Capeando la crisis Capeando la crisis

De cómo vivir sin dinero o con muy poco

Gente lombriz

Más que abocados por la crisis, Teo y Montse llegaron al pueblo empujados por el hastío de vivir en una ciudad como Madrid, tan cara, acaparadora y  estresante. Así que hace unos nueve años él dejó su empleo y ella se pudo llevar parte del suyo -es traductora-  a cuestas hasta su nuevo destino.

Habían ido a pasar el día a Guisando y allí se quedaron, en ese pueblo del sur de Gredos con muy poquita gente y ninguna oferta de trabajo. Cuentan los dos que al principio fue duro, porque salvo las traducciones de Montse, no tenían nada más. Así que idearon su futuro desde cero.

Montse, en su puesto del mercado vendiendo jabones y cremas.

Montse, en su puesto del mercado vendiendo jabones y cremas.

Alguien les dejó una huerta abandonada donde comenzaron a plantar lo básico para su alimentación y otras plantas que luego les serviría para lo que es parte de su sustento desde entonces, la cosmética natural. Aprendieron todo lo relacionado con su nueva actividad  en los libros: el libro de Mariano Bueno, El huerto autosuficiente; el de John Seymour, La vida autosuficiente; y el de Masanobu Fukuoka, La revolución de una brizna de paja, además de echar mano de los consejos de un paisano, vecino de huerta.

Fabrican con mimo los jabones y y las cremas en casa, con flores como la caléndula o la lavanda y muchas otras más que nacen en el huerto y aceite de oliva virgen extra de la zona, entre otros ingredientes, y luego las venden en el mercado de la tierra y por Internet, en su página web gente lombriz. También lo que Montse hace con lana virgen: guantes, bufandas, gorros, fundas…

Teo ok

Reutilizan todo, con calendarios viejos elaboran las bolsas de papel donde envolver los productos, con bolsas de plástico trenzan coloridos bolsos y los restos de su alimentación lo transforman en compost para el huerto.

Los dos dicen que están contentos con esta vida y que no echan de menos la que dejaron atrás, que tienen lo justito para tirar y que tampoco necesitan mucho más. Teo también escribe poemas y relatos que  autoedita y vende en la web por un módico precio. «Nos sentimos muy bien, como gente lombriz que sueltas en una tierra negra, mullida y rica en humus.»

11 comentarios

  1. Dice ser la madrileña

    Guisando para desconectar un fin de semana es genial, pero para vivir de continuo allí,me parece un poco triste, si ellos están felices y viven bien me alegro enormemente,pero no creo q haciendo jaboncitos aguanten muchos años por allí.

    09 diciembre 2013 | 07:24

  2. Dice ser Salva

    para ( dice ser la madrileña ) , ya veremos cuanto aguantais los millones que vivis amontonados en horrorosos edificios redeados de polución, dudo, que la mayoria podais entender que donde unos veis tristeza otros vemos alegria, tranquilidad,aire puro, alternativas, contacto con la tierra, las estaciones,y un montón de sensaciones que te llenan mucho más que solo tener que trabajar a cambio de un dinero que te dejas en los escaparates que encontrais de camino a casa.

    Animo, Teo y Montse seguro que seran felices durante muchisimos años en este lugar que han elegido libremente.

    09 diciembre 2013 | 07:57

  3. Dice ser la madrileña

    Salva,se perfectamente lo bien q se esta en esos pueblos, yo frecuento uno, no muy lejos de Guisando y es fantastico,pero para vivir de continuo allí,no lo veo.
    El edificio en el q yo vivo es maravilloso, y los escaparates fabulosos,simplemente he dado mi opinión, q es igual de respetable q la tuya.
    Sigue respirando aire puro y recarga tus pulmones,ah y una cosita,toma mas fibra.
    Un saludo.

    09 diciembre 2013 | 08:26

  4. Dice ser Victor

    Esto no es escalable. Cuanta gente podria subsustir haciendo y vendiendo jabon casero? Me alegro por ellos, pero creo que no es realista pensar que todos podriamos vivir asi. Ademas, que no todo el mundo desea el mismo estilo de vida.

    Pero si hubo un exodo de los pueblos a la ciudad era porque no resultaba facil vivir del campo cuando la gente vivia mayoritariamente alli. Pensad si un solo barrio de una ciudad se mudase a una zona como Guisando o alrededores y todos quisiesen vivir de esta forma, manufacturando cosas como estas. Cuantos podrian vivir de venderlas si todo el mundo las vendiese? No es escalable. Tenemos que seguir buscando otro modelo.

    09 diciembre 2013 | 09:38

  5. Dice ser Noa

    Es un estilo de vida muy natural y seguro que sanísimo, me parece admirable la capacidad de romper con todo y empezar de cero, alguna vez pensé en hacer algo así cuando la crisis me empezó a axfisiar como a tantos más, pero no me veo en un pueblo pequeño todo el año. De escapada de fin de semana, para pasar unos días con el buen tiempo, sí, para seguido prefiero Madrid y sus prisas, viviendo al día y disfrutando de sus gentes.

