Cualquier hombre, bueno, muchos hombres dirían que con esta mujer en casa, ya no les hace falta más, pero no es así. Es Eli Nordegren, la mujer de Tiger Woods.
Ni siquiera con este pedazo de cuerpo tienen suficiente, y así es la naturaleza, que dice un amigo mío, «que nos arrastra detrás de otras hembras aunque la que tengamos en casa esté tan buena o más que esta.
Y así le ha pasado al golfista Woods, el marido de esta potente señora, que llevaba una doble vida y al que le han contado hasta nueve amantes.
Y el que diga que sí es suficiente es que no tiene cartera -que es lo que nos pasa a la mayoría- o está muy influenciado por la cultura de siglos que impone una mujer para un hombre y viceversa, sigue diciendo mi amigo.
La que fuera Miss Noruega está sufriendo porque su marido le ha sido infiel y ella, que estaba dispuesta a perdonarlo cuando se creía que sólo había sido una infidelidad, le ha dicho que nones al comporbar que la lista de amantes era extensa y demasiado para su body.
Ya lo dice también mi novio: También del mejor solomillo se cansa uno, y hay veces en que te apetece más comerte una hamburguesa.
La vida es así.