Para los que no os hayáis enterado, queridos lectores (es difícil estar al tanto de tanta actualidad desde vuestros puestos de investigadores en la Biblioteca Nacional o mientras buscáis una vacuna para la neopandemia en vuestros laboratorios), ayer por la mañana saltó la noticia de la detención del marido de Lydia Bosch tras una denuncia de ella.
Yo me enteré mientras veía a la Griso, y me sorprendió que sus habituales trataran el asunto con una delicadeza poco habitual, que negaran que hubiera malos tratos de por medio y se limitaran a pedir prudencia mediática, repasar la vida familiar de Lydia Bosch (madre de una hija que tuvo con Miqui Molina hace 17 años y de unos gemelos que tuvo con su marido actual) y a destacar que el buen señor, el presunto delincuente, era de misa semanal y hábitos piadosos. Ahí me quedé.
Fue más tarde cuando quedé estupefacto, cuando en ARUCITYS de 8TV, Alfonso Arús leyó un comunicado que acababa de enviar la abogada de Miqui Molina, Teresa Bueyes (algún día, prometo dedicarle un monográfico a esa señora que fue colaboradora de SLQH, abogada de Darek, acusada por Anita O. de intento de asesinato o tertuliana del one-night-show LA SÉPTIMA SILLA) donde el actor (que también fue novio de la Obregón y acaba de rodar una película con Darek -aquí hay material para un novelón, en serio) exponía lo siguiente:
«En mi condición de abogada de D. Miguel Molina Tejedor y ante las últimas infomaciones aparecidas en la prensa que apuntan a presuntos abusos cometidos por D. Alberto Martín les ruego encarecidamente que den lectura al siguiente comunicado:
1º) Que la hija común de D. Miguel Molina y Dª Lydia Bosch es menor de edad por lo cual exigimos el máximo respeto, siendo deseo de su padre preservar a la menor de todo tipo de sensacionalismo o comentario carente de rigor que no haya sido contrastado directamente por la familia.
2º) D. Miguel Molina se encontraba en Fuerteventura por motivos profesionales cuando ha recibido el impacto de la brutal noticia. En el día de hoy regresará a Madrid con caracter de urgencia siendo su intención ejercer todas las acciones legales que le amparan en Derecho a fin de personarse como acusación particular contra D. Alberto Martín para la salvaguardia de los derechos de su hija.
3ª) Mi representado, a pesar de no tener contacto alguno con Dª Lydia Bosch, tiene la patria potestad compartida de la hija común con aquella no habiéndose desvinculado jamás del cariño que profesa a su hija y que es común a toda la familia Molina, siendo su expreso deseo que exista colaboración por parte de todos en la consecución del bienestar de la menor».
¿Siendo deseo de su padre preservar a la menor de todo tipo de sensacionalismo o comentario carente de rigor que no haya sido contrastado directamente por la familia?
¿El impacto de la brutal noticia?
¿Solo me lo parece a mí o esa nota televisada era innecesaria y ponía en el punto de mira a la misma menor a quien, supuestamente, se trataba de proteger?
¿Soy lo peor si confieso que me está dando mucho miedo pensar en una aparición televisiva -previo pago, por supuesto- de Miqui Molina en alguno de los programas chismosos del fin de semana?
¿Nos hemos vuelto locos todos? ¿O solo yo?