante la masturbación», mientras que curiosamente su demostración externa sigue justo el patrón opuesto, lo que para los científicos «sugiere que las mujeres podrían embellecer o simular las exhibiciones del orgasmo». En concreto, las encuestas revelan que al menos el 50% de las mujeres ha fingido el orgasmo como mínimo una vez, y que el 13% de todos los orgasmos femeninos son falsos.

Para estudiar por qué se produce esta conducta, los investigadores han contado con más de 300 mujeres voluntarias y con un grupo de expertos en la elaboración de un inventario de razones para fingir el orgasmo. El resultado, una vez depurado, es una lista de 63 razones que incluyen desde las más esperables, como «no quiero decepcionar a mi pareja», «no quiero que mi pareja sepa que no me satisface», «es lo que se supone que tiene que ocurrir» o «tengo otras cosas que hacer y quiero que mi pareja llegue al orgasmo lo antes posible», hasta las más extravagantes, como «disfruto haciéndole creer a mi pareja que estoy teniendo un orgasmo», «quiero que mi pareja pueda presumir delante de sus amigos», «estoy demasiado borracha para tener un orgasmo real», «quiero conseguir algo a cambio», «los orgasmos reales no son suficientemente impresionantes para mi pareja» o incluso «mi pareja me dijo que fingiera».

Con todos estos resultados, los autores han ordenado las razones en clases diferentes. «Descubrimos que las razones que daban las participantes caen en tres categorías principales: mejorar la experiencia de la pareja, engaño y manipulación, y ocultar desinterés sexual», resume Welling a Ciencias Mixtas. Y de estas categorías, ¿cuál es la ganadora? «Las razones mayoritarias correspondían a la categoría de mejorar la experiencia de la pareja, seguida de la de engaño y manipulación», prosigue Welling. Las frecuencias respectivas (para los estadísticos ahí fuera, la lambda de Poisson) fueron de 26,2, 16,4 y 12,1. Conclusión: la mayoría de las veces que las mujeres fingen el orgasmo lo hacen por motivos altruistas, o simplemente por vergüenza.

Pero el hecho de que muchas mujeres sientan el impulso de simular el orgasmo para satisfacer las expectativas de su pareja no solo tiene una implicación sociológica, sino también evolutiva: «Investigaciones recientes sugieren que la simulación del orgasmo puede ser una estrategia de retención de la pareja», apunta Welling. Y si es así, es posible que este fenómeno se remonte a mucho antes de Freud o de cualquier estereotipo cultural, hasta tiempos inmemoriales de nuestra especie. «La investigación sugiere que algunos factores motivacionales, como la retención de la pareja y el engaño, ciertamente tienen una base evolutiva», confirma.

Para la psicóloga, el origen del orgasmo simulado se encuentra probablemente en una combinación de factores evolutivos y culturales, siendo estos últimos los que pueden determinar su incidencia; a nadie se le escapa que la sexualidad femenina no tiene la misma consideración en todas las culturas. Y en algunas, sencillamente no existe. «Es probable que las actitudes culturales hacia la importancia de la experiencia sexual femenina y la educación sexual influyan en la probabilidad de que una mujer experimente el orgasmo o lo finja», concluye Welling.

11 comentarios

  1. que tela, sinceramente eso pasa por que son simplemente asi… sin más. Pero creo que se exagera mucho 🙂
    saludos

    http://cuandofuimoslosmejores.com/gusta-ser-una-zorra-de-las-vulpes/

    12 febrero 2015 | 14:15

  2. Dice ser anodado

    Es un absurdo, a quién engañan? Al hombre? Si el hombre egoísta llega al orgasmo no le importa que ellas finjan,… ellas mismas, se habrán quedado con las ganas de llegar al orgasmo y por tanto no habrán disfrutado.
    Sinceramente me quedo alucinado cuando oigo, veo a mujeres diciendo que fingen orgasmos y lo dicen orgullosas, se mofan del hombre tonto que no se da cuenta de ello… Creo que eso es más bien un complejo de inseguridad por parte de ellas que no saben decirle al hombre que es lo que les gusta, como les gusta y cuando les gusta.
    Si un hombre llega al orgasmo antes que ella, ella tiene que decirle al hombre, que la acabe, sea con su lengua, sus manos o como sea, porque ella tiene el mismo derecho de llegar al orgasmo en ese momento de pasión y calentura.
    De verdad, a todas aquellas mujeres que fingen el orgasmo y se sienten orgullosas, decirles que despierten de una vez, que dejen de engañarse a ellas mismas, que los tontos no son los hombres a quienes engañan, sino que se engañan a ellas mismas, que sean valientes y pidan el orgasmo.
    Sin acritud y por el bien de las mujeres que creo que tienen el mismo derecho de disfrutar como tenemos los hombres.
    Suerte a todas, espero oir y ver a más mujeres hablando de que le dijeron a su hombre, mete la cabeza aquí abajo, en lugar de decir que gemían fingiendo.

