La otra noche vi en la tele una película española con guión de la novelista Belén Gopegui y protagonizada por un actor que se llama y se apellida como yo.
La otra noche vi en la tele «El principio de Arquímedes» y al principio pensé que la historia era maniquea y demagógica, y después pensé que tampoco era para tanto y que a veces la vida lo es también. Terminé de ver la película y me dormí. Y hasta hoy no sé si me gustó o no me gustó. Pero me dio pie a formular una nueva teoría (¡OTRA!):
¿Os habéis dado cuenta de que en los últimos años (diez, más o menos) hay un nuevo personaje que aparece SIEMPRE en las películas españolas?
Así es. En los últimos años, en todas y cada una de las películas españolas ambientadas en la época contemporánea aparecen… ¡MUEBLES DE IKEA!
El cine español (y las series televisivas nacionales, también) nos ofrecen a los espectadores de esta última década el aliciente de – en caso de que nos aburra la trama, nos chirríen los diálogos o nos resulte imposible creernos a los actores – reconocer qué objetos de IKEA aparecen en cada escena.
¿No sería fantástico que se creara una corriente de cinéfilos Ikeanianos que fueran capaces de llamar por su nombre cada objeto de Ikea cuando apareciera en la pantalla? Imaginaos: ¡LÁMPARA KROBY! (aplausos en las butacas) ¡MESA BJURSTA! (plasplasplas) ¡SOFÁ TYLÖSAND! (ooooooh plasplasplasplas).
Es más, qué coño, voy a tomar la iniciativa y proponer a Ikea la creación de un catálogo razonado de sus colecciones a través del último cine español. Ahí va eso. Ese es vuestro Bob…