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Estas vacaciones llévate la ciencia en el móvil con las apps del CSIC

Por Mar Gulis (CSIC)

Reconocer árboles que encuentres en la naturaleza, poner a prueba tus conocimientos científicos en un juego de preguntas y respuestas o participar en la lucha contra mosquitos que transmiten enfermedades. Las apps del CSIC te proponen diferentes formas de acercarte a la ciencia, aprender e incluso colaborar con proyectos de investigación a través de tu móvil o tablet. Estos días de descanso, tiempo libre y paseos por la naturaleza ofrecen una excelente oportunidad para descubrirlas. Aquí te presentamos cinco de ellas:

ArbolappArbolapp CanariasArbolapp Canarias. El verano es una época muy propicia para visitar espacios naturales. Si en tus excursiones no logras identificar los árboles que encuentras a tu paso, estas dos aplicaciones, que en conjunto suman ya cerca de 750.000 usuarios y usuarias, te serán de gran ayuda. Con Arbolapp podrás reconocer los árboles silvestres –es decir, los que crecen de forma natural– de la península ibérica y las Islas Baleares; y con Arbolapp Canarias, los del archipiélago canario. Para ello, tienes a tu disposición dos sistemas de búsqueda (guiada y abierta) y fichas de todas las especies autóctonas y las no autóctonas que se asilvestran con más frecuencia en cada territorio. Arbolapp y Arbolapp Canarias cuentan además con numerosas fotografías e ilustraciones que facilitan su uso y, una vez descargadas, no necesitan conexión a internet, por lo que podrás utilizarlas en lugares a los que no llegan los datos a través de la red móvil.

Hi Score SciemceHi Score Science. ¿Cómo hacer más entretenidos los largos viajes o las horas de la siesta, cuando el calor no deja más opción que refugiarse a la sombra? Con esta aplicación puedes alternar las lecturas veraniegas, los crucigramas o los juegos de cartas poniendo a prueba tus conocimientos científicos. “¿Cómo se llama el cambio de estado sólido a líquido? ¿Cuál es el metal más ligero de la tabla periódica? ¿Cuál es el pH normal de la sangre?” Hi Score Science es un juego de preguntas y respuestas sobre química y materiales elaboradas por personal investigador del CSIC al que puedes jugar por tu cuenta o en compañía. Si además estudias ESO o Bachillerato, podrás participar en concursos proponiendo nuevas preguntas para que se incluyan en la aplicación.

polinizappPolinizapp. En los tiempos muertos veraniegos también puedes ponerte en la piel de insectos polinizadores como la abeja, el abejorro o la mosca, y aprender de paso sobre la polinización, un proceso vital para la biodiversidad vegetal de nuestro planeta y para nuestra propia supervivencia. En este juego de simulación tendrás que obtener polen y néctar de las flores para conseguir alimento y generar semillas en distintos escenarios (montaña, ciudad, cultivos, etc.). Además, deberás hacer frente a amenazas varias, como especies invasoras, predadores y pesticidas, que podrán debilitarte o incluso causar tu muerte.

Mosquito alert

Mosquito Alert. Este proyecto de ciencia ciudadana conecta a ciudadanía, comunidad científica y personal gestor en salud pública y medio ambiente para luchar contra la expansión del mosquito tigre y el mosquito de la fiebre amarilla, dos especies invasoras que son vectores de enfermedades como zika, dengue o chikungunya. Con la aplicación de Mosquito Alert podrás avisar y enviar fotos si en alguno de tus paseos veraniegos encuentras alguna de estas especies o sus lugares de cría, y también validar fotos de otros participantes o ponerte en contacto con los responsables del proyecto. Gracias a esta iniciativa, ya se han registrado más de 10.000 observaciones de mosquito tigre en España y se ha detectado por primera vez la presencia en España de un nuevo mosquito invasor de origen asiático.

NatusferaNatusfera. La ciencia ciudadana también inspira este proyecto, que invita a cualquier persona con un móvil a tomar fotografías, recoger datos y geolocalizar los seres vivos que encuentre a su paso. Los datos son compartidos en la web de Natusfera, validados por los responsables y colaboradores de la iniciativa y posteriormente serán incluidos en la base de datos GBIF, la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad, para que estén a disposición de toda la comunidad científica. En este proceso, si has subido una foto y no tienes claro de qué especie se trata, recibirás los comentarios y ayudas de otros participantes. Si te gusta observar y hacer fotos de otros seres vivos, no lo dudes: a partir de este verano puedes compartir tus imágenes con todo el mundo a través de Natusfera.

