Por Vania Alves (Bolivia, Médicos Sin Fronteras)
Asteria, a la que ya conocéis, tuvo que dejar de darle el pecho a su bebé de un año para poder recibir tratamiento contra el Chagas.
Los dos únicos medicamentos que existen contra este mal se desarrollaron a partir de la investigación veterinaria: el benznidazol y el nifurtimox, que son muy antiguos y tienen muchos y graves efectos secundarios. Por eso, ni las mujeres embarazadas ni las lactantes pueden recibir tratamiento.
El Chagas es una de las enfermedades catalogadas como “olvidadas” por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La investigación y el desarrollo de nuevos métodos de diagnóstico y tratamientos no reciben el suficiente apoyo económico ni político: los pacientes de Chagas son muy pobres y no representan un mercado rentable.
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Foto: © Vania Alves.