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Los niños sin certificado de nacimiento no existen para nadie

Roxana Pintado, Ayuda en Acción Bolivia

Hace unos días comenzó a pagarse a todos los niños y niñas que permanecieron durante todo el curso escolar 2010 asistiendo a clases el Bono Juancito Pinto, que otorga el Estado como un incentivo a la permanencia escolar. Pedrito (nombre convencional) no estaba en la fila; miraba a través del vidrio de una ventana de la escuela. Pedrito no recibió esos 200 bolivianos. ¿Sabe usted por qué? Pues simplemente porque Pedrito no tiene certificado de nacimiento.

¿Usted sabe lo que le puede pasar  a una persona que nunca ha tenido un certificado de nacimiento? Pues yo les voy a contar lo que sucede a estas personas cuando viven en Bolivia y son pobres. Comencemos por los problemas que la falta de ese simple documento  provoca a los niños y niñas.

El artículo número 7 de la Convención de los Derechos del Niño, ratificada por todos los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas, a excepción de los Estados Unidos y Somalia, reza: El niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho desde que nace a un nombre, a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos. Pero si uno desconoce las consecuencias que trae el incumplimiento de este derecho, resulta difícil entender por qué tanto énfasis de las organizaciones que trabajan por el cumplimiento de los derechos de los niños y las niñas en que toda persona cuente, desde el momento de su nacimiento, con ese documento que a muchos parece un simple papel.

En Bolivia, cuando un niño no tiene certificado de nacimiento, no tiene que ser considerado ciudadano del país, por lo que los derechos y beneficios intrínsecos a los reconocidos como bolivianos no le son reconocidos a él; así comienza a enfrentarse a la vulneración de otros muchos de sus derechos. Resulta entonces que no puede matricularse en la escuela; no tiene derecho a la atención médica gratuita que se da a los niños hasta los 5 años; no puede recibir los bonos que, como incentivos para la permanencia escolar y la atención en salud infantil, otorga el estado boliviano; entre otros. Los niños y niñas sin documentos de identidad,  cuyos padres emigran en busca de mejores oportunidades de trabajo, no pueden acompañarlos pues sin certificado de nacimiento no pueden viajar.  En muchos casos, los padres se arriesgan a sacarlos del país de forma ilegal, poniendo en peligro la vida de sus hijos en el exterior y exponiéndolos a situaciones de trata y tráfico de personas con lamentables consecuencias.

Luego las cosas se complican. Cuando los niños cumplen 18 años y los varones deben pasar el Servicio Militar Obligatorio, aquellos que no tienen certificado de nacimiento, no pueden inscribirse al ejército y a partir de ahí se desencadena una serie de consecuencias que entorpecen el desenvolvimiento de las personas adultas. Por ejemplo, aquellos hombres que no hacen su servicio en el ejército ven limitadas sus posibilidades de acceso a fuentes de trabajo, pues en muchos empleos les exigen dicha certificación. Igualmente, tanto a hombres como mujeres, para ser contratados por cualquier empresa, sea pública o privada, deben contar con cédula de identidad vigente, así como para matricular en las universidades. Para viajar fuera del territorio nacional, hombres y mujeres deben contar pasaporte, para cuya tramitación se requiere la cédula de identidad. Los adultos mayores de 65 años necesitan el carnet de identidad para cobrar la Renta Dignidad, bono de 204,00 euros que el Estado asigna anualmente a todos los adultos mayores. ¿Cómo tener cédula si nunca se tuvo certificado de nacimiento?

Cuando uno indagaba sobre las causas por las que las familias no tramitaban el certificado de nacimiento de los hijos al nacer estos, se encontraba que muchos no conocían la importancia de contar con este documento y que a la mayoría se le hacía inaccesible el mismo debido al costo del trámite. Para que un adulto consiga tener su certificado y luego la cédula de identidad, el trámite es engorroso, largo y muchas veces, dependiendo de la necesidad de implicar a abogados, mucho más costoso.

Durante muchos años la cooperación internacional y las ONGs bolivianas trabajaron informando a las familias y sensibilizándolas sobre la importancia de que niños y niñas contaran con certificados desde su nacimiento, pero eso solucionaba sólo una parte del problema. Así que se trabajó, desde la incidencia política, para conseguir que el Estado aprobara políticas públicas que ayudaran a disminuir los costos del trámite.

Desde hace algunos años, y con el apoyo de la cooperación internacional, el Estado boliviano comenzó a entregar el 1er certificado de nacimiento a todos los niños y niñas de forma gratuita, y Ayuda en Acción compartió ese empeño. Se realizaron campañas masivas en las facilitamos el equipamiento a los Oficiales de Registro Civil y los transportamos a los lugares más recónditos de las zonas donde trabajamos para garantizar que todos los niños y niñas que allí viven tengan su primer certificado y apoyamos el cumplimiento de los trámites necesarios para que los adultos  sin documentos de identidad consiguieran el primero de ellos.

En el pasado año y gracias al esfuerzo y la coordinación entre el Estado, Ayuda en Acción, las ONGs bolivianas con las que trabajamos y las organizaciones y autoridades locales, fue posible que más de 1700 niños y niñas de cinco municipios del país tuvieran su primer certificado de nacimiento y más de 1250 adultos de otros seis municipios consiguieran su cédula de identidad. En Sorata, por ejemplo, el 92% de la población ya tiene documento de identidad y en cuatro municipios, más del 71% de la población adulta mayor de 65 años puede cobrar la Renta Dignidad.

Y entonces, por estos días, uno se acerca a la fila de los chicos y sus padres en las escuelas y ve la sonrisa de los niños y niñas y los ve sujetando un papel entre sus manos. Y cuando se les pregunta qué harán con el  dinero que recibirán, saben bien a qué lo dedicarán: a comprarse ropa y zapatos o simplemente para comprar los materiales escolares para el siguiente curso. Y entonces uno entiende que ese pequeño papel que cada niño aprieta en sus manitas es un tesoro que debemos  seguir apoyando, para que los niños como Pedrito dejen de ser “nadie” y se conviertan en personas con derechos.