Mil historias de sexo y unas poquitas de amor Mil historias de sexo y unas poquitas de amor

Mil historias de sexo y unas poquitas de amor

Archivo de octubre, 2009

Sobre sexo, nadie dice la verdad

Dice una encuesta que el 65% de lo españoles ha logrado alcanzar el bienestar sexual y que un 56% está satisfecho con su vida sexual.

Muy altas me parecen estas cifras para lo que luego hay, pero como dice una amiga mía, cuando se habla de sexo, nadie dice la verdad.

En la IV Fase del Informe Durex de Bienestar Sexual se dice también que la mitad de los encuestados hubiera preferido tener mayor información sexual para aplicarla a su vida en pareja y mejorar la relación.

Estos que así se manifiestan afirman que les hubiera gustado aprender más sobre los aspectos emocionales del sexo. Lo que quiere decir que quieren aprender más sobre el amor, el respeto, el compartir y el dar placer a la pareja. Ojalá sea verdad.

Según la doctora Francisca Molero, experta en salud sexual, la información sobre cómo funciona el cuerpo humano y su respuesta sexual, «hace que se tenga menos miedo a lo desconocido y que disminuyan creencias erróneas que pueden generar disfunciones y comportamientos poco responsables».

Acariciar tetas como globos

«No estaba mal. Me gustó su forma de mirar, su descaro y desparpajo, a mí que soy de natural callado. No era mi tipo, pero para echar un polvo, y visto que no se me iban a presentar diez vírgenes del paraíso, me dejé llevar por su disposición».

«LLegamos a mi casa y ni terminamos la copa. La excitación que llevábamos puesta desde hacía rato se transformó en urgencia y casi a trompicones nos desnudamos el uno a la otra. Tan cerca la tenía que no la pude ver bien, pero me gustaba el conjunto. Me gustaba… hasta que empecé a tocar sus pechos …

… y zas, se me cayó el encantamiento».

«¡Eran de plástico! Horribles, de esos que aunque estés tumbada siguen erectos y no se ladean… Fatal. No sé cómo pude salir airoso del trance, porque se me bajó la libido y me dieron ganas de salir corriendo».

Así contaba un amigo el otro día su experiencia con una chica siliconada, como si se hubiera acostado con una extraterrestre. No le gustó nada el asunto del plástico, por la sensación y porque para él eso es un fraude.

Tengo varios amigos a los que les he escuchado decir que no les gustaría nada acariciar tetas de silicona y que prefieren lo natural, aunque no sean nada del otro mundo, precisamente, porque lo otro lo consideran un engaño.

Pues las chicas no piensan así -les dedcía una amiga-, que ahora quieren tetas como globos justo después de que les salgan los dientes, y antes de entrar en la Universidad ya se las están pidiendo a los padres por aprobar la Selectividad.

Si hasta leo que han organizado concursos para elegir a la miss cirugía estética, como una forma de promocionar en algunos países «la bondad» de estas operaciones.

Qué exageración. Pues nada, más engaño, artificio y entetamiento de plástico, y así nos va la vida.

A los hombres también les duele la cabeza con el sexo

Casi 450.000 españoles, mayoritariamente hombres, padecen lo que se llama cefalea sexual, un tipo de dolor de cabeza que se desencadena durante o después del coito o incluso antes, con la excitación.

La Sociedad Española de Neurología dice que entre el 0,4% y el 1% de la población ha padecido alguna vez, en un año, este tipo de dolor y que un 70% de los afectados son hombres.

A los que padecen esta cefalea sexual, se les recomienda mejorar la calidad de vida con más ejercicio, una dieta equilibrada, reduciendo peso y dejando el alcohol y el tabaco.

Otro estudio, este realizado por la Fundación Migraña, asegura que la mala calidad sexual está relacionada con la migraña. Un 45% de los que tienen este tipo de dolor de cabeza estima que su vida sexual es regular o mala.

Los efectos de los medicamentos que se usan para tratar diferentes tipos de dolores de cabeza son: disminución del deseo sexual, retraso en el orgasmo, cambios físicos que afectan a la autoestima, dificultad en la erección o alteraciones de la eyaculación. Los más afectados por los efectos secundarios indeseables son los hombres.

Y, en contra de la excusa “me duele la cabeza”, el estudio revela un dato esperanzador: el 13% de pacientes que sufren cefaleas tensionales afirman que el dolor desaparece cuando tienen relaciones sexuales.

Una cerveza erótica, mejor que la viagra

Jürgen Hopf, un fabricante de cerveza de Baviera, ha producido una cervera erótica, que, según él, tiene más propiedades sexuales que la viagra.

El hombre está convencido de haber creado la cerveza «hot» y la primicia mundial de la temporada, porque no sólo sube la libido, sino también la fertilidad y la potencia.

Jürgen Hopf, que vive en un pequeño poblado de Alemania, afirma que estas propiedades se las ha procurado a su cerveza el hierro líquido del Kundalini de cebada.

