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Sudán del Sur: un futuro sin pistolas para los antiguos niños soldado

Por Mercy Kolok, UNICEF en Sudán del Sur

Se agarró a su AK-47 con la cabeza inclinada, tal vez esperando que sería la última vez que tendría que llevarla. Tom*, de 14 años, ha pasado la mayor parte de los últimos tres años en las filas de la Facción Cobra, uno de los muchos grupos armados de Sudán del Sur. Hoy, un día de finales de noviembre, él y otros 144 niños vuelven a la vida civil en una emotiva ceremonia celebrada en Pibor, al noreste del país.

Tom se unió a la Facción Cobra en diciembre de 2013, tras un ataque a su pueblo por parte, según él, de soldados del gobierno.

“Recuerdo cómo ocurrió todo ese día”, rememora. “Escuché disparos por todas partes, la gente chillaba y vi casas ardiendo. Cuando pensé que debíamos abandonar nuestra casa los soldados nos cogieron. Golpearon a mis hermanos mayores pidiéndoles pistolas. En ese momento los más pequeños, mis padres y yo corrimos hacia el bosque. Les vimos quemar la casa y llevarse a mis hermanos”.

Sudán del Sur: un futuro sin pistolas para los antiguos niños soldado

Tom escucha los discursos durante la ceremonia de liberación de 145 niños asociados a grupos armados/ © UNICEF/UN043975/Kolok

No era el primer ataque al pueblo de Tom. Su hermana fue asesinada en un asalto similar a principios de 2013.

“Estaba harto de ver cómo morían mujeres y niños inocentes. Me amargaba la muerte de mi hermana. Así que decidí que tenía que hacer algo. Quería venganza por todas esas muertes, sobre todo por la de mi hermana. Así que me uní a la Facción Cobra”, cuenta.

Tom hizo esto con la aprobación de sus padres. Durante cerca de un año fue cocinero, porteador y guardia, cuando no le necesitaban para combatir.

“Dejé la Facción Cobra en 2014, cuando el comandante me pidió que volviera a la escuela. Pero volví en 2016 cuando mi pueblo fue atacado de nuevo. Se trataba de elegir entre unirme otra vez a la facción o morir a manos del ejército, así que decidí volver con los Cobra”.

A diferencia de muchos niños asociados a grupos armados, a Tom no le reclutaron a la fuerza. Él vio en el grupo un refugio seguro; un lugar donde, pese a todos los riesgos mortales, tendría algo que comer. Hoy, sin embargo, se arrepiente.

Siento que he desperdiciado tres años de mi vida. Si hubiera ido a la escuela estaría a punto de graduarme”, lamenta.

Después de la ceremonia de liberación en la que Tom y otros niños dejaron sus armas y uniformes, les llevaron a un centro de atención dirigido por una organización aliada de UNICEF. Allí recibieron apoyo psicosocial y asesoramiento para ayudarles a reintegrarse en sus comunidades. Con el apoyo de UNICEF podrán matricularse en la escuela o en programas de medios de vida. En las comunidades donde son vulnerables a un nuevo reclutamiento es esencial tomar medidas de prevención como mejoras de los servicios sociales básicos (educación, agua y saneamiento, y programas para fortalecer a los adolescentes).

Dos días después de la liberación visité a Tom y a otros niños en el centro.

Estoy feliz de ser libre de nuevo”, me contó Tom con una sonrisa en la cara. Era la primera vez que le veía sonreír desde que le conocí.

Le pregunté si volvería a un grupo armado, y me respondió rápidamente. “¡Nunca! Nunca volveré a un grupo armado de nuevo. Si hay luchas otra vez en mi pueblo huiré y me esconderé con el resto en el bosque, donde hay calma. Iré a la escuela”.

Tom ha podido volver con su familia y es feliz de estar en casa. Espera poder volver a la escuela el año que viene.

No culpo a mis padres por animarme a unirme a la Facción Cobra. Lo hicieron porque no tenían dinero para mandarme a la escuela y probablemente no sabían que ir al colegio es más importante que formar parte de cualquier grupo armado. Estoy feliz de haber vuelto con ellos”, concluye.

Desde 2013 más de 17.000 niños han sido reclutados por fuerzas y grupos armados. Desde 2015 han sido liberados más de 1.900, pero todavía queda mucho por hacer para garantizar la liberación de todos los niños soldado y para prevenir más reclutamientos.

*Nombre ficticio