La televisión ha creado un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada. Alain Touraine

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Burbujas Freixenet

No entiendo la decisión de este año de rodar un spot de altísimo presupuesto dirigido por Scorsese en homenaje a Hitchcock. Un espléndido corto, sí, pero que no me dice nada, carece del encanto kitsch de los clásicos anuncios burbujeantes de otros años y tiene un mal pase televisivo.

A mí me parece que ha sido un error. Y me encantaría saber si las ventas así lo confirman.

Porque a mí, la verdad, me encantan los anuncios de Freixenet de toda la vida.

Con Norma Duval:

Con Kim Bassinger:

O este despliegue loquísimo Freixenet nuevo siglo:

Por lo cual, visto lo visto y dicho lo dicho, me uno a la plataforma ¡SALVAD LAS BURBUJAS!

Porque, a ver, ¿cuánta gente ha visto de verdad el anuncio de Scorsese de este año?

Pues eso.

Los publicistas se sinceran

¡Buenas noticias!

No sé si os habréis dado cuenta, pero corren nuevos tiempos para la publicidad. Una nueva raza de copies está tomando los spots televisivos. Se acabaron los engaños y las mentiras. Las medias verdades y las trampas.

De momento sólo puedo dar fe de un par de ellos, pero me parece que son sólo la punta de un iceberg que vamos a trocear para enfriar los gin-tonics con los que brindaremos para que sigan llegando más.

¿No me creéis? Ahí van los dos ejemplos:

ANUNCIO 1: EL CORTE INGLÉS Y LA FAMILIA TELERÍN

… y los niños cantan al final del anuncio:

Ha llegado el momento de jugar con nuestros sueños

Ahí está.

Con dos cojones.

BRAVO. Plas, plas, plas. ¡BRAVO!

ANUNCIO 2: SEAT LEÓN

Claim final: ¿QUIÉN POSEE A QUIÉN?

No he encontrado la última versión, pero aquí tenéis una anterior – magnífica – hecha por una agencia argentina.

¿No es precioso que los publicistas acaben usando las soflamas de los enemigos para vender(nos/se)?

Ay, qué felicidad. Espero con ansias el próximo anuncio de El Almendro: «Turrones tan empalagosos como nuestros anuncios.» Por ejemplo.

Rebajas TV

Como cada semestre, los informativos televisivos convierten en noticia el comienzo de las rebajas, y recurren al mismo formato de siempre: imágenes de los clientes que en tropel cruzan las puertas recién abiertas de El Corte Inglés que sea, algunas tomas de los compradores en el interior y entrevistas en la calle. Como cada semestre.

Aunque este año hay un cambio que me llama mucho la atención; la elección de los personajes de ficción que protagonizan EL spot rebajero.

Es muy curioso que El Corte Inglés publicite sus rebajas de verano 2007 con cuatro personajes de »Camera Café» que, sobre el papel, no parecen desde luego los perfiles óptimos para anunciar unas rebajas de moda. En primer lugar, porque dos de ellos – Cañizares y Bernardo – representan la antimoda absoluta. Y porque los otros dos – Mónica y Antúnez – no son precisamente un dechado de virtudes (la primera es una neonanzi insoportable y el segundo un facha inútil).

¿Dónde han quedado esos tiempos en los que las marcas se cuidaban mucho de asociar su publicidad a valores negativos?

¿Será acaso que El Corte Inglés es consciente de que su marca es tan potente que pasa por encima del espíritu de los personajes que la promocionan?

¿O será que el Papa Benedicto tenía razón y en estos tiempos de relativismo moral todo vale y no importan los valores humanos, y en este caso lo único destacable es que los protagonistas del anuncio son personajes de una exitosa serie de TV? Quiero decir que probablemente dé igual que no sean iconos de la moda ni ejemplos de humanidad, porque basta con que sean populares, salgan en televisión y los spots sean simpáticos (que lo son).

Aunque me temo que todas las anteriores son preguntas incorrectas. Y que las preguntas que de verdad nos tenemos que hacer son si El Corte Inglés necesita algo más que una campaña con personajes populares que genere publicidad gratuita – como este post, por ejemplo.

O si sus enormes inversiones en campañas televisivas no son sino una forma de comprar espacios no publicitarios, mucho más efectivos que el spot del que hablo. Esas noticias en los informativos a las que me refería al principio, sin ir más lejos…

[Añadido 12.10 pm]

… Y a todo esto, Ruiz Mateos, recién salido de la cárcel, convierte su rueda de prensa en una gran telepromoción…

Publicidad. Entre la realidad y la ficción

Me llama la atención la promoción alimenticia previa a Camera Café, interpretada por dos actores de la serie que actúan ‘como ellos mismos’, no como personajes. Que se dirigen el uno a la otra por sus nombres reales, que visten ‘de paisano’, ‘de calle’.

Como si, de algún modo, la marca anunciante nos quisiera dar a conocer varias ‘verdades’ a la vez: la de los intérpretes del programa que viene a continuación y su relación en el trabajo, fuera de las cámaras. Y la de sus hábitos alimenticios, que incluye las bondades del producto en cuestión.

Como si la cámara invisible que se oculta en el interior de la máquina de café se hubiera trasladado a una de las salas de los estudios de grabación de la serie… Como si esto NO fuera comedia, y fuera la realidad…

Inquietante.

Soy un hombre… y como mierda

… y hago gala de mis malos modales

… y quemo mis calzoncillos, como las feministas del mayo francés quemaron sus sostenes

… y me doy de hostias, pero con mucho cariño y cachondeo

… y saco molla

… y luzco sobacos

… y ayudo a otros hombres a destrozar un monovolumen. Ese símbolo de opresión femenina y familiar…

… soy un hombre. Y como mierda.

Anuncios navideños en TV

Ya van llegando.

Ya están aquí – ¡aléjate de la luz, Carol Anne!

Y parece que la avanzadilla amenaza con cambios…

Los Ferrero Rocher, que se apuntan a la moda del dorado omnipresente de esta temporada y eligen nueva anfitriona; buscan entre las más elegantes de los rankings del Hola y sustituyen a Isabel por Paloma. La cuestión es mantener el tipo. Literalmente.

Y conservar la imagen aspiracional de los dichosos bomboncitos de la mano de mujeres que hace años que no prueban el chocolate.

Delaviuda, que ha decidido dar un giro en su comunicación y dejarse de viuditas hacendosas en delantal, amasando mazapán. Delaviuda Alegre, deben de estar pensando en rebautizar a la compañía, cuyo último anuncio muestra a una señora estupenda y escotada, que se zampa con un pelín de culpa una trufa de chocolate al tiempo que le da la vuelta a la fotografía del difunto. Inenarrable sofisticación…

Y los juegos de mesa, que esta temporada han decidido pasarse al enemigo, contra el que saben que no pueden, y se lanzan a lo ‘multimedia’ con revisiones de sus juegos tradicionales en los que incluyen DVDs interactivos. Los esquemas clásicos de los anuncios de juegos de mesa – familias y grupos de amigos cara a cara, demostrando lo que unen esas bobadas – se modifican para dar paso a familias y grupos de amigos atentos a la pantalla del televisor. Más de lo mismo de siempre. Otra vez.

Y vendrán más. Y espero sobrevivir para contarlo…