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Cómo reaprovechar los alimentos que se pierden en restaurantes y tiendas

«Alimento producido = alimento consumido» es lo que propone la plataforma Nice To Eat You para reaprovechar la ingente cantidad de alimentos que hoy se pierde en restaurantes y tiendas de alimentación.

Nice To Eat You proporciona visibilidad a lotes de último minuto ofertados por establecimientos de comida y en sus primeros cinco meses de actividad han conseguido dar salida a más de una tonelada de alimentos, con una comunidad de 5.000 usuarios registrados y 80 comercios en Madrid y Zaragoza.

Los usuarios de la pataforma, además de conseguir comida en perfecto estado a precios reducidos, contribuyen de manera directa en la lucha contra el cambio climático, ya que con cada lote de alimentos que recuperan están evitando que se emitan gases de efecto invernadero a la atmósfera. En los cinco meses de existencia, los responsables de la startup afirman que se ha evitado la emisión de 700 kg de CO2, lo mismo que hubiera generado un coche en un viaje imaginario al centro de la Tierra.

«Un comercio de hostelería puede llegar a perder miles de euros al año desaprovechando comida en buen estado. A través de nuestra plataforma, los comercios recuperan estas pérdidas, los usuarios consiguen comida en perfecto estado a precios reducidos y entre todos luchamos contra el desperdicio de alimentos«, señala Gabriel Ramas, cofundador de Nice To Eat You.

El desperdicio alimentario afecta a uno de cada tres alimentos que se producen en el mundo y supone serias consecuencias para el medio ambiente. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura señala que si se equiparase su impacto en término de emisiones de CO2eq al de un país, el desperdicio sería el tercer país del mundo que más contribuye al calentamiento global, después de China y EE UU.

Micromecenazgo para promover lotes solidarios

Para Ramas, el desperdicio es ante todo un problema ético: «mientras en España se desperdician casi ocho millones de toneladas al año, una de cada cinco personas tiene dificultades para acceder a una alimentación variada y equilibrada cada día». Por eso, ha decidido lanzar una campaña de micromecenazgo en Goteo.org con el título Salvar alimentos para un mundo mejor.

Con la campaña pretende conseguir fondos para continuar la actividad y también promover un mecanismo de ayuda a personas bajo el umbral de pobreza, los Lotes solidarios, con el fin de que estas personas puedan acceder a alimentos de la plataforma sin coste alguno.

La campaña de micromecenazgo va a permitir distribuir los primeros 400 lotes solidarios a través de una ONG de Madrid que ya se ha interesado por la iniciativa. «Por supuesto, no pretendemos quedarnos en 400 lotes. Nuestro objetivo último pasa por tejer una red de solidaridad entre personas, administraciones, asociaciones y empresas que permita llevar los lotes solidarios a cualquier rincón de España», concluye Gabriel Ramas.

Propuestas colaborativas para acabar con el desperdicio de alimentos

Setem, una ong de ayuda al desarrollo, reunirá este viernes, 6 de octubre, en su sede de Madrid a los responsables de plataformas colaborativas que luchan contra el desperdicio de alimentos.

Ni Las Migas, yonodesperdicio y Espigoladors explicarán cómo trabajan para aprovechar los alimentos y que no terminen en la basura.

El desperdicio de alimentos es el resultado de un sistema alimentario insostenible e irresponsable, señalan. Vivimos la gran paradoja de que, mientras casi ochocientos millones de personas sufren hambre crónica, enormes cantidades de alimentos se desperdician y se tiran a la basura en todo el mundo. «Aunque es difícil saber exactamente la cantidad de alimentos que se desperdicia en el mundo, indica Setem, se estima que supone unos 1.300 millones de toneladas -un tercio de la producción mundial- según datos de La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)».

El desperdicio de alimentos supone una amenaza para la seguridad alimentaria global y tiene, además, impactos medioambientales negativos. En este sentido Yonodesperdicio y Ni Las Migas ofrecerán algunas ideas para comprometernos con este reto. Ambas son herramientas de consumo responsable que ya están funcionando en Madrid.

Además, habrá degustación de mermeladas y patés vegetales elaborados por Es-Imperfect , de Espigoladors a partir de frutas y verduras que se desechan por «feas» o «imperfectas», y que esta empresa social transforma en productos de calidad.

Ni Las Migas es un proyecto  que tiene un año de existencia, cuyo objetivo de reducir el impacto del desperdicio alimentario. Su actividad se desarrolla a través de una aplicación móvil que, basada en la geolocalización, pone en contacto a clientes con establecimientos que tienen comida en perfecto estado que no ha encontrado consumidor final. Mediante el móvil, los usuarios, también conocidos como migueros, reservan los productos a un precio menor que después recogen en los locales a la hora indicada, ahorrando y ayudando a reducir el excedente.

La comunidad Ni Las Migas, a través de la colaboración con diversas iniciativas y proyectos, pretende concienciar y sensibilizar sobre el desperdicio alimentario y busca ser un agente de cambio para promover una sociedad implicada en la sostenibilidad de nuestras ciudades.

Espigoladors es una organización sin ánimo de lucro que lucha también contra el despilfarro alimentario a la vez que empodera a personas en riesgo de exclusión social de una manera transformadora, participativa, inclusiva y sostenible. Opera en Cataluña para combatir el desaprovechamiento de frutas y verduras que se descartan, ya sea por un descenso en las ventas o por cuestiones estéticas.

Canalizan las frutas y verduras descartadas a entidades sociales o las transformamos en los productos es im-perfect. Las comunidades de espigadores estimulan no sólo maneras de pensar y actuar de forma colectiva, sino que también generan un sentimiento de identidad, pertenencia y utilidad.

