Con todos mis respetos -y mi cariño-, lo que está haciendo el programa de sobremesa de La Sexta con Massiel es muy tomatero. La mofa diaria, la recuperación de viejos vídeos, las constantes referencias y chascarrillos son más de JJV que de Angel y Patricia.
Me sorprende y me decepciona.
Tanto como cuando el domingo pasado llegué a casa dispuesto a ver el documental sobre el Mayo del 68 en España -y no por el asunto de Eurovisión, que me da lo mismo, sino porque me suele gustar el rollo fresco de los documentales de La Sexta– y descubrí que habían decidido retrasar su emisión para regalarnos otro gran documento televisivo: forofos en La Cibeles. Maravilloso. Lástima que no me diviertan los documentales de animales.
Lo que está haciendo La Sexta con el documental del Mayo del 68 español es idéntico a lo que hizo Telecinco con aquel reportaje sobre el hijo secreto de El Pescaílla. Un ascazo oportunista. Una buena promoción a costa de carnaza. Y a la que ha contribuído Massiel, que calladita estaba mucho más guapa.
El domingo tenía ganas de verlo, pero he decidido que esta noche me lo voy a perder.