Me encanta la radio: los programas – mi último descubrimiento, que se ha convertido en adicción, ha sido el programa de SER Barcelona «Los especialistas secundarios» (podéis escuchar todos sus programan en la web; a destacar especialmente la teoría de que la Reina Sofía tiene el pelo duro y las sinopsis de películas del crítico Sugar Ray), pero también las cuñas publicitarias.
Me fascinan los personajes de los anuncios de la radio y me encantaría escribir un serial radiofónico protagonizado por algunos de ellos (la pobre mujer desesperada que no puede dormir por culpa de los ronquidos de su marido, el profesor de vela que compara ING Direct con la navegación moderna, el ejecutivo estresado que ha empezado a tomar leche de soja para combatir su alto nivel de colesterol…)
Aunque los que me tienen fascinado últimamente son los protagonistas de las cuñas de las dos mayores empresas de formación a distancia de este país: CEAC y CCC.
En la actual campaña de CEAC, los protagonistas (hombres y mujeres) se desenvuelven alegremente en sus estudios universitarios o profesiones (vendedor inmobiliario, decoradora, asesora fiscal) hasta que una voz masculina y neutra los saca de su ensimismamiento para comunicarles que «es sólo un sueño», pero gracias a CEAC podría convertirse en realidad. ¿Un sueño ser vendedor inmobiliario? Eso ilustra muy bien la clase de vida laboral de mierda que lleva tanta gente. Y lo cicateros que nos hemos vuelto con nuestros propios sueños.
La campaña de CCC es muy diferente: en ella un grupo de gente (hombres y mujeres) hablan de otra persona no presente en términos muy crueles, mofándose de sus trabajos poco especializados. Hasta que uno de ellos les advierte de su error y les comunica que ése de quien hablan ahora trabaja de jefe de obra, o de administrativo en un supermercado. Porque hizo un curso en CCC. Siempre que escucho ese anuncio, me dan ganas de llorar de rabia, de llamar hijosdeputa al grupo de maledicentes.
Gente que sueña con un trabajo mejor, gente que quiere dejar con un palmo de narices a los que siempre pensaron que era un perdedor. A esa gente se dirigen los anuncios radiofónicos actuales de CEAC y CCC. Y no sé si es interesante, inquietante o un horror. No lo sé.