Ayer os contaba que la web de RTVE acaba de poner en línea la primera de las entregas del clásico concurso a la que le seguirán otras. Y que lo estaba viendo casi al tiempo que os lo contaba. Lo vi. Y se me pasaron muchas cosas por la cabeza que voy a tratar de deshilachar aquí de manera ordenada.
Para empezar, me hizo mucha gracia en contraste entre el anuncio institucional de Hacienda (que somos todos), que juega con el recuerdo de esos malos tiempos -los mismos a los que nos traslada el concurso que va a continuación- cuando defraudar al fisco era lo habitual. Me encanta ese juego entre la mala memoria como prólogo del dulce recuerdo. Dudo que sea voluntario; pero es una genialidad.
De la revisión del programa, me sorprendieron varias cosas: la redacción de la introducción de las preguntas de Kiko (en aquellos tiempos la gente sabía escribir en televisión), el intercambio de unas frases en catalán con unos concursantes de Barcelona (él modernísimo y ella con un mostacho de impresión) en la televisión pública en pleno franquismo, el culturón de algunos participantes, y la referencia DELIRANTE a la reina Sofía a propósito de un falso error de unos concursantes de una entrega anterior (pura actualidad, jajajaja).
Anoche vimos Un, dos, tres con una emoción muy parecida a la de aquellos tiempos, y pensé en cuánto le debo a sus guionistas, que fueron los primeros en enseñarme juegos de palabras ingeniosos en televisión.
Gracias.