La Organización de Consunmidores y Usuarios (OCU) lanza la tercera compra colectiva de energía con un doble objetivo: conseguir una tarifa competitiva para los usuarios, que les permita ahorrar en la factura de la luz reivindicar un mercado de la energía más justo para los consumidores
Distintas instituciones han reconocido las compras colectivas como un instrumento que permite a los consumidores tener una mayor presencia y capacidad de decisión en el mercado, por lo que se incluyen entre las medidas y recomendaciones que buscan aumentar la competencia en el mercado.
Más de 610.000 hogares se unieron al movimiento, liderado por OCU, quieropagarmenosluz.org, en las dos anteriores ediciones de las compras colectivas de energía.
En esta edición, la OCU pretende impulsar las tarifas con discriminación horaria, que tienen como objetivo trasladar consumos a las horas de menor demanda eléctrica, y permite a la mayoría de los hogares elevar sus ahorros medios hasta los 100 euros al año.
Conscientes del desconocimiento que los consumidores tienen del sector energético, una de las novedades de esta III edición es que la OCU realizará a todos los inscritos un estudio individualizado que incluirá una valoración de la tarifa que tienen en la actualidad, y el potencial de ahorro que tiene comparando con otras tarifas del mercado. También, ofrecerá consejos orientados a reducir el gasto en electricidad y gas.
Los interesados en participar en la compra colectiva de energía pueden inscribirse desde el 30 de marzo hasta el 3 de mayo. Días después, se celebrará la subasta entre las distintas comercializadoras. Una vez conocida la oferta ganadora, OCU la comunicará a los participantes. A partir de este momento, los usuarios decidirán si les interesan las condiciones y proceden al cambio de suministro.
El movimiento quieropagarmenosluz.org reivindica un mercado de la energía más justo. Muchos años después de la supuesta liberalización del mercado, la realidad es desesperanzadora para los consumidores. Las fuertes subidas de precios, la falta de competencia y el deterioro de los derechos de los consumidores son la tónica general de este sector.