Todas estas aplicaciones, que pueden descargarse de forma completamente gratuita en Google Play y Apple Store, aúnan el rigor científico con un lenguaje sencillo y directo y son el fruto de la colaboración de centros del CSIC con otras entidades. En concreto, las cuatro primeras han recibido fondos de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, adscrita el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Zika, ébola: ¿de dónde surgen las nuevas amenazas virales?

Enrique J. de la RosaEster LázaroPor Ester Lázaro y Enrique J. de la Rosa (CSIC)*

Hoy el zika, ayer el ébola… ¿Cuál tocará mañana? La sorpresa y cierta alarma que nos causan las infecciones virales emergentes tienen su explicación en la biología de los virus, sin necesidad de acudir a ningún tipo de conspiración.

Los virus son entidades biológicas de una gran simplicidad. Están compuestos por una o varias moléculas de ADN o ARN, que contienen la información genética, y una o dos estructuras que lo envuelven y protegen: la cápsida de proteínas y la envuelta de lípidos y proteínas. Fuera de una célula los virus son entidades inertes y relativamente resistentes a las condiciones ambientales. Cuando infectan una célula dentro de un organismo comienza a ejecutarse un programa cuyo objetivo es que el metabolismo celular se ponga al servicio del virus, se produzca una progenie viral y se extienda la infección a las células vecinas. Este proceso entre virus y células infectadas es el que da lugar, por diferentes vías, a la enfermedad y sus complicaciones que, en casos extremos, producen la muerte del organismo infectado. Algunas de dichas enfermedades, como la gripe, se conocen desde muy antiguo. De otras, sin embargo, no hemos tenido noticia hasta tiempos más recientes. Entre estas últimas tenemos el sida causado por el VIH, las fiebres hemorrágicas provocadas por el virus ébola, o los síndromes causados por el SARS (siglas en inglés de Síndrome Respiratorio Agudo y Grave)  y el MERS (siglas en inglés de Síndrome Respiratorio de Oriente Próximo).

Célula del ébola

Imagen del virus del ébola ampliado 108.000 veces / Desi_siempreL / Wikimedia Commons.

La selección natural favorece a aquellos virus que no matan a su hospedador. En los casos mencionados de infecciones virales emergentes nos encontramos ante virus que estaban adaptados a hospedadores animales, los llamados reservorios virales. En sus reservorios los virus causan una enfermedad muy leve o asintomática. Pero cuando consiguen propagarse en una nueva especie, como la humana, la enfermedad casi siempre presenta síntomas mucho más graves, incluso mortales. Dicho sea de paso, esto también habría sido posible en el caso de la gripe aviar (gripe A), aunque afortunadamente no ocurrió.

Este comportamiento natural de los virus se ha agravado y extendido porque algunos de ellos, antes localizados en regiones muy concretas de nuestro planeta, se han expandido a otras áreas que estaban libres de ellos. Los cambios ambientales y sociales, el calentamiento global y los movimientos masivos de personas han facilitado el contacto entre las distintas especies implicadas en los ciclos de mantenimiento virales. El ejemplo más reciente es el virus zika, que se identificó por primera vez en Uganda en 1947. Aunque ha ocasionado otros brotes, no ha sido hasta ahora cuando ha comenzado a extenderse ampliamente por América, causando una gran alarma por las posibles consecuencias de la enfermedad y por la falta, como en una alta proporción de las enfermedades virales, de tratamientos.

/Eneas de Troya. Wikimedia Commons

/ Eneas de Troya. Wikimedia Commons.

¿Por qué, siendo los virus entidades mucho más simples que otras causantes de enfermedades, es tan difícil encontrar tratamientos efectivos? De nuevo la respuesta, aunque no es simple, está en su biología. Entre los factores responsables de que un virus consiga establecer una cadena de transmisión estable en una nueva población, uno de los más importantes es la gran rapidez con la que puede generar mutantes con nuevas capacidades, entre ellas la interacción con los receptores de nuevas células o la mejora de los mecanismos de transmisión entre individuos. Esto les provee de un fuerte potencial de evolución que permite a los virus adaptarse en tiempo récord a casi cualquier cambio ambiental, incluyendo la infección de nuevos hospedadores, o las estrategias diseñadas para luchar contra ellos.

 

*Ester Lázaro es investigadora del Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), donde dirige el grupo de evolución experimental con virus y microorganismos. Este texto se ha inspirado en una charla impartida por la científica en ‘Ciencia con chocolate’, actividad de divulgación coordinada por Enrique J. de la Rosa, coautor de este artículo e investigador del CSIC en el Centro de Investigaciones Biológicas.