De frutas y verduras imperfectas nacen segundas oportunidades que dan acceso a una alimentación saludable y equilibrada a personas que viven en una situación vulnerable. Creen que es esencial sensibilizar a la sociedad, por eso trabajan para crear conciencia de la importancia de disfrutar de una alimentación saludable y para formentar un cambio hacia nuevos hábitos de consumo.

Yonodesperdicio.org es una iniciativa de Prosalus para reducir el desperdicio de alimentos, principalmente en los hogares. Yonodesperdicio.org quiere ser una red ciudadana comprometida con la reducción del desperdicio de alimentos; ofrece recursos contra el desperdicio y pone en contacto con otras personas que quieren entregar alimentos (o necesitan alimentos). A través de la aplicación, se comparten  únicamente alimentos. También se puede compartir recetas o trucos para reducir el desperdicio de alimentos.

Se trata de alimentos que podrían acabar en la basura si no los consumimos a tiempo. La iniciativa quiere poner en marcha una red que facilite la entrega de alimentos a otras personas o asociaciones y la reducción del desperdicio de los mismos.

Prosalus, una organización no gubernamental de cooperación al desarrollo (Ongd) cuya misión es promover el respeto, protección y garantía de los derechos humanos y el acceso a la alimentación, a la salud y al agua y saneamiento.

Charla: viernes, 6 de octubre, a las 19.30 h,
Sede de Setem, c/ Gaztambide, 50, Madrid

La lucha contra la dictadura estética de los alimentos

En España 7,7 millones de kilos de alimentos termina en la basura cada año, unos 163 kilos por persona, lo que significa unas ochenta veces más de lo que reparten los bancos de alimentos.

Para luchar contra el despilfarro alimentario y dar una segunda vida a estos alimentos existen varias organizaciones, una de ellas es Espigoladors, una red de Barcelona que trabaja contra el despilfarro de comida, recoge estos alimentos, los que se desperdician y los feos, y los ofrecen a personas vulnerables, a los que dan también una oportunidad.

Su objetivo es transmitir la recuperación del valor de los alimentos y considerar que los desechos alimentarios son recursos, no residuos, porque creen que ningún alimento en buen estado debe considerarse un residuo. También, promover un cambio de enfoque hacia una cultura del aprovechamiento tanto de las personas como de los alimentos.

Su trabajo consiste en recuperar la fruta y verdura que se descarta ya sea por un descenso de ventas, por razones estéticas, por excedentes de producción o porque la fruta está  madura y el consumidor ya no la compra, en ningún caso recogen  fruta o verdura que no sea apta para su consumo, y donan una parte de la “cosecha” a entidades sociales, proporcionando  el acceso a alimentos frescos, sanos y saludables a personas que no lo tienen.

Además, una parte de los alimentos recuperados los  transforman en conservas naturales y artesanales (mermeladas, cremas, salsas…) y las comercializan bajo una marca llamada «es im-perfect». Son productos de calidad, recomendados por la chef catalana Ada Pareada y con un alto contenido  social.

En todo este proceso, integran a las entidades sociales receptoras y a colectivos en riesgo de exclusión social fomentando ”la dignidad de las personas y la generación de oportunidades desde una vertiente transformadora”, aclaran.

Tienen también otra serie de actividades como talleres y charlas sobre el despilfarro alimentario, hacen campañas especiales para empresas y ayudan a crear comunidades similares en otras zonas.

 

Un café que sólo sirve frutas y vegetales ‘feos’

La industria agroalimentaria y los grandes supermercados no pondrán nunca en sus estantes lo que llaman «alimentos feos». Los que nos enseñan son brillantes, de formas perfectas y muy apetitosas, pero no mejores que los denominados feos. Un canon estético que señala lo que debemos consumir, mientras se desechan alimentos sanos por su aspecto.

Un 40% de la comida que se produce en el mundo se desecha. Son 1.300 millones de toneladas al año. Según la Comisión Europea, el año pasado se desperdiciaron más de 100 millones de toneladas de alimentos sólo en la UE, y se espera que la cifra crezca hasta los 126 millones de toneladas de aquí a 2020. Más de un tercio de la producción agrícola global acaba en la basura, según la FAO. Y el grueso del desperdicio de fruta y verdura antes de su llegada a los puntos de venta atiende exclusivamente a criterios estéticos que en nada afectan a las cualidades nutricionales del producto, señala Playgroundmag. 

Misfits_MReichmann

Dos mujeres de Berlín, Lea Brumsack y Tanja Krakowski, montaron hace tres años una iniciativa para convencer a los consumidores de las bondades de los alimentos feos. Crearon con una campaña de crowdfunding Culinary Misfits (Culinariamente inadaptados), un café que pretende concienciar del problema de la gran cantidad de alimentos que se desechan. Trabajan con los agricultores locales y utilizan todos esos vegetales que los supermercados rechazan.

«Nuestro objetivo es promover una cultura justa y saludable donde los productores, los alimentos y los recursos sean revalorizados. Por eso, nos inspiramos en las narices torcidas y las apariencias oblicuas y las utilizamos para crear deliciosos platos vegetarianos».
Para ellas es importante mostrar el aspecto que tiene la naturaleza y afirman que esto es algo que hoy mucha gente ha olvidado.

Señalan que casi un tercio de cada cosecha en Alemania se desecha porque no cumple con los estándares estéticos. En EE.UU pasa algo similar, ya que las personas arrojan a la basura alrededor del 40% de la comida que compran. «Todas esas zanahorias de supermercado, son como soldados en sus paquetes», dice Lea Brumsack. «Lo que la gente compra no es lo natural, por ejemplo, a las afueras de Berlín los árboles están llenos de manzanas que nadie recogerá».