    09 diciembre 2013 | 10:20

  6. Dice ser Daniel L.

    espero que me quede poco en la capital. en breve, me gustaría seguir el ejemplo de teo y montse.
    suerteeeeeee

    09 diciembre 2013 | 10:46

  7. Dice ser albitaguapa2

    cuando odio a madrid,y luego les va mal, y todos a buscar curro aquí, y eso si conozco a mucha gente que se va a pueblos pero siguen empadronados aqui y usando nuestra sanidad

    09 diciembre 2013 | 10:54

  8. Dice ser Daniel L.

    no es odio a Madrid, es gusto por el campo antes que por la ciudad. la gente busca curro donde puede. yo conozco a gente que vive en Madrid pero se empadrona fuera para pagar menos.
    normalmente los hospitales, que pagamos entre todos, están donde hay más población. me parecería bastante chorra construir un hospital en guisando.
    y no empecéis otra discusión capitalinos contra campestres. respeto.

    09 diciembre 2013 | 11:11

  9. Dice ser Lola

    Tan respetable es la decisión que tomaron Teo y Montse como la de los que prefieren vivir en la gran ciudad.
    Lo importante es amar lo que se hace día a día.

    09 diciembre 2013 | 11:35

  10. Dice ser DJ

    Si cuando leemos una noticia de estas lo primero es la negatividad de los comentarios, el NO SE PUEDE e insultos como «toma mas fibra».

    SI SE PUEDE, poco a poco y con ayuda de la gente de pueblo que saben como se hacen las cosas de los pueblos, encontraras a quien ni siquiera te hable, pero seguro que hay cientos de «sabios» en los pueblos que competirán contigo cualquier conocimiento si sienten que les escuchas de verdad.

    Victor, estas pensando en el DINERO como lo único, piensa que si yo hago jabón y tu haces harina, TRUEQUE, otro hace potes de barro y el vecino hace útiles de madera, TRUEQUE, esto se hacia hasta hace pocas décadas, ahora todo es DINERO y mas DINERO, el problema es que hemos devaluado lo artesanal por la industrial, lo queremos YA y BARATO.

    UN EJEMPLO PRACTICO 100%: Hace unos días dos familiares estaban hablando que uno tenia pulgones en sus plantas de estebia y como es lógico no quería hecharle el típico «mata-bichos químico» que al final le contaminaría la planta y a ellos. Después de 3 minutos hablando entre ellos, otro familiar de mayor edad dijo :»¿porque no hacéis un insecticida con MANZANILLA?». Asi de simple y sano.

    ¿Lo que ha valido toda la vida ahora no vale? Solo nos movemos por el DINERO, trabajando duro para dárselo a las grandes compasñias que nos dicen que tenemos que comer, hacer, vestir, etc.

    09 diciembre 2013 | 12:08

  11. Dice ser ¡Emprendedor!

    «Las palabras no tienen la culpa, desde luego, pero su utilización engañosa, el abuso con que aparecen en el discurso de las personas públicas deteriora su sentido, aunque sea positivo. Así me sucede con la palabra “emprendedor”. Pueden ser manías personales, lo asumo, pero esta palabra contiene, en el uso actual, unas connotaciones ideológicas que detesto. Y es que justo cuando la crisis ata de pies y manos a un porcentaje histórico de los jóvenes españoles, la palabrilla optimista salta como un chinche de la publicidad de los bancos a los teóricos de empresa, de las promesas de los ministros del ramo a la ingenuidad de jóvenes (los hay) que se han tragado el discurso de que todo en esta vida depende de la voluntad, es decir, de la audacia con la que asumamos un proyecto, de nuestra capacidad psicológica para ser emprendedores.

    Lo inaudito es que la palabra se haya colocado en el top ten de términos que tienen como fin ennoblecer cualquier discurso precisamente cuando a las personas jóvenes más difícil les resulta levantar de la nada una empresa. No ya porque los bancos no den créditos, sino por la interminable burocracia que se ha de sortear y sobre la que este periódico informaba ayer mismo con datos provenientes del Banco Mundial. Por un lado, se extiende la idea de que del paro y la desesperación puede salir uno mismo si se atreve a montar una empresilla original, rompedora, atractiva y medio artesanal; por el otro, la estructura legal de este país no hace más que poner palos en las ruedas a quienes tratan de hacerlo.

    Es un discurso muy americano ese que entiende que la salvación depende solo de uno mismo. La diferencia es que allí esa feroz mentalidad capitalista cunde de manera mucho más coherente y la palabra emprendedor cobra sentido: asumes riesgos pero el Estado no se dedica a castigarte por ello».

    Elvira Lindo. 24 OCT 2012

    09 diciembre 2013 | 18:06

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