Dicen en Alemania que la Hopf Erortik Bier, nombre que recibe esta cerveza, ha venido a reemplazar a la demandada pastillita azul. Y que siempre es mejor y más agradable beberse un vasito que tomarse una píldora.

Hopf afirma que los que la beben dicen que ya no tienen tiempo para ver televisión. Están encantados.

Mujeres panza arriba

Un amigo se quejaba amargamente el otro día de los difícil que es entrarle a una mujer cuando no se es un tipo atractivo.

Y no sólo entrarle, sino permanecer encerrado en su interés y conseguir que te diga sí la mitad de las veces que le insinúas que quieres follar con ella. Porque incluso después, en la vida diaria de pareja, sigue siendo un triunfo.

Yo le respondía que la cosa ha cambiado mucho, que ahora puede que ya no sea tanto así, pero otra amiga corroboraba lo que decía él y se echaba las manos a la cabeza de la cantidad de «tortugas panza arriba» que hay por el mundo.

Sobre eso mismo comentaba ayer en el post de la cerveza-viagra alguien que firmaba Jiramos.

Decía: «He recuperado mi dignidad, eso de estar todo el día rogando, estaba hasta los cojones, he decidido que si mi pareja quiere follar que me lo pida ella, que yo llevo muchos años haciendolo».

Y otro que firma como Nunca digas nunca se lamentaba de que los esfuerzos de acercamiento siempre los hace el hombre y que es algo que cansa mucho y nosotras valoramos poco. Contaba que no sabemos «lo frustrante que es estar intentando hacer saltar vuestra chispa día sí y día también».

Lo de las panza arriba es una imagen muy gráfica de ese tipo de mujeres que se tumban boca arriba y hala, a esperar que les haga todo el otro, que ellas ni se mueven. Y eso lo extienden a toda su vida.

Boda por amor o por conveniencia

Una chica de 34 años se acaba de separar de su marido, que le lleva 20 años y con el que tiene hijos, porque nunca estuvo enamorada de él.

Hasta aquí, una historia de desamor como otras muchas que ocurren cada día.

Lo que ya no es tan normal es que está chica se casó hace unos años por imposición familiar, porque ella tenía otro novio por el que estaba colada, pero a su familia no le parecía muy conveniente para ella.

Cuando escuché contar esto, parecía que me estaban hablando de los tiempos de juventud de mi abuela o de mi madre, cuando las familias lo decían todo del matrimonio de las hijas.

Pero no, es una historia de ahora, de hace unos ocho o diez años, aunque no creo que sea muy frecuente. Una chica insulsa que no se enfrenta a mamá y que prefiere aceptar el marido que su familia le impone, por supuesto con apellido y mucha pasta, y dejar plantado al que decía que era el amor de su vida, que no lo sería tanto, si así lo dejó.

El divorcio le ha supuesto también el enfrentamiento con su familia, que casi la ha repudiado y que no quiere saber nada de ella. Tela.

No creo que ahora haya muchos casos como este. La gente se une a la persona a la que quiere o a la persona con la que le interesa estar, pero no con quien su familia elige para ella. ¿O sí? -Digo aquí mismo, no en Arabia Saudí-.

Como ha cambiado el asunto. El matrimonio por amor es un invento del siglo XIX, hasta entonces, las uniones eran todas de conveniencia, como la de la chica esta, que hoy me extraña tanto.

Censura al erotismo

Lo escuché ayer sin prestarle mucha atención al principio. Contaban en la radio, que en unas jornadas de documentación audiovisual, que se celebraba en el Ministerio de Cultura, en Madrid, después de las conferencias y sesiones, habían decidido terminar con una sucesión de imágenes del erotismo en el cine mudo.

Pues los organizadores y los asistentes se quedaron con las ganas, porque algún preboste ministerial decidió que no era procedente ni adecuado para las personas adultas que estaban allí, y se cargó la clausura de las jornadas.

Las protestas se escucharon, pero supongo que se las pasaron por el arco del triunfo.

¿A qué jugará esta gente, que se supone que tienen más sensibilidad ante cualquier expresión artística?

Son los mismos que ha creado ayudas económicas sólo para mujeres cineastas, por mor de la sacrosanta discriminación positiva.

Si eres hombre y cineasta, en este caso, lo tienes jodido. De verdad que no entiendo la diferencia en este sentido.

Suscribo completamente lo que decía Almudena Grandes en su columna de El País del pasado lunes:

… La realidad social de un país no se cambia a martillazos. Ninguna ley logrará que haya tantas directoras como directores en España. Está por ver que eso sea beneficioso, pero lo que es evidente, y lo sé porque en la literatura ya estamos de vuelta, es que dentro de nada tendremos películas de mujeres a porrillo. Su calidad será intercambiable con la que consigan los hombres. Las buenas serán pocas. Las malas, muchas más, demasiadas para haber jugado con tanta ventaja, suficientes para arrastrar el desprestigio de todas. ¿Habrá sido positivo? ¿Para quién?