Hace 5 años leí una novela que me conmovió; ‘Sarah’, la emocionantísima historia de un quinceañero travesti, chapero en los aparcamientos de camiones de la América profunda, hijo de una puta de la que él tomaba el nombre para hacerlo el suyo de guerra.
Leí ‘ Sarah’ y me encantó. Lo mismo le pasó a Gus van Sant, que compró los derechos para la versión cinematográfica. Al novelista Dennis Cooper. A Asia Argento. A la editorial Mondadori, que publicó la traducción española, y a todos mis amigos a quienes regalé el libro, convencido de estarles descubriendo un nuevo valor literario.
Ahora, cinco años después de aquéllo, he leído un reportaje en el New York Metro que me ha hecho pensar que me equivoqué (lo mismo que Gus van Sant, que Dennis Cooper , que Asia Argento y que Mondadori), porque parece ser que JT Leroy no ha existido nunca.
Que el personaje con peluca y gafas de sol, cuya evolución a lo largo de los años podéis contemplar en las fotos de la izquierda, es tan ficción como ‘Sarah’ – el niño puta travesti que se adornaba con un colgante de pene de castor y se la mamaba a los camioneros a cambio de unos dólares – y es obra de Laura Albert/Emily Frasier, componente del dúo musical Thistle y supuesta madre adoptiva del propio JT Leroy. Que el personaje a quienes veis en las fotos es un actor. O una actriz. Y que la historia de su vida no es sino una invención literaria que sólo tiene valor como tal.
Me parece una historia fascinante: pienso en lo difícil que nos resulta ser alguien en la vida, y en lo fácil que les resulta a otros construir un ser imaginario y hacerlo triunfar.
O, según Stephen Beachy – autor del reportaje – cómo la vida de JT Leroy parecía ser la historia de final feliz que (Norte)América valora tanto y cómo tal vez (Norte)América no es precisamente la tierra de las oportunidades, donde los adolescentes chaperos se convierten en escritores de éxito, sino ese gran mercado sin escrúpulos donde pueden inventarse conmovedoras historias «reales» de adolescentes víctimas del abuso sexual y convertirlas en exitosos productos gracias a un buen marketing; otro disfraz para Halloween.
Yo leí «El Corazón es Mentiroso». Me encantó, de veras. Una obra muy muy dura.El caso es que busqué información y… qué golpe me di… u.u espero que no sea cierto, que LeRoy exista T__T quería hacerme su fan xD y de Laura Albert como que no pega, ya estoy con Matilde Asensi xDEn fin, el libro, sea de quien sea, sigue siendo bueno, ¿o no? Es estremecedor. (Sinceramente, yo prefiero que sea de LeRoy u.u»)Un saludo grande y perdón por colarme.gofre_frio@hotmail.com
30 noviembre -0001 | 0:00
Y tú que te quejabas de Ana Rosa…
31 octubre 2005 | 11:57
Pero entonces… ¿a ti qué te gustaba?, ¿el producto o la imagen de ese producto?¿A mí qué me importaba si Milli Vanilli eran los dos mulatos o eran otros? Madre, la que se lió…
31 octubre 2005 | 23:50
Y la camiseta, sin olvidarnos de ((Norte) América el país de) la camiseta. Ya se puede conseguir en la web la t-shirt que pone: I AM THE REAL JT LEROY.
08 noviembre 2005 | 21:35
ya te lo dije, Bob, ya te lo dije.(siempre quise decir «ya te lo dije» en el 20minutos, este gran periodico)
09 noviembre 2005 | 3:08
Interesante lo de LeRoy. Yo no he leido Saraha, pero estoy realmente impatado con la obra teatral de la amiga. ¿Dónde empieza la ficción y dónde la realidad? Este es un fabuloso final para la historia de la Literatura Moderna. ´Por fín el personaje de Niebla es capaz de controlar al autor.Saludos de Estupor,estás invitado awww.elojoenlamano.blogspot.com
13 enero 2006 | 15:58
No sé si las novelas son de un verdadero JT o si en realidad son fruto de la mente de una mujer con muy buenas ideas para las Relaciones Públicas y el marketing, x la novela es increiblemente preciosa, y turbadora… y bueno, el libro de historias: The Heart Is Deceitful Above All Things (traducido en españa como «El corazon es mentiroso -sic-) es simplemente bellisimo….Sea quien sea el autor, la novela me encanta…PS. me comprare la camiseta jejej
19 enero 2006 | 11:34
No he leído la novela que mencionas, pero sí «The Night Listener», de Armistead Maupin. Tiene un argumento muy similar y me acuerdo que tras leerla en su día busqué información sobre la historia en Internet y surgieron decenas de casos como estos.
31 enero 2006 | 20:41
13 mayo 2006 | 23:19
me parece que esto no tiene que sorprender a nadie… tanto como en la musica y en la literatura a pasado. ahora, lo realmente importante es que la obra sea de calidad.
17 agosto 2006 | 18:59