    12 febrero 2015 | 14:17

  3. Dice ser Orgasmo

    Fingen porque se creen que nos importa.

    12 febrero 2015 | 14:18

  4. Dice ser Rompecercas

    Como los orgasmos femeninos…¿fingimos nuestras opiniones? ¿se puede fingir una tesis científica?

    12 febrero 2015 | 14:42

  5. Dice ser Sicólogo Astrál

    Porque son unas falsas anorgásmicas y mentirosas.ojalá pudiera conseguirme una que esté bien buena.

    12 febrero 2015 | 14:53

  6. Dice ser aix

    Creo que posiblemente por los mismos que los hombres tambien fingen los suyos:

    – Para no hacer sentir mal a la otra persona, si el tuyo tiene pinta de que (por lo que sea) no va a venir por mucho empeño que se ponga.

    – Porque si que tienes ganas de ver a la otra persona disfrutando del suyo, aunque la sensacion que esa otra persona te provoca en ese momento es (por lo que sea) tirando a de poca intensidad.

    Ese por lo que sea, podria ser por no andar muy excitado en ese momento, estar con estres, la falta de habilidad de la otra persona, etcetera

    12 febrero 2015 | 15:12

  7. Dice ser petreoº

    Fingen orgasmos pegando gritos para que el cerdo que tienen encima se crea un supermacho y lo pregone en el bar.

    12 febrero 2015 | 15:27

  8. Dice ser Nananá

    La ficción es eso, ficción, hay mucha incultura sexual, la gente no sabe separar lo que ven en la tele de lo que sucede en la cama ni muchas mujeres quieren conocer de verdad su cuerpo.
    Somos seres humanos, el orgasmo no es un resorte, a veces tendrás un mal día y aunque hayas disfrutado, quizá no puedas terminar.

    Como mujer digo que hay que ser estúpida para fingir, luego se quejarán de que no tienen buen sexo y de que tienen que andar con actuaciones.. si no hay comunicación con la pareja y encima, finges ¿cómo va a saber lo que te gusta? no es adivino, pensará «lo hago genial». Vamos, confianza poca. Hay que tener menos vergüenza y hablar de las cosas que nos gustan.

    Y eso de «mejorar la experiencia de la pareja»… se nota cuando es de verdad, se contraen las paredes bastante así que si tienes el pene dentro es algo que se nota, aparte que no hace falta gritar como un gorrino en la matanza del pueblo para excitar a nadie, a mi al menos, sabiendo que es fingido, me daría vergüenza ajena.

    En fin, unas rancias.

    12 febrero 2015 | 16:06

  9. Dice ser nekane

    Fingimos porque somos unas «artistazas», ja,ja y os queremos un montón y perseguimos la perfección en todo, grandes que somos!, ja,ja
    pero, descuida si el tío no nos interesa: viento fresco, sin fingimientos!
    que sois unos machos cavernícolas, ja ja

    12 febrero 2015 | 20:19

  10. Dice ser Pene Master

    La verdad es una: TODOS Y TODAS hemos fingido orgasmos, y seamos honestos, lo hacemos por una sola razón: porque nuestra pareja no es tan buena; es que a veces pasa, conoces a la mujer, sueñas con ella, vives por, para, con y desde ella; la idealizas tanto y tienes unas expectativas tan elevadas que esperas demasiado y la mujer pues; no es lo que esperabas, así que en lugar de dormirte, o antes de dormirte je, finges un orgasmo, le das unos cuantos besos y cierras la escena con algo clásico «mi reina vístete y vámonos»

    24 febrero 2015 | 